26.8.11

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REDACCIÓN FILOSÓFICA
La disertación o redacción, consiste en el desarrollo de un asunto filosófico. Se te pide
que razones detenida, metódicamente y por escrito sobre alguna cuestión problemática.
Trata de valorar tu propia capacidad filosófica pues permite poner de manifiesto que
puedes argumentar con cierta originalidad y creatividad, a partir de alguno de los
problemas a los que algunos filósofos se enfrentaron.
La redacción filosófica está más cerca de la invención que de la repetición y, por ese
motivo, es probablemente uno de los ejercicios más complicados y más interesantes de
todos los que se pueden proponer a los estudiantes de filosofía.
La importancia de la redacción reside en el hecho de que se trata de una producción
filosófica en sí misma. En ella abordas y expones un punto de vista personal sobre un
problema, tal como hacen los filósofos en sus escritos. Debes asumir una postura frente
al título propuesto, aunque la cuestión a resolver sea considerada como totalmente
irrelevante para los intereses personales. Lo principal de la redacción filosófica es
saberse distanciar del tema propuesto y analizarlo metódicamente. Además, dado que en
los temas a redactar suelen poseer una gran ambigüedad, de la que los propios filósofos
han hecho gala afirmando que así se mantiene la pluralidad de enfoques, no resulta
nunca difícil confeccionar una redacción si hay una mínima comprensión del tema y de
la postura que se ha decidido asumir.
DIFERENTES FÓRMULAS DE DISERTACIÓN O REDACCIÓN FILOSÓFICA
Estos son algunos de los enunciados, que serán frecuentes a lo largo del curso.
- Libertad individual y desigualdad social
- La educación de los jóvenes
- Elabore una composición filosófica debidamente argumentada, sobre las
relaciones que se plantean entre la sociedad y el individuo.
- Redacte una breve composición filosófica en la que se exponga una
argumentación adecuada sobre la necesidad de fundamentar el conocimiento
humano.
SUGERENCIAS PARA ESTRUCTURARLA COHERENTEMENTE:
1) En primer lugar debe entenderse correctamente el tema propuesto, empleando un
tiempo inicial para ello.
2) Después es conveniente confeccionar un esquema de redacción, antes de
empezar a escribir.
3) Para la redacción de este esquema, puedes seguir dos pasos:
a) Apunta, en forma desordenada, cuantas ideas se te ocurran en torno al tema
propuesto.
b) Ordena, en una secuencia lógica, y de forma coherente, las ideas y
argumentos propuestos, de modo que resulten un conjunto ordenado.
c) Comienza a redactar la composición. Una composición correcta debería
contener los siguientes elementos:
a) Introducción y planteamiento del problema y de la tesis que deseas analizar.
b) La argumentación empleada, señalando bien las tesis fundamentales de la
misma y su fundamentación. Conviene ordenar las diferentes tesis planteadas
por su importancia.
c) Referencias a lo estudiado, de modo que se enriquezca
c) tu argumentación.
d) Precisión y matización de la tesis mantenida, comparándola con otras.
e) Conclusión final, que debe ser de tipo crítico y con un marcado tono
personal, siempre bien fundamentado.
La elaboración de una composición filosófica es siempre una tarea compleja, que exige
el conocimiento de la materia y un constante ejercicio para argumentar la propia opinión
a las cuestiones más relevantes del programa. Por ello es importante que ejercites tu
propia capacidad de reflexión y emplees tu conocimiento de un modo creativo. En la
redacción se muestra si el estudio ha servido para aprender a pensar de un modo
coherente y argumentado. De ahí la dificultad y la importancia de esta parte de la
prueba.
¿CÓMO DETERMINAR EL CONTENIDO DE LA REDACCIÓN FILOSÓFICA?
La pregunta de redacción presupone que has llevado a cabo un análisis y una síntesis del
texto del examen. Por esta razón, esta pregunta va precedida de otras que apuntan al
análisis del texto. O una pregunta de relación.
Antes de ponerte a escribir tienes que adoptar una posición frente al texto. El enunciado
de la pregunta de redacción siempre toma como punto de arranque el contenido del
texto del examen aunque pueda apuntar más allá hacia la totalidad de la obra de la que
el texto es un fragmento o, incluso hacia la totalidad del pensamiento del autor.
A continuación te damos una serie de instrucciones para saber cómo adoptar una
posición y, poder establecer el contenido de una redacción. Esta tarea es imprescindible
puesto que lo primero, antes de ponerse a escribir, es saber lo que uno quiere decir.
1.- PARTIR DEL PROBLEMA
Te aconsejamos que, de la síntesis del texto, utilices sobre todo el problema. El
problema que está presente en el texto es, de todos los elementos que obtienes de su
síntesis, el principal elemento vertebrador de una redacción.
El problema filosófico de un texto es lo que sintetiza las preocupaciones del filósofo:
son cuestiones que ponen en duda lo que otros piensan o que plantean interrogantes sin
solución fácil o aparente.
El problema es el elemento de conexión por excelencia entre filósofos. Los alumnos, en
una medida más modesta, tienen que mostrarse como aprendices de filósofo. Por ello es
conveniente proponer que delimites tu posición frente a los problemas que preocupan a
los filósofos.
2.- SABER LO QUE ESTÁ EN JUEGO
La redacción solo tiene sentido si todos los puntos de vista que se exponen en ella
aparecen debidamente razonados. Para mostrar una cierta habilidad argumentativa,
quien escribe una redacción filosófica ha de tener claro no sólo el problema a partir del
cual adoptará su propio punto de vista, sino también que la adopción de un punto de
vista implica, "lo que está en juego".
Cuando muestras el acuerdo o desacuerdo con la tesis de un texto, tienes que saber que
al mismo tiempo, estás poniéndote de acuerdo o manifestando un desacuerdo con las
concepciones que ellas implican.
Para saber lo que queremos decir cuando hablamos de "lo que está en juego", puedes
pensar que en los juegos habitualmente se gana o se pierde. "Lo que está en juego" en la
adopción de un punto de vista es todo aquello que necesariamente ganas o pierdes por el
hecho mismo de adoptarlo.
3.- DECIDIR LA POSICIÓN QUE VAS A ADOPTAR
Si has llevado los pasos anteriores tendrás delante de ti los siguientes elementos:
El problema del texto.
Lo que está en juego, tanto si aceptas lo que dice el autor del texto como si no lo
aceptas.
Tu posición debe ser clara para poder ser argumentada, lo que no significa, que sólo
existan dos posiciones, una con el autor y otra contra él. Existe el terreno intermedio en
el que pueden asumirse algunas tesis del autor sin admitir otras. Puedes elegir ser más o
menos radical. Ningún examinador se fijará en las posiciones que defiendes o atacas,
sino en la claridad de tus argumentos al hacerlo.
Elijas la posición que elijas, siempre tienes que argumentar: debes tener presente tanto
lo que está en juego en las tesis que defiendes como lo que está en juego si defendieras
las contrarías.
EJEMPLO
Imagina que te proponen componer una redacción sobre una cuestión tan amplia y
ambigua como
La filosofía y la vida
Éste es probablemente el caso más difícil pues no tenemos ninguna pista que permita
orientar nuestro trabajo, aunque, por otra parte, este tipo de enunciados ofrece la ventaja
de que deja muy abiertas las posibilidades que tenemos para enfocar nuestra redacción
en el campo que consideremos más interesante o que mejor conocemos.
Deberemos pues, crear la relación entre ambos términos y acotar así el ámbito de
problemas que vamos a tratar.
Un método para establecer tal relación puede ser preguntarse qué nos sugiere cada uno
de los términos.
A continuación deberemos pasar del enunciado a un problema que formularemos como
pregunta. En este caso, podríamos formular alguna de las siguientes preguntas:
¿Es la filosofía una forma de vida?
¿Los filósofos son como el resto de los hombres y la filosofía es una profesión como
otra cualquiera?
¿Puede la filosofía hacer mejores a los seres humanos?
Fíjate que, en realidad lo que hacemos es sustituir la conjunción por otras palabras que
establecen una cierta relación entre filosofía y vida.
A continuación debemos plantearnos "lo que está en juego" en el problema que hemos
planteado. Como ejemplo, podemos suponer dos posiciones contrapuestas:
Puedes defender que:
- La filosofía está más cerca de un saber práctico que de un saber teórico.
- La filosofía es maestra de la vida y tiene como objetivo transformar a quienes lo
practican.
- Los filósofos son gente excepcional, superior al común de los mortales.
O puedes defender que:
- Saber filosofía no es más que conocer lo que los filósofos escribieron.
- La lectura de los libros de los filósofos amplía la cultura de un individuo pero no tiene
que traducirse en una transformación de su vida.
- Los filósofos son gente con los mismos defectos y las mismas virtudes que cualquiera;
a veces, incluso, se trata de personas excéntricas preocupadas por asuntos
insignificantes.
Una vez planteado el problema y analizado "lo que está en juego", pasamos a
determinar claramente la idea que vamos a defender en nuestra redacción. Debemos
hacerlo de una forma simple que exprese con claridad lo que queremos sostener. Por
ejemplo.
Hay que dedicarse a la filosofía porque hace a los hombres dueños de sus vidas, capaces
de enfrentarse a todos los problemas.
Con los elementos anteriores tienes los dos cabos - el principio y el final - de tu
disertación. Se trata ahora de ponerse a escribir. Es muy importante que tengas en
cuenta que no se trata de poner respectivamente en la introducción y en la conclusión de
la disertación, la pregunta y la respuesta tal como las has formulado en esta fase de
trabajo, sino que se trata ahora de elaborar tu trabajo y darle forma filosófica.
Date cuenta que esta respuesta nos va a obligar a razonar en la redacción sobre los
diferentes aspectos de lo "que está en juego". Recuerda que puedes optar por defender
radicalmente una de las dos posiciones que hemos utilizado en el ejemplo o, por el
contrario, mantener una posición intermedia.
¿CÓMO ESCRIBIR LA REDACCIÓN?
A continuación escribimos algunas orientaciones que pueden guiar la escritura de la
redacción. La composición o redacción filosófica, consta de tres partes bien
diferenciadas:
a) Introducción
b) Desarrollo
c) Conclusión
Pero estas partes se distinguen por lo que en ellas se escribe y no por el hecho de
titularlas así:
¡Recuérdalo: no debes poner esos títulos a las diferentes partes, deben distinguirse por
su contenido!
A) INTRODUCCIÓN
En la que se expone tanto la importancia del problema como la necesidad que tiene de
una mayor aclaración. Es decir, la introducción sólo sirve para interesar al lector en un
problema mostrando algunas cuestiones que luego se desarrollaran en el contenido del
escrito. Es frecuente -y quizá conveniente- presentar la introducción en forma
interrogativa, lo cual puede inducir al lector a desear conocer la respuesta. Es, por tanto,
muy aconsejable, sabiendo cual va a ser la conclusión final y los argumentos que se van
a emplear, el redactar la introducción al final de todo y como una bateria de preguntas
sucesivas.
En esta parte de la redacción puedes seguir los siguientes pasos:
1) Comenzar presentando el problema que se suscita bajo el enunciado de la redacción y
que coincide básicamente con el problema del texto. Debes presentarlo con toda la serie
de preguntas encadenadas que lo constituyen, ya que el problema es único pero se puede
y debe expresar por medio de algunas formulaciones distintas.
2) Es importante que contextualices ese problema: deberás ponerlo en relación con otros
problemas que aparecen en la obra de ese filósofo o en otras filosofías, o en relación con
un momento histórico.
3) Debes señalar la comprensión de ese problema en la actualidad, ya que eres tú el que
de modo personal asumes que efectivamente se trata de un problema.
4) Finalmente, es conveniente que establezcas el plan que vas a seguir en el desarrollo
de tu redacción para contestar al problema que has enunciado. Se trata del orden en el
que vas a contestar el problema.
B) DESARROLLO
Debes contestar al problema planteado. Tienes que proceder a analizar lo que está en
juego en ese problema adoptando el punto de vista que te pueda llevar a la conclusión
que deseas establecer. Es muy importante observar las siguientes indicaciones:
1) Si has propuesto una serie de puntos que vas a tratar para responder al problema,
respeta ese orden y no te olvides de tratar ninguno.
2) Diferencia quién sostiene lo que tú afirmas.
3) Utiliza los conectores argumentativos para indicar cada operación que estás llevando
a cabo.
4) La parte de la exposición, puesto que lo que se pide es que se redacte, debe contener
muchas informaciones complementarias que ayudarán a precisar el matiz y la fuerza de
los argumentos. Hay que hacer una exposición literaria, abundante, documentada y bien
organizada que demuestre pericia en el conocimiento exhaustivo del tema, capacidades
argumentativas y habilidades literarias, e incluso ingeniosidad en el contenido de los
argumentos.
C) CONCLUSIÓN
Es donde se recogen los resultados de la exposición y, finalmente, se puede dar algo por
sentado: que tal cosa es verdadera y se defiende, o que se ataca porque es falsa, o que es
un problema de muy difícil solución en el que intervienen tantos factores que es
imposible decantarse racionalmente.
Consta de dos partes bien diferenciadas:
1) Un breve resumen o recapitulación de los argumentos que has
expuesto en el desarrollo para poder derivar de ellos la conclusión a
la que quieres llegar. Tendría el propósito de recordatorio último de
los pasos seguidos en los puntos anteriores, volviendo a insistir en la
conclusión asumida.
2) La conclusión a la que lleva la lectura del conjunto del trabajo.
Recuerda que la conclusión no tiene por qué estar cerrada, no todos
los problemas tienen una solución definitiva.
ADVERTENCIAS GENERALES SOBRE LA REDACCIÓN
- Debes utilizar los signos de puntuación que corresponden. Te recordamos algunos de
sus usos, propios de argumentaciones:
a) Los dos puntos introducen una explicación, una enumeración, una conclusión.
b) Los guiones y paréntesis permiten insertar una aclaración en medio de una
exposición.
c) Las comillas se utilizan para citar textualmente frases, expresiones o conceptos de un
autor.
d) Los signos de interrogación y de exclamación ayudan a argumentar un punto de vista.
e) El punto y aparte no debe utilizarse excesivamente. Te lo recomendamos para separar
la introducción, el desarrollo y la conclusión, y dentro de cada una de esas partes, para
separar los distintos elementos que las componen.
- No incluyas en la redacción flechas, círculos, llaves , dibujos, esquemas etc...
- Redacta preferentemente frases cortas, para evitar que la argumentación se pierda en
frases demasiado largas, que puedan resultar confusas y difíciles de seguir.
- Debes hacer que exista una armonía entre la longitud de cada una de las partes. La
proporción ideal es que tanto la introducción como la conclusión sean igual de largas y
ocupen una cuarta o quinta parte cada una de ellas respecto del total de la redacción. El
desarrollo será la parte más extensa (doble o triple respecto de la introducción o de la
conclusión).
- No olvides que en la introducción se anuncia aquello sobre lo que se va a escribir; en
el desarrollo se escribe sobre lo que se ha enunciado en la introducción y se apuntan
ciertos rasgos que nos conduzcan a la conclusión; finalmente, en la conclusión se
recapitula sobre lo que se ha escrito.
Advertencia.- En la redacción la actitud que se espera es activa; es decir, se espera
que quien contesta construya algo, sepa de donde parte y adopte una posición final
defendida y argumentada. Por lo tanto, en la redacción se debe poner algo propio y
creador. No obstante hay que ser muy cuidadoso al respecto porque el examinador
ya tiene sus ideas fijadas y espera que el alumno cumpla unas determinadas
expectativas: exponer algo creativamente, pero siempre dentro de los cánones
impuestos por los usos. Y esta advertencia final sirve para todas las materias.
EVALUACIÓN:
Junto a la disertación deben ser expuestos por el alumno los siguientes puntos:
1. Título de la disertación
2. Problema que se va a desarrollar
Otras formulaciones del problema
3. Tesis [posición que se va a defender]
4. "Lo que está en juego"
- Opción A y Opción B
El profesor realizará una evaluación cualitativa que tiene por objeto orientar en los
aspectos más destacados o mejorables del trabajo realizado y realizará un comentario
general.
Muy Bien Bien Regular Mal
1.- Presentación
2.- Extensión
3.- Corrección lingüística
4.- Ortografía
5.- Signos puntuación
6.- Citas
7.- Enfoque problemático
8.- Información
9.- Originalidad
10.- Argumentación
11.- Uso de los ejemplos
12.- Claridad
13.- Nivel teórico
COMENTARIO GENERAL
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ANTES DEL COMENTARIO: LECTURA Y SIMPATIA
Antes de comentar es necesario leer. Pero no se trata de leer de modo mecánico y
apresurado. El primer paso consistirá en una lectura reposada y sin preocupaciones
técnicas: no se trata, por ahora, de comprender todas las palabras ni el sentido de cada
frase. Se trata solamente de sacar una idea general del problema que está tratando el
autor, insistiendo más en las preguntas que en las respuestas. Esta primera aproximación
al texto se podría resumir en la pregunta ¿de qué está hablando el autor?, dejando para
más adelante otras preguntas como ¿qué dice? O ¿Cuál es su postura?.
En esta actividad naufragan muchos comentarios, una buena lectura debe combinar
comprensión y análisis, y será el cimiento de nuestra labor posterior. Leer es
comprender, por lo que la lectura debe ser atenta, tranquila y minuciosa.
En la lectura debes:
1- Dedicar especial atención a la terminología. No debe pasarse por alto ninguna
palabra o expresión que no se comprenda, ya que el objetivo de esta primera
lectura es aproximarnos al texto, hacernos una idea general del marco en el que
las ideas concretas cobran sentido.
2- Analizar cada uno de los fragmentos concretos. Para este análisis será necesario
leer varias veces una misma frase gramatical o incluso un mismo fragmento de
ésta.
3- Una vez comprendidas las partes, volveremos al todo, a la lectura del marco
general donde se inscriben aquéllas. El texto deberá ser leído tantas veces como
sea necesario para alcanzar el objetivo propuesto: comprenderlo a fondo.
Facilitaría mucho el comentario que esta lectura se hiciera con simpatía. La simpatía en
la lectura consiste en ponerse "en la piel del autor", pensar como él, ver las cosas desde
su punto de vista. Tampoco aquí hay que apresurarse: ya llegará el momento de criticar,
de poner objeciones, de enfrentar al texto con otras opiniones distintas y hasta opuestas.
Por ahora conviene meterse sin reservas en el texto, convertirse por un momento en un
discípulo fiel del autor y tratar de comprender antes de juzgarlo. Si no es posible lograr
una actitud de simpatía, al menos conviene tratar de comprender el modo de enfocar el
tema del autor que estamos estudiando, de entender las razones en las que se apoya.
Una vez realizada esta primera lectura (que pueden ser varias) se está en condiciones de
pasar a un estudio más detallado del texto. Para facilitarlo, vamos a proponer un
esquema de trabajo que, como todo esquema, no hay que tomar al pie de la letra:
muchas veces los pasos a seguir dependerán del tipo de texto de que se trate, de nuestras
propias preferencias o del tema que nos interese. Sin embargo, y aunque el orden puede
alterarse, quizás convenga seguir al comienzo cierto método que nos asegure que
estamos teniendo en cuenta al menos los aspectos principales del texto en cuestión. En
cualquier caso, ningún esquema puede reemplazar al trabajo personal de lectura y
comprensión del que hemos hablado antes.
¿Qué significa comentar un texto?
Comentar un texto no significa parafrasearlo, es decir, repetir exactamente lo mismo
que dice el texto pero con otras palabras. Y tampoco limitarse a explicar el significado
de las ideas del texto, ya que eso forma parte del análisis y no del comentario de texto
propiamente dicho que, en tal caso, quedaría reducido a un análisis.
Prestad atención, sin embargo, a la siguiente consideración: si el análisis debe formar
parte o no del ejercicio conocido como comentario de texto ha sido y es objeto de
discusión y debate; por supuesto que no se puede comentar un texto sin haberlo
analizado previamente, pero ello no quiere decir que necesariamente el análisis deba
plasmarse como tal en el ejercicio llamado comentario, o que deba ser una parte del
comentario. Mayoritariamente se tiende a considerar que el análisis debe ser una parte
del comentario, pero estad atentos a las exigencias de vuestros profesores en cuanto a la
necesidad o no de incluirlo como tal en el ejercicio (ya hemos visto en otra página que
el análisis es un ejercicio con entidad propia). Aquí consideraremos que el análisis del
texto debe formar parte del ejercicio que llamamos comentario de texto.
El comentario de un texto filosófico consiste en la emisión de un juicio o consideración
sobre el lugar que ocupan las ideas defendidas en el texto en el conjunto del
conocimiento, y en la exposición de nuestro punto de vista al respecto (no confundáis
esto con lo que vosotros llamáis "opinión personal"). Esto quiere decir que comentar es,
ante todo, relacionar. Relacionar las ideas del texto con nuestros conocimientos. Y
relacionar las ideas del texto con nuestras propias ideas sobre el tema.
Para ello habremos de determinar, mediante el análisis, las ideas principales y las
secundarias, así como la relación existente entre ellas y el significado conceptual o
terminológico, así como la presentación del contexto del fragmento que tenemos que
comentar. Además, y aquí comienza propiamente el comentario, hemos de buscar la
relación de esas ideas con nuestros conocimientos, pues es a partir de estas relaciones
como podremos emitir ese juicio o consideración en que consiste el comentario. A este
respecto es útil dejar que fluyan las asociaciones de ideas en nuestra mente y, para
facilitar esta actividad, plantearse algunas preguntas como las siguientes: ¿A qué
escuela filosófica pertenece el autor, a cuál se opone? ¿Es un innovador? ¿Qué pretende
el autor con sus afirmaciones? ¿En qué contexto se producen? ¿Qué significado le
podemos atribuir?¿Qué intención tienen sus palabras? ¿Es correcto todo lo que afirma el
autor?. Si creemos que no, debemos aportar nuestra crítica, que debe comprender datos
y soluciones. (Por ejemplo: a) si hay errores en el texto debemos aportar los datos
correctos; b) si hay afirmaciones gratuitas debemos explicar por qué consideramos que
lo son; c) si encontramos falsas interpretaciones, de datos o de pensamientos de otro
autor, debemos exponer los datos correctos. Etcétera.)
El comentario debe presentarse como un ejercicio que consta de tres partes relacionadas
entre sí, formando un todo ordenado y coherente: introducción, desarrollo y conclusión.
En la introducción, que ha de ser breve y proporcional a la extensión total del ejercicio,
se plantean los problemas tratados en el desarrollo del ejercicio y que conducen a la
conclusión. En el desarrollo, la parte más extensa del ejercicio, se exponen los
resultados del análisis (si debe figurar en el ejercicio) y el comentario propiamente
dicho. En la conclusión, que ha de ser breve, se valoran los resultados a que conduce el
comentario.
Introducción Elaborada en función del desarrollo y la conclusión
Desarrollo
Cuerpo del ejercicio con:
a) análisis
b) comentario propiamente dicho
c) Conclusión Valoración de lo obtenido en el desarrollo
Pautas de trabajo.
Para elaborar el ejercicio suele resultar útil seguir las siguientes pautas:
Numerar el texto. Lo habitual es cada 5 líneas. Esto nos permite localizar cualquier
frase con rapidez y citar con precisión, lo que nos evita pérdidas innecesarias de
tiempo.
Disponer de folios para utilizarlos como borrador.
Leer el texto varias veces, hasta estar seguros de haberlo comprendido. Podemos
hacer un brevísimo resumen del mismo (la idea central nunca debe estar ausente del
mismo; en el resumen se trata simplemente de abreviar el texto, recoger lo esencial).
Anotar, en el borrador, todas las ideas que se nos ocurran en las sucesivas lecturas
del texto, aunque inicialmente parezcan no tener nada que ver con él o con nuestro
propósito.
Analizar el texto, (¿cómo? ver el análisis), anotando en el borrador todas las ideas
que se nos sigan ocurriendo, de forma que podamos recuperarlas posteriormente si
las creemos útiles.
Más tiempo nos llevará seleccionar y ordenar las ideas del borrador y hacer un plan
para la elaboración del comentario. Es la parte central del ejercicio: de qué vamos a
hablar, qué posición defenderemos, qué criticaremos, en qué orden, con qué
extensión cada parte, etcétera. Una vez hecho esto tendremos clara la conclusión que
se impone. Conociendo el desarrollo y la conclusión estaremos en condiciones
entonces de preparar una buena introducción.
Por último, comenzaremos el desarrollo del ejercicio siempre según el plan de
trabajo que nos hemos trazado.
LOCALIZAR EL PROBLEMA
El problema es el punto clave, alrededor del cual gira el texto, el que le da sentido y
unidad. Todo texto debe ser entendido como la respuesta que da un autor a un
interrogante, que puede estar o no explícitamente formulado. Esta respuesta es la toma
de postura del autor frente a la cuestión abierta y/o frente a la respuesta a la misma
cuestión dada por otros autores, cuyas tesis pueden aparecer, o no, en el texto.
Entender el texto como una respuesta significa retroceder en el orden lógico a lo que
tenemos escrito ante nosotros, esto es, situarse en un momento anterior al del texto que
estamos leyendo, y captar la pregunta que lo ha motivado y dotado de una intención y
finalidad, que es, seguramente, la de defender o proponer una tesis frente a otras.
Aunque el problema siempre es un interrogante sobre un aspecto parcial del tema, no se
ha de esperar encontrarlo formulado como tal problema entre signo de interrogación,
porque esto es excepcional. Descubrirlo y formularlo con sus propias palabras, como
una interrogación, es labor del lector-comentarista y algo esencial para alcanzar una
buena interpretación y poder elaborar después el comentario. Con la correcta
formulación del problema demostramos que nos hemos introducido en la temática
propuesta y que comprendemos la problemática que ha dado origen a la escritura, es
decir, las preguntas que otorgan al texto su sentido global.
Mediante la formulación del problema, el comentarista realmente abre un interrogante
que tendrá que hacer suyo en el comentario crítico, sopesando y enjuiciando lo dicho al
respecto por el autor, y manifestando su posición y alternativa, si la tiene.
Consideraciones prácticas sobre el problema:
1) No siempre se trata de un solo problema. En ocasiones se presenta un conjunto
de problema entrecruzados, entre los cuales uno será el problema clave en el
texto, ocupando los otros lugares subalternos. Esta jerarquía debe ser claramente
detectada en el análisis realizado previamente.
2) Es frecuente oir y leer que basta con situar entre interrogantes las idea principal
o tesis del texto para hallar el problema. Esto es algo que ocurre a veces, pero la
aplicación mecánica de esta norma (incorrecta norma) ha hecho fracasar más
comentarios de los que ha ayudado a salvar.
3) Lo cierto es que no se pueden dar normas fijas sobre cómo formular el
problema. Lo que sí es necesario decir es que un problema es una pregunta
abierta a diversas posibilidades, a diversas respuestas. En esto consiste,
precisamente, su carácter de problema. Si sólo tuviera una posibilidad de
respuesta no sería tal problema. La formulación, por lo tanto, debe poseer esta
característica. Si la pregunta ya encierra uan respuesta o ya indica claramente
una dirección o un ámbito concreto sonará a retórica, no a genuino
planteamiento de un problema.
4) El problema es una manera personal o matizada de enfocar o penetrar en asuntos
o aspectos concretos del tema general, lo que implica que la pregunta no debe
ser tan amplia que abarque todo el tema. En este caso, perderíamos de vista el
asunto central del texto.
5) A veces el problema puede ser planteado en forma de alternativa, cuando lo que
hace el autor es enfrentar dos tesis contrarias.
LOCALIZAR EL TEMA GENERAL
Una vez entendida la terminología se trata de entender el tema general del texto.
Normalmente, todo texto trata de decir algo y para demostrarlo dice otras cosas que
sirven para aclarar el tema (tesis, explicaciones, subtesis, ejemplos etc..). Se intenta
ahora encontrar ese tema general. El tema es, pues, el asunto más general sobre el que
habla el texto y al que debemos mencionar con el menor número de palabras; a ser
posible con una sola. Habrá de concentrarse, por lo tanto, en la búsqueda de esa idea, sin
preocuparse demasiado, por el momento, de las ideas secundarias.
Para encontrarla, puede ser útil recordar que todo texto es una respuesta a algo que no se
sabe (o el mismo planteamiento de un problema). El tema surge en la respuesta a la
pregunta: ¿De qué habla el texto?, ¿Cuál es el objeto general del discurso? Así: el amor,
la belleza, el conocimiento, la verdad, la justicia, la experiencia, la libertad, el bien, la
filosofía, la educación, el trabajo, la felicidad, la explotación, la vida, la responsabilidad,
la ley, etc. Por su brevedad podría colocarse como título, aunque no lo recomendamos
por ser demasiado vago e indefinido respecto al contenido particular que el texto
pretende aportar.
La localización del tema necesita de una lectura atenta y cuidadosa que ha de estar
advertida de tres errores usuales: Primero: pensar que el tema siempre debe aparecer
mencionado en el texto. Esto, efectivamente, puede suceder, pero no es necesario que
así sea. Segundo: confundir el tema con el problema. El problema es, un interrogante
sobre un aspecto parcial del tema. Tercero: confundir el tema con la tesis, que es la
respuesta del autor al problema planteado sobre el tema.
LOCALIZAR LA TESIS
La tesis es la respuesta dada por el autor al problema planteado. Es la afirmación o
negación fuerte alrededor de la cual está organizado el resto del texto, ya sea como
camino que lleva necesariamente a ella, caso de una deducción en la que la tesis es la
conclusión, o como una serie de ideas introductorias que escalonadamente nos
aproximarían a dicha tesis; o también como argumentación que apoya y fundamenta una
vez expresada. Problema y tesis son los dos polos entre los que se mueve el texto, los
que marcan la dirección última de su sentido.
La tesis es la idea fundamental del texto, por lo que debemos formularla de manera
rotunda y contundente, a ser posible mediante una frase breve, de forma directa y sin
rodeos.
Respecto a la tesis o idea fundamental se han de tener en cuenta algunas
consideraciones:
1) La primera es que no es necesario que esté redactada como tal tesis en el texto,
es decir, no tiene por qué coincidir con una frase completa u oración gramatical.
Es más frecuente que se encuentre diseminada a lo largo de un párrafo o de todo
el texto, aunque casi siempre encontraremos una frase que será su núcleo.
2) Consecuencia de lo anterior es que no se debe esperar que esté formulada al
principio del texto, seguida de una argumentación que la fundamente, ni al final
como una conclusión de lo dicho; éstas sólo son dos de las muchas posibilidades
existentes.
3) En tercer lugar, no se debe interpretar la expresión “respuesta a un problema” en
el sentido de esperar una afirmación o negación rotunda al problema. Puede
ocurrir que encontremos un texto cuya tesis afirme que el problema está mal
planteado, o que es un pseudoproblema que en vez de ser resuelto, pues al estar
mal planteado o carecer de entidad es imposible, deba ser disuelto, o que es una
falacia, una paradoja, un “si .. pero”, un “no, pero...” etc.
4) También podemos encontrarnos con diversas posibles respuestas, en vez de una
sola; o la presentación de tesis secundarias o subtesis de la tesis principal que
limiten o maticen su campo. Por ello se debe estar atento para saber
diferenciarlas y saber establecer las jerarquías.
En resumen, no se ha de esperar encontrar una formulación precisa de la tesis o una
clara afirmación o negación al problema planteado; existen otras posibilidades. De lo
que concluimos que la tesis saldrá a la luz producto del trabajo de análisis y
comprensión, al igual que sucedía con el problema. El comentarista deberá elaborarla en
la formulación precisa y contundente señalada. Es fácil comprender que la práctica
cumple un papel importante en este ejercicio. Sólo a través de ella el comentarista irá
familiarizándose con los textos y sus formas de expresión, e irá conociendo las diversas
posibilidades de aparición de la tesis.
EL COMENTARIO DE TEXTO
Es uno de los ejercicios más adecuados para desarrollar la capacidad intelectual de los
alumnos.
Implica múltiples habilidades de trabajo intelectual: resumir, comparar, dominar una
terminología muy específica, establecer analogías y comparaciones, formarse opiniones
propias y saber expresarlas.
Existen dos posibles formas:
a) Dirigido: cada profesor marca las pautas. Por ejemplo: explicación de frases,
localización de la idea principal, colocación de un título o estructura.
b) Libre: Su realización es más difícil. Supone ya cierta madurez y práctica. Éste es
el que nos interesa, pero teniendo en cuenta que su implantación debe ser
progresiva.
Dejemos bien sentado desde el principio lo que debe ser y lo que no debe
hacerse en un comentario de texto.
LO QUE SE DEBE EVITAR
La literalidad: repetir lo mismo que dice el texto, aunque se disfrace la repetición con
pequeños cambios o suprimiendo algunos términos. No se trata de parafrasearlo.
La arbitrariedad: decir cosas prescindiendo del texto y sin ninguna conexión con él.
LO QUE DEBE HACERSE
Captar y comprender el texto original: lo que realmente dice.
Aclarar, profundizar y enriquecer el texto: qué digo yo a partir del texto.
Existen muchos métodos y esquemas para hacer comentarios de texto. Nos vamos a
inclinar por ofrecer uno muy simple. Se pueden distinguir dos fases.
PRIMERA FASE
En la primera se trata de estudiar detenidamente el fondo (cuáles son las ideas del autor)
y la forma (cómo las expone) que tiene el texto. Así evitaremos lo que hemos señalado
en el cuadro anterior acerca de la literalidad y arbitrariedad. Se van tomando notas en
papel borrador siguiendo los pasos que se indican a continuación:
1. Lectura y comprensión del texto
PAUTAS:
Lectura atenta un par de veces para familiarizarse con el texto y enterarse de qué trata.
Lectura activa: subrayar las ideas más importantes.
Conocer el significado exacto de las palabras. ¡Cuidado con los tecnicismos filosóficos!.
Buscar en el diccionario de la Lengua o propiamente de Filosofía.
En una enciclopedia se puede recabar información sobre el autor y el contexto históricocultural
en el que escribió su obra.
2. Análisis del contenido.
Este paso es muy importante, pues sólo comprendiendo qué dice el texto se podrá
después comentarlo con sentido. Por ello hay que dedicar un tiempo a este análisis.
PAUTAS:
- Ponerle un título que exprese el tema, problema o tesis que defiende.
- Localizar las partes en que se divide el texto.
- Anotar las diversas ideas o problemas destacando la/las principal/es contenidas en el
texto.
- Descubrir las conexiones existentes entre las ideas, es decir, descubrir el orden interno
del texto, cuál es su estructura. repetición con pequeños cambios o suprimiendo algunos
términos. No se trata de parafrasearlo.
- La arbitrariedad: decir cosas prescindiendo del texto y sin ninguna conexión con él.
- Aclarar, profundizar y enriquecer el texto: qué digo yo a partir del texto.
- Se puede recurrir a la realización de un mapa conceptual. También, si se quiere, con
flechas, signos, números.
3. Análisis de la argumentación
PAUTAS:
-Localizar el hilo argumentativo que sigue el autor.
-Detectar insuficiencias en el modo de plantear el/los problema/as, ambigüedades,
falacias, saltos injustificados...
-Ver los recursos expositivos empleados para presentar y justificar su línea
argumentativa: ejemplos, comparaciones...
4. Valoración y crítica personal.
Es el momento más difícil y personal del comentario.
Requiere situarse ante lo que el texto plantea y abordarlo desde el propio punto de vista.
La opinión personal debe estar fundamentada y razonada coherentemente.
PAUTAS:
-Anotar, todavía en borrador, en forma esquemática:
-Conclusiones a las que ha llegado el autor.
-Argumentos que ha empleado.
-Actualidad que tienen las ideas del texto.
-Influencias que recibe el autor y con quién entra en polémica o enfrentamiento.
-Grado de acuerdo o desacuerdo con lo expuesto por el autor.
-Qué me aporta el texto.
SEGUNDA FASE
Después de realizados, en borrador, todos los pasos anteriores de la primera fase, se
trata ahora de pasar a la redacción definitiva del ejercicio en la que se desarrollan de
manera coherente las ideas.
A título orientativo, el esquema que se puede seguir es éste:
1. Introducción: ayuda a enmarcar y situar todo el ejercicio.
Redactar, sin excesiva amplitud:
-Autor
-Título
-Tema
-Partes en que se estructura el texto.
2. Desarrollo:
Se redacta el esquema de ideas que se había obtenido en borrador de los pasos 2.º y 3.º:
análisis del contenido y de la argumentación. La redacción ha de expresar con mucha
claridad qué dice el texto (pero sin que haya que seguir sucesivamente el mismo orden
del texto), sino acentuando los puntos fundamentales e indicar claramente las
conexiones que el autor establece entre sus ideas.
3. Conclusión.
Valoración crítica personal, redactando las notas del paso 4.º de la primera fase.
Finalmente, es necesario repetir unas observaciones muy generales que nunca está de
más recordar:
1. Procurar claridad expositiva:
-Lenguaje sencillo.
-Nunca frases rebuscadas.
-Frases cortas que favorezcan la comprensión.
-Párrafos no excesivamente largos.
-No divagaciones, repeticiones, regresiones.
2. Mantener un orden coherente: lo que se dice debe estar relacionado con lo dicho
anteriormente y lo que se va a decir a continuación.
3. Mostrar rigor y exactitud en los datos que se manejan.
4. Dar una presentación formal correcta:
-Dejar márgenes.
-Letra legible.
-Cuidar ortografía.
-Utilización correcta de los signos de puntuación.
Material extraido de http://usuarios.multimania.es/diariodeclase/EXPRESION%20ESCRITA/EXPRESION%20ESCRITA.htm

ESTRUCTURA LÓGICA Y ARGUMENTATIVA DEL
TEXTO
Ahora hay que prestar atención al texto en su conjunto y no sólo a la idea central del
mismo. Una vez entendido el tema principal hay que comprender cómo desarrolla el
autor ese tema, qué ideas secundarias añade, cómo justifica su postura, a qué opiniones
contrapone la suya propia. Es el momento de ocuparse no sólo de lo que el texto dice
explícitamente sino también de lo que quiere decir, y sobre todo de lo que quiere
decirnos a nosotros. Recordemos que el comentario de textos consiste en establecer un
diálogo con el mismo a través del tiempo, y que la primera regla de todo diálogo
consiste en adoptar el punto de vista del interlocutor, comprender cómo piensa y no sólo
las palabras que utiliza.
El autor de un texto puede utilizar diversas proposiciones con distintos fines: plantear el
problema central, afirmar la tesis principal, fundamentarla, aclararla, matizarla,
ejemplificarla etc.. Puede exponer, además, una tesis contraria confrontándola con la
suya, exponer una subtesis, etc..
Son, pues, varios los niveles expositivos que puede presentar, y normalmente presenta,
un texto. Resulta excepcional que se limite a presentar uno solo de estos niveles, ya sea
la presentación del problema o de una tesis. Recordemos también el apartado referido al
sujeto del enunciado.
Lo que aquí se pretende, por consiguiente, es: a) Localizar y aislar los diversos niveles
expositivos componentes del texto. b) Establecer la articulación lógica o estructura
argumentativa que puede existir entre las diversas ideas y entre los diferentes niveles
expositivos que aparecen en el texto. c) Contestar a preguntas como las siguientes:
¿Existe un hilo conductor?. ¿Qué método de exposición realiza: enumerativa,
argumentativa, razonamiento deductivo, inductivo, método dialéctico etc...?.
No siempre resulta fácil realizar esta labor, debido a la brevedad de los textos, pero
siempre es posible localizar el orden lógico de lo dicho por el autor. Por ejemplo: ideas
introductorias a la presentación del problema o a la tesis que defiende; idea central de la
tesis; argumentación o razonamiento que apoya y fundamenta la tesis; subtesis que
puedan darse; ejemplos; conclusiones etc. Pueden aparecer matizaciones, contratesis, ya
sea al principio del texto para luego negarlas con la propia y su argumentación, o al
final, una vez fundamentada la propia y para rechazarlas desde sus propias conclusiones
y pruebas o argumentaciones, etc. Especial dificultad presentan los textos que no poseen
ni pretenden una estructura lógica argumentativa, tales como aforismos, textos de
vocación poética. Estos requieren un tratamiento particular.
1. CUESTIÓN DE ANÁLISIS ARGUMENTATIVO.
Las preguntas argumentativas sobre un texto son aquellas que hacen referencia a los
modos de razonar que utilizar el autor para exponer sus ideas, es una pregunta referente
a la organización de las ideas dentro de un texto.
El objetivo de la pregunta es que demuestres que puedes poner en marcha tus ideas,
estableciendo un razonamiento demostrativo, utilizando un lenguaje dado en los temas
en el que construyes tus razonamientos. Por ello aquí hay muchas formas de
argumentación.
Argumentación o razonamiento: es el conjunto de operaciones en el texto mediante las
cuales un filósofo intenta justificar y validar aquello que afirma. Forman parte de la
argumentación la manera de utilizar el sujeto de la enunciación, la forma de establecer
el significado de algunos términos, el uso de algunos conectores argumentativos y
algunas estructuras de la demostración.
Conclusión: es la idea o tesis que el autor presenta como validada al término de una
argumentación.
Premisa: es un enunciado o idea a partir de la cual se va a derivar otro enunciado. La
conexión entre premisas conduce a una conclusión y esta conclusión es una tesis
validada.
Tesis: es el punto de vista o la idea que un filósofo sostiene sobre un asunto
determinado. Puede afirmarla sin demostrarla, puede derivarla de un razonamiento y
puede formar parte de una argumentación en la que se mezclan distintas operaciones
argumentativas.
Demostración: es la forma de argumentar que pretenda hacer válida una idea, de manera
que sea universalmente aceptada como verdadera.
2. RESOLUCIÓN DEL ANÁLISIS ARGUMENTATIVO.
Una de las mayores dificultades de los textos que no son didácticos es que en ellos no
aparecen claramente marcados los diversos niveles expositivos. Más bien ocurre lo
contrario. Basta comparar un manual cualquiera con un libro de ensayo para notar la
diferencia existente en la presentación del contenido. En el manual todo aparece
perfectamente organizado: diversos tipos de letra, diversos colores, cuadros, llaves etc..,
además de estar redactados en una cuidada prosa didáctica. De esta manera, el lector no
encuentra mayores dificultades a la hora de distinguir entre lo fundamental y lo
complementario, entre las definiciones y las explicaciones, las citas, los ejemplos etc...
En realidad, el libro de texto está concebido para facilitar la comprensión y para que se
proceda a una fácil memorización de su contenido, aunque para ello deba sacrificarse la
riqueza del contenido. La máxima colaboración que se le pide al lector es que resuelva
los ejercicios, que suelen ser comprobaciones de memorización, cuando no simple
aplicación mecánica de unos recursos.
En un ensayo las cosas son bien diferentes, y más cuando sólo se presenta un pequeño
fragmento de él. Muchos de ellos no vienen ni estructurados en capítulos, sino que son
una larga sucesión de párrafos, algunos larguísimos, en los que al primer golpe de vista
todo aparece mezclado.
Pues bien, las instrucciones que vienen a continuación te servirán para poder establecer
la estructura argumentativa de un texto.
Una vez analizados los sujetos de la enunciación presentes en el texto, te proponemos
llevar a cabo dos operaciones:
2.1.- MARCAR PALABRAS
Como en el caso del análisis conceptual, se trata, de poder ver lo esencial. Resaltar
palabras que conviene tener muy a la vista, primero para el análisis y después para la
redacción de la respuesta.
En este caso, lo esencial que hay que ver es la argumentación. La argumentación es el
esqueleto o la estructura, a veces poco visible, en la que se apoyan las ideas de un texto.
Hay que intentar poner de relieve lo que a primera vista puede estar confundido entre la
nube de palabras de las que está compuesto un texto. Por lo tanto, te sugerimos que
marques:
a) Las palabras que explícitamente utiliza el autor para hacer referencia a las
operaciones argumentativas que está llevando a cabo. Éstas son algunas de ellas:
b) Los conectores argumentativos. Los conectores argumentativos son las palabras o
expresiones que introducen una cierta operación argumentativa. A continuación te
ofrecemos una clasificación de las palabras y expresiones castellanas más utilizadas
como conectores argumentativos en los textos filosóficos. La clasificación indica la
función argumentativa de cada grupo (ten en cuenta que he seleccionado tan sólo
conectores que pueden tener una función argumentativa en los textos y no hemos
contemplado los conectores que sólo realizan funciones gramaticales).
Como la lista no es ni mucho menos exhaustiva, te proponemos que ante la duda acerca
de si una palabra es conector argumentativo o bien de cuál se trata, busques sustituir el
conector que no sepas clasificar por el primero indicado en el apartado.
Es poner de relieve lo que puede estar confundido, identifica:
- Sujetos de enunciación.
- Palabras que hacen referencia a las operaciones argumentativas
- Conceptos argumentativos
- Los puntos de partida
- Establece y reconoce con exactitud la conclusión
- Reconstruye los pasos intermedios que han llevado desde los primeros a los segundos.
- Debes ver cómo se organizan y vinculan entre sí esos pasos intermedios
2.- FRAGMENTAR
Es fragmentar el texto en tantas partes como enunciados o ideas encuentres y
reconstruye de forma argumentativa el texto.
Indicaciones para realizar la argumentación: Analiza la fundamentación de la tesis
según premisas aportadas para ello. Compara la tesis con la de otros, señala semejanzas
y diferencias.
Recuerda el análisis de argumentos tiene como finalidad mostrar la estructura
argumentativa del mismo y dar cuenta de la comprensión de un problema. Ello supone
que tú mismo seas capaz de argumentar y de plantear tesis adecuadamente
fundamentadas.
Recuerda que su objetivo es que demuestres que puedes analizar minuciosamente un
texto, atendiendo a todas las operaciones que un filósofo pone en marcha para validar
sus ideas.
Que demuestres tus destrezas en reconocer cómo ha sido elaborada una argumentación.
Es decir, en resaltar la estructura racional del pensamiento del autor señalando la
manera cómo están vinculados entre sí un conjunto de presupuestos para llegar a la
conclusión que se pretende afirmar.
FORMA DE LA CUESTIÓN ARGUMENTATIVA
Es una pregunta que apunta a establecer el razonamiento que la ha hecho posible, un
ejemplo puede ser: ¿Mediante qué razonamiento llega Hume a la conclusión: "no es la
razón la guía de la vida, sino la costumbre"?. Toda argumentación parte de unos puntos
iniciales y aspira llegar mediante la combinación y organización de argumentos
secundarios a un resultado final que se considera probado o verdadero en virtud de la
forma cómo han sido trabados los argumentos que han conducido hasta él.
RESOLUCIÓN DE LA CUESTIÓN ARGUMENTATIVA
Te proponemos llevar a cabo dos operaciones:
REDACTAR
1) Debes indicar que el filósofo al que pertenece el texto es el autor de los
significados que se exponen.
2) Si hay otros puntos de vista además del autor, se pondrá de manifiesto.
3) Si utilizas información extraída del texto, indícalo con claridad.
4) La presentación de la respuesta tiene que tener forma de análisis, hay que
ordenar y dividir las partes. Para ello debes utilizar expresiones de orden.
5) Reordenar los enunciados que aparecen en el texto porque así lo requiere la
argumentación.
6) Si utilizas información externa al texto, debes diferenciarla de la que extraes del
propio fragmento.
7) La respuesta debe tener una presentación analítica: utiliza el punto y aparte
como recurso para separar cada uno de los pasos de la argumentación.
8) Recuerda que una buena calificación puede depender de tu capacidad de
exprimir el texto, no despreciando nada por poco significativo.
Con frecuencia, pero variando según los estilos literarios de los autores, las
argumentaciones pueden ser más claras o convincentes, pero todos pretenden lo mismo
y todos argumentan de igual manera: encadenando causalmente argumentaciones hasta
llegar a lo que quieren probar.
Advertencia: Aquí tampoco se le pide al alumno que ponga nada de su parte sino que
sólo muestre si es capaz de reconocer la forma lógica y argumentativa del texto que se
le propone. Por lo tanto, sólo hay que atender a la forma argumentativa y no a los
contenidos, verdad o falsedad de las argumentaciones, y considerar que la aportación
del alumno es la de descubrir o reconocer y no la de juzgar el contenido de los
argumentos.
Así como en el punto de vista anterior la idea central se expresaba en un resumen, esta
comprensión se concreta en un esquema de contenido. Un esquema consiste en indicar,
de manera breve y sintética, los diversos pasos que va dando el autor en el desarrollo del
tema. Para ir descubriendo esos pasos habrá resultado muy útil utilizar el subrayado del
texto: cada vez que nos encontramos con una idea nueva (o un aspecto nuevo de la
misma idea) subrayaremos la frase. El mismo texto así anotado nos irá dando la pauta
para distinguir las ideas principales y las secundarias, que habrá que distinguir en el
esquema. Este esquema puede realizarse con frases redactadas, en forma de gráfico, de
cuadro sinóptico, etc., de acuerdo a nuestras preferencias personales.
Hay que advertir que todo esquema implica una interpretación personal del texto. Es
decir, cuando "desarmamos" el texto en ideas principales y secundarias estamos
leyéndolo desde un punto de vista determinado: el nuestro. No podemos evitar que en la
lectura que hacemos de él intervenga nuestra propia manera de ver las cosas, el punto de
vista de un tiempo y una situación muy distintos. Pero no hay que confundir esta
interpretación con un comentario que le haga decir al texto lo que no dice: no se trata de
inventar sino de comentar. Sólo la práctica y el estudio de cada autor pueden lograr este
equilibrio.
Conviene hacer aquí algunas advertencias:
• Un resumen no es una copia ni una abreviatura del texto. En lo posible, y aunque a
veces utilicemos expresiones del autor, es mejor redactar utilizando nuestros propios
recursos.
• Un resumen debe ser más breve que el mismo texto: no se trata de "decirlo todo": hay
que limitarse a esa idea central que buscamos.
Un buen ejercicio, una vez realizado el resumen, consiste en buscar un título al texto.
Un título consiste en "un resumen del resumen": expresar en una pocas palabras el tema
central del que trata el fragmento elegido.
3. COMENTAR Y CRITICAR
Los dos pasos anteriores se referían al texto mismo: ahora se trata de relacionar el texto
con otros puntos de vista. Es el momento de seguir el diálogo, que hemos comenzado
escuchando, incorporando al mismo otras opiniones, incluso la propia. El comentario y
la crítica son, por lo tanto, los momentos más creativos y personales del estudio de un
texto. Teniendo en cuenta que este esquema es meramente indicativo, vamos a sugerir
tres momentos distintos para esta etapa, sin olvidar que todos los pasos están
íntimamente relacionados.
3.1. El contexto:
En un orden estrictamente lógico, el estudio del contexto debería haber sido colocado
antes, ya que no se puede comprender un texto si no se sabe a qué época pertenece,
cuáles eran las ideas de su tiempo, de qué obra ha sido extraído, etc. Sin embargo, nos
parece preferible acercarse al contexto después de una primera aproximación a su
contenido, porque de esta manera el estudio del contexto no se convierte en una mera
recopilación de datos sueltos, sino en un acercamiento al ambiente histórico y cultural
en el que ha nacido un texto que ya se conoce.
• En primer lugar habrá que averiguar qué lugar ocupa el texto que estamos comentando
en la obra de la cual ha sido extraído. Para ello necesitaremos recurrir a una Historia de
la Filosofía o manual.
• En segundo lugar, averiguar qué lugar ocupa esa obra en el conjunto de las obras del
autor. Es importante, por ejemplo, saber si se trata de una obra de juventud o de
madurez.
• En tercer lugar, habrá que conocer algunos datos del contexto histórico en que se
escribió la obra. Como hemos dicho antes, una obra filosófica no surge solamente de la
cabeza de su autor sino de un conjunto de circunstancias históricas y sociales que a
primera vista tienen poco que ver con la filosofía. Por ejemplo, sería imposible entender
a Platón o Aristóteles sin conocer algo de la historia de la democracia griega o a Sartre
sin saber que su filosofía surge después de una terrible guerra mundial.
• Y en cuarto y último lugar, será necesario comprender el contexto ideológico del
texto. Es lo más difícil pero a la vez lo más importante. Como hemos dicho antes, todo
texto dialóga con otras ideas: las apoya, las discute, las matiza, las completa. Para
comprender realmente la opinión de un autor sobre un determinado tema es preciso
saber con quién está hablando, a quiénes se dirige y a quiénes está respondiendo aunque
no lo diga claramente. Para comprender a Hume es necesario saber que se opone a los
racionalistas.
3.2. Comentario crítico
Hemos llegado casi al final. Se trata ahora de recoger todos los elementos que hemos
ido acumulando en los pasos anteriores para conversar directamente con el texto: es el
momento de preguntarnos, por ejemplo:
• ¿Qué aporta este texto a la historia del pensamiento? ¿En qué medida avanza con
respecto a las opiniones de filósofos anteriores o contemporáneos?.
• ¿Son convincentes sus argumentos? ¿Tienen lagunas o incoherencias? ¿Qué
repercusiones va a tener en la historia posterior? ¿Qué valor actual tienen sus opiniones?
¿Sirven para comprender mejor los problemas de nuestro tiempo?.
• ¿Las opiniones que defiende el texto se ven afectadas por nuevos descubrimientos
científicos o nuevas perspectivas filosóficas?
Éstas y muchas otras preguntas se le pueden plantear al texto; sería imposible una
enumeración completa, ya que las preguntas dependen del tipo de texto de que se trate.
Después de haber recorrido las etapas anteriores, estamos ahora en condiciones de
hablar con el autor "de igual a igual", como si fuera un filósofo casi contemporáneo que
trata de pensar, en diálogo con nosotros, acerca de problemas que nos importan a todos.
Y ahora sí que podemos intentar una valoración crítica personal de sus opiniones: todo
lo anterior era una preparación para que juzguemos por nosotros mismos acerca de la
validez de las respuestas que propone y los argumentos en que las fundamenta. Con
todo, conviene recordar que esta crítica personal deberá ser prudente y quizás
provisional. Los textos clásicos abordan problemas que han preocupado a grandes
figuras del pensamiento durante siglos; resultaría extraño que con su sola lectura
declaremos resueltos y terminados esos problemas. Pero tenemos todo el derecho a
inclinarnos por unas soluciones antes que por otras, a advertir incoherencias o fallos de
razonamiento, a preferir unos autores a otros. Sin este último paso, el comentario de
textos se reduce a un trabajo externo a nuestros intereses, y hay que recordar que se trata
ante todo de "aprender a filosofar" y no sólo de "aprender filosofía".
¿CÓMO COMENTAR UN TEXTO FILOSÓFICO?
Sólo se puede aprender a filosofar en contacto directo con los textos de los filósofos. Es
importante atreverse desde el comienzo a esta lectura directa, porque los resúmenes
siempre empobrecen el pensamiento de los filósofos.
El ideal sería la lectura completa de los libros clásicos de la Historia de la Filosofía,
pero para comenzar nos limitaremos a la lectura y comentario de fragmentos breves de
autores importantes. Estos fragmentos tienen la dificultad, en su falta de contexto: como
el texto ha sido sacado de un libro, a veces no se entiende del todo su sentido
considerándolo aisladamente. Para suplir, al menos en parte, éstos y otros problemas
está la práctica del comentario de textos: tendremos que situar al fragmento que
queremos comentar en el conjunto de la obra del autor y del tiempo en que se escribió,
aclarar el vocabulario que utiliza, desarrollar sus relaciones con otros textos y autores,
etc...
En primer lugar vamos a dar algunas indicaciones generales acerca de la manera de
abordar el comentario. Luego propondremos un esquema que puede ayudar a realizarlo.
¿Por qué argumentar?
Muchas personas piensan que los argumentos son desagradables e inútiles. A veces
decimos que dos personas “tienen un argumento”, como una discusión verbal. Pero esto
no representa lo que son los argumentos.
“Dar un argumento” significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de
una conclusión. Un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, no
es una disputa. Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. El
argumento es esencial, porque es una manera de tratar de informarse acerca de qué
opiniones son mejores que otras. Tenemos que dar argumentos en favor de las
diferentes conclusiones y luego valorarlos para considerar cuán fuertes son realmente.
Un argumento es un medio para indagar. Un buen argumento no es una mera reiteración
de las conclusiones. Se deben ofrecer razones y pruebas, de tal manera que otras
personas puedan formarse sus propias opiniones por sí mismas.
Muchos estudiantes, invitados a argumentar en favor de sus opiniones respecto a
determinada cuestión, transcriben elaboradas afirmaciones de sus opiniones, pero no
ofrecen ninguna auténtica razón para pensar que sus propias opiniones son las correctas.
Escriben un ensayo, pero no un ensayo basado en argumentos.
En el bachillerato, se pone el acento en el aprendizaje de cuestiones que son totalmente
claras e incontrovertidas. No se necesita argumentar la Constitución española o que
Shakespeare escribió Macbeth. Son hechos que usted necesita tan sólo dominar, y en
sus trabajos sólo necesita exponer.
Los estudiantes llegan a la universidad esperando más de lo mismo. Pero muchos cursos
de la universidad, tienen un objetivo diferente. Estos cursos se interesan por los
fundamentos de nuestras creencias y exigen a los estudiantes que cuestionen sus propias
creencias, y que sometan a prueba y defiendan sus propios puntos de vista. Si
Shakespeare escribió Macbeth ¿Cuál es el sentido del drama?. Los estudiantes tiene la
tarea de aprender a pensar por sí mismos, a formar sus propias opiniones de una manera
responsable, La capacidad para defender sus opiniones es una medida de capacidad, y,
por ello los ensayos basados en argumentos son importantes.
La composición de un argumento corto
1.- Distinga entre premisas y conclusión
El primer paso al construir un argumento es preguntar ¿Qué estoy tratando de probar?
¿Cuál es mi conclusión? Las afirmaciones mediante las cuales usted ofrece sus razones
son llamadas “premisas”. Un ejemplo nos lo da Sherlock Holmes en una de sus
conclusiones clave en La aventura de Silver Blaze:
“Un perro estaba encerrado en los establos, y, sin embargo, aunque alguien había estado
allí y había sacado una caballo, no había ladrado ... Es obvio que el visitante era alguien
a quien el perro conocía bien.. “.
Holmes tiene dos premisas. Una es explícita: el perro no ladró al visitante. La otra es un
hecho general acerca de los perros que presume que nosotros conocemos: los perros
ladran a los desconocidos: Estas dos premisas juntas implican que el visitante no era
desconocido.
2.- Presente sus ideas en un orden natural
Ponga primero la conclusión seguida de sus propias razones, o exponga primero sus
premisas y extraiga la conclusión al final. En cualquier caso, exprese sus ideas en un
orden tal que su línea de pensamiento se muestre de la forma más natural a sus lectores.
3.- Parta de premisas fiables
Aun si su argumento, desde la premisa a la conclusión, es válido, si sus premisas son
débiles, su conclusión será débil.
4.- Use un lenguaje concreto, específico, definitivo
Escriba concretamente, evite los términos generales, vagos y abstractos.
5.- Evite un lenguaje emotivo
No haga que su argumento bueno caricaturizando a su oponente. Generalmente, las
personas defienden una posición con razones serias y sinceras. Trate de entender sus
opiniones aun cuando piense que están totalmente equivocadas. Si usted no puede
imaginar cómo podría alguien sostener el punto de vista que usted está atacando, es
porque todavía no lo ha entendido bien.
En general, evite el lenguaje cuya única función sea la de influir en las emociones de su
lector u oyente, ya sea en favor o en contra de las opiniones que está discutiendo.
6.- Use términos consistentes
Use un solo conjunto de términos para cada idea. Los términos consistentes son
importantes cuando su propio argumento depende de las conexiones entre las premisas.
7.- Use un único significado para cada término
Una buena manera de evitar la ambigüedad es definir cuidadosamente cualquier término
clave que usted introduzca: luego, tenga cuidado de utilizarlo sólo como usted lo ha
definido. También puede necesitar definir términos especiales o palabras técnicas.
Argumentos mediante ejemplos
Es requisito, que los ejemplos sean ciertos. ¡Un argumento debe partir de premisas
fiables!.
8. ¿Hay más de un ejemplo?
Un ejemplo simple puede ser usado, a veces, para una ilustración. Pero sólo un ejemplo
no ofrece prácticamente ningún apoyo para una generalización. Se necesita más de un
ejemplo.
9.- ¿Son representativos los ejemplos?
Pero un gran número de ejemplos puede desfigurar el conjunto acerca del cual se hace
la generalización. Cuando elabore su propio argumento, no confíe sólo en el primer
ejemplo que le venga a la cabeza. Los tipos de ejemplos en los que usted,
probablemente, piensa de inmediato, es probable que estén sesgados. Haga algunas
lecturas, piense cuidadosamente en las muestras apropiadas y sea honesto buscando
contraejemplos.
10.- La información de trasfondo es crucial
Necesitamos la información de trasfondo para evaluar el conjunto de los ejemplos.
11.- ¿Hay contraejemplos?
Compruebe las generalizaciones preguntando si hay contraejemplos.
Argumentos por analogía
Los argumentos por analogía, en vez de multiplicar los ejemplos para apoyar una
generalización, discurren de un caso a otro ejemplo, argumentando que, debido a que
los dos ejemplos son semejantes en muchos aspectos, son también semejantes en otro
aspecto más específico.
¿Cómo evaluamos los argumentos por analogía? Compruebe que su premisa sea
verdadera. Que el ejemplo de la primera premisa sea similar al ejemplo acerca del cual
el argumento extrae la conclusión.
12.- La analogía requiere un ejemplo similar de una manera relevante
Las analogías no requieren que el ejemplo usado como una analogía sea absolutamente
igual al ejemplo de la conclusión.
Argumentos de autoridad
A menudo, tenemos que confiar en otros para informarnos y que nos digan lo que no
podemos saber por nosotros mismos. La mayoría no puede juzgar, a partir de su propia
experiencia. En su lugar, tenemos que argüir de la siguiente forma general. Los
argumentos de la forma “X (alguna persona u organización) dice que Y. Por tanto Y es
verdad” son argumentos de autoridad. Por ejemplo: “Organizaciones de derechos
humanos dicen que algunos presos son maltratado en México. Por lo tanto, algunos
presos son maltratados en México.”.
Sin embargo, confiar en otros resulta, en ocasiones, un asunto arriesgado. Las fuentes
históricas tienen prejuicios, y pueden tenerlas las organizaciones de derechos humanos.
Los criterios que un buen argumento de autoridad debe satisfacer son.
13.-Las fuentes deben ser citadas
Las citas tienen dos propósitos. Uno es contribuir a mostrar la fiabilidad de una premisa.
Resulta menos probable que una persona u organización sea mal interpretada si
proporciona la referencia exacta; el autor sabe que los lectores pueden comprobarla. El
otro propósito es permitir, que el lector o el oyente pueda encontrar la información por
sí mismo. Las citas deben incluir toda la información necesaria. Por ejemplo.-
“Amnistía Internacional informa, en el número de Amnesty International Newsletter
(Vol. 15 nº1 p.6) de enero de 1985, que algunos presos son maltratados en México. Por
lo tanto, algunos presos son maltratados en México”
14. ¿Están bien informadas las fuentes?
Las fuentes tienen que ser cualificadas para hacer las afirmaciones que realizan.
Desconfíe de las supuestas autoridades que pretenden saber lo que de ninguna manera
pueden saber. Por ejemplo, los moralistas religiosos han declarado en ocasiones, que
ciertas prácticas están equivocadas porque son contrarias a la voluntad de Dios. A ello,
habría que contestar que se debería hablar en nombre de Dios con un poco más de
cautela. La voluntad de Dios no es fácil de descubrir, y dado que Dios habla con una
voz tan baja es fácil confundir Su Voluntad con nuestros prejuicios personales.
15. ¿Son imparciales las fuentes?
Las personas que tienen mucho que perder en una discusión no son generalmente las
mejores fuentes de información. A veces pueden no decir la verdad. Tendemos a ver
aquello que esperamos ver: observamos, recordamos y suminsitramos la información
que apoya nuestras opiniones, pero no nos sentimos igualmente motivados cuando los
hechos apuntan en dirección contraria.
No confíe en el fabricante de un producto para tener la mejor información acerca de ese
producto. Las fuentes deben ser imparciales. Asegúrese que la fuente es completamente
independiente y no un grupo de interés disfrazado bajo un nombre que suena
independiente. Los buenos argumentos citan sus fuentes, por tanto, búsquelas. Verifique
la información.
16.- Compruebe las fuentes
Cuando no existe acuerdo entre los expertos, usted no puede confiar en ninguno de
ellos. Antes de citar a alguna persona u organización como una autoridad, debería
comprobar que otras personas u organizaciones están de acuerdo.
17.- Los ataques personales no descalifican las fuentes
Las supuestas autoridades pueden ser descalificadas si no están bien informadas, no son
imparciales, o en su mayor parte no están de acuerdo. ¡Los ataques personales sólo
descalifican al atacante!.
Argumentos acerca de las causas
A veces tratamos de explicar por qué sucede alguna cosa argumentando acerca de sus
causas. Supóngase que usted se pregunta por qué algunos amigos tienen una mentalidad
más abierta que otros. Habla con sus amigos y descubre que los que tienen una
mentalidad abierta son cultos, mientras la mayoría que no tienen mentalidad abierta no
lo son. Descubre que hay una correlación entre ser culto y tener una mentalidad abierta.
Probablemente concluirá que ser culto conduce a tener una mentalidad abierta.
18.- ¿Explica el argumento cómo la causa conduce al efecto?
Los buenos argumentos, no apelan únicamente a la correlación de A y B, también
explican por qué “tiene sentido” para A causar B.
19.- ¿Propone la conclusión la causa más probable?
La mayoría de los sucesos tienen muchas causas posibles. Encontrar alguna causa
posible no es suficiente; usted debe dar un paso más y mostrar que esa es la causa más
probable. Prefiera las explicaciones que son compatibles con nuestras creencias mejor
fundadas. Tenemos que partir de nuestros mejores supuestos.
20.- Hechos correlacionados no están necesariamente relacionados.
Algunas correlaciones no son más que meras coincidencias.
21.- Hechos correlacionados pueden tener una causa común.
Algunas correlaciones no son relaciones entre causa y efecto, sino que representan dos
efectos de alguna otra causa.
22.- Cualquiera de dos hechos correlacionados puede causar el otro.
Mis padres me cuentan que cuando era pequeño pensaba que la causa de los incendios
eran los bomberos. Después de todo, en todos los incendios que vi, había bomberos. Era
una asociación natural. Sólo después aprendí que los incendios “causan” a los
bomberos, y no al revés.
La correlación no establece, la dirección de la causalidad. Si A se correlaciona con B,
puede ser que A cause B, pero también puede ser que B cause A.
23.- Las causas pueden ser complejas.
Muchas historias causales son complejas.
LA COMPOSICIÓN DE UNA REDACCIÓN BASADA EN ARGUMENTOS
A. Explorar la cuestión.
Estos argumentos son largos. Una redacción es una elaboración de argumentos cortos
vinculados entre sí por una construcción más extensa. El primer paso es la indagación.
Antes de que usted pueda escribir una redacción, debe explorar la cuestión y considerar
las diversas posiciones por sí mismo.
A.1. Explore los argumentos sobre todos los aspectos de la cuestión.
Primero, infórmese acerca de cuáles son los argumentos que son considerados más
fuertes para cada una de las tesis posibles. Explorando la cuestión encontrará
argumentos en favor y en contra de estas afirmaciones. Comenzará a formular
argumentos propios. Ensaye diferentes formas de argumentos, formule el mejor
argumento que pueda en favor de cada tesis y luego critique estos argumentos.
Utilice argumentos mediante analogía.
A.2. Cuestione y defienda las premisas de cada argumento.
Cuando las premisas de un argumento son discutibles, usted tiene que examinar también
los argumentos que hay en su favor. Cualquier afirmación que da lugar a dudas
razonables necesita al menos una defensa. Cite alguna prueba o autoridad en favor de
cualquier afirmación que resulte debatible.
A.3. Revise y reconsidere los argumentos tal como aparecen.
Tómese tiempo. Ésta es la etapa donde la revisión resulta fácil y los experimentos
baratos.
B. Los puntos principales de una redacción.
Suponga que ha llegado a una conclusión que piensa que pueda defender
adecuadamente. Ahora necesita organizar su redacción de tal manera que trate todo lo
que necesita ser tratado, y, de este modo, pueda presentar su argumento de la manera
más eficaz. Saque una hoja y un bolígrafo: usted está listo para preparar su esquema.
B.1 Explique el problema.
Comience por presentar la pregunta que quiere responder. Luego, explíquela. ¿Por qué
es importante? ¿Qué es lo que depende de la respuesta? ¿Qué le condujo a usted a
interesarse por la cuestión? .
Considere su audiencia, su tarea es hacer que tomen consciencia de ello. Volver a
plantear el problema puede ser útil aun cuando ya sea conocido. Contribuye a ubicar su
propuesta -¿qué problema está tratando de resolver? , sin embargo no trate de volver a
plantear la historia completa del problema.
Para justificar su interés por una cuestión, puede que necesite apelar a valores o pautas
compartidas.
B.2. Formule una propuesta o afirmación definitiva.
Si está formulando una propuesta, sea específico. “Se debería hacer algo”, no es una
genuina propuesta. Usted no necesita entrar en demasiados detalles. Exponga su
afirmación o interpretación de una manera simple. Después ofrezca tantos detalles como
sea necesario. Puede comenzar diciendo: “En esta redacción, veremos los argumentos
en favor de X como concluyentes.”
B.3. Desarrolle sus argumentos de un modo completo.
Planificar es importante. Su trabajo tiene límites: no cerque más tierra de la que pueda
arar. Un argumento bien desarrollado es mejor que tres argumentos tan sólo esbozados.
No use cualquier argumento que considere que favorece su tesis. Concéntrese en uno o
dos de los mejores.
Si hace una propuesta, tiene que mostrar que resolverá el problema con el cual
comenzó. Éste es el lugar para explicar los detalles del texto o suceso, y explicar la
interpretación detenidamente. Si tiene ejemplos recuerde que deben ser representativos.
B.4. Examine las objeciones.
Anticípese a preguntas escépticas. Que desventajas puede tener la propuesta. Anticípese
a las desventajas. Busque las críticas a su afirmación o interpretación del texto.
Escuadriñe entre las críticas, seleccione las más fuertes o comunes, y trate de
responderlas.
B.5. Examine las alternativas.
Si defiende una propuesta, no es suficiente mostrar que su propuesta resuelve un
problema. También debe mostrar que es mejor que las otras maneras plausibles de
resolver ese problema. Si interpreta un texto o un suceso, tiene que examinar las
interpretaciones alternativas. ¡Argumentar es un trabajo duro!
C. Escribir el ensayo
Usted ha explorado su cuestión y ha desarrollado un esquema. Finalmente, está listo
para escribir la redacción. Use un lenguaje concreto, específico, definitivo, juegue
limpio ... Lo que sigue son unas reglas adicionales específicas para escribir la redacción
basada en argumentos.
C.1. Siga su esquema.
Siga su esquema cuando comienza a escribir. No pase de un punto a otro, si éste debe
venir más tarde. Si, al escribir, le parece que su redacción tiene una estructura
desacertada, deténgase y revise su esquema; después, siga el nuevo.
C.2. Formule una introducción breve.
Algunos estudiante utilizan toda la primera página, basada en argumentos de cuatro
páginas simplemente para hacer una presentación del trabajo, a menudo de una manera
irrelevante. Esto es paja. Vaya al grano.
C.3. Exponga sus argumentos de uno en uno.
Como regla general, exponga un argumento por párrafo. Incluir muchos puntos diversos
en el mismo párrafo sólo confunde al lector y hace perder aspectos importantes.
Use su principal argumento para plantear sus párrafos. Debes dar al lector una idea clara
de hacia dónde quieres ir. Una buena redacción, primero explica la importancia de la
cuestión, luego formula la conclusión y finalmente dedica un párrafo (o varios) a cada
una de sus premisas.
C.4. Claridad, claridad, claridad.
Quizá usted sepa exactamente lo que quiere decir, para usted todo está claro. Muchas
veces, sin embargo, está lejos de ser claro para cualquier otra persona. Las cuestiones
que a usted le parece que están relacionadas, al lector le pueden parecer desvinculadas.
Es esencial explicar las conexiones entre sus ideas ¿Cómo se relacionan sus premisas
entre sí y fundamentan su conclusión?.
La claridad es tan importante para usted como para sus lectores. Mucha veces he visto
estudiantes entregar una redacción que pensaban era agudo y claro; para cuando se les
devolvía, ¡apenas podían entender lo que ellos mismos habían pensado cuando lo
escribieron! Una buena prueba es releer de nuevo el trabajo más tarde, o entregarlo a tus
amigos para que te sean críticos.
C.5. Apoye las objeciones con argumentos.
Usted quiere desarrollar sus propios argumentos de manera cuidadosa y completa, pero
también debe desarrollar cuidadosamente los posible argumentos de otras partes. Si
tiene.Termine sin prejuicios claras las objeciones puede tratar de responderlas.
C.6. No afirme más de lo que ha probado
CONECTORES ARGUMENTATIVOS
CAUSA
• Porque
• Pues
• puesto que
• dado que
• ya que
• por el hecho de que Indican que los enunciados que los siguen explican o dan razón de
los enunciados antecedentes.
CERTEZA
• es evidente que
• es indudable que
• nadie puede ignorar que
• es incuestionable que
• de hecho
• en realidad Indican que los enunciados que los siguen son enunciados ya probados por
el autor y tomados como incuestionables por el autor.
CONDICIÓN
• si
• con tal que
• cuando
• en el caso de que
• según
• a menos que
• siempre que
• mientras
• a no ser que Siempre que en un texto aparece un condicional, éste va seguido de una
consecuencia. Puede suceder que la palabra que introduce un enunciado como
consecuencia de otro no vaya precedido de ningún conector. En éstos se ha de hacer
explícito, en el análisis del razonamiento, un entonces aunque en el texto no esté.
CONSECUENCIA
• luego
• entonces
• por eso
• de manera que
• de donde se sigue
• así pues
• por lo tanto
• de suerte que
• por consiguiente
• de ello resulta que
• en efecto Indican que los enunciados que los siguen son efecto de los razonamientos
antecedentes o de una condición.
OPOSICIÓN
• pero
• aunque
• contrariamente
• en cambio
• no obstante
• ahora bien
• por el contrario
• sin embargo
• mientras que
Estos conectores señalan que los enunciados que vienen a continuación contienen
alguna diferencia respecto de lo que le preceden. La diferencia puede no ser más que un
matiz o, por el contrario, pueden ser algo totalmente opuesto a lo afirmado
anteriormente.
Material obtenido de http://usuarios.multimania.es/diariodeclase/EXPRESION%20ESCRITA/EXPRESION%20ESCRITA.htm

LIBRO VII –DE LA REPÚBLICACAPITULO
I
Se inicia el mito de la caverna, describiendo la condición de los prisioneros y las
extrañas ocurrencias que allí suceden que les llevan a creer que lo que sucede y lo que
conocen es lo real, aunque el espectador de la escena capta todos los engaños que en
ella se dan. Un prisionero (sin saberse por quién) es liberado y empieza a ascender,
aunque siente grandes molestias porque tiene que ir adaptándose lentamente a la luz y si
se le preguntara qué es la verdad contestaría que lo que veía en el fondo de la caverna.
PALABRAS Y TÉRMINOS CLAVE PARA INTERPRETAR EL TEXTO
• educación o falta de ella = el conocimiento de la verdad y las ideas.
• nuestra naturaleza = apresados por el cuerpo y los sentidos.
• ligaduras = lo que nos ata (la sensibilidad).
• luz de un fuego = causa de las sombras; luz que ilumina los objetos.
• plano superior = metáfora de que la verdad está por encima del mundo de los prisioneros.
• tabique, tabiquillo = artilugio para engañar, desconcertar.
• maravillas = trucos, engaños.
• iguales que nosotros = nosotros somos prisioneros de engaños.
• estar refiriéndose a las sombras = el mundo sensible es copia del mundo ideal,
como una sombra lo es del objeto que la proyecta.
• eco = sonido distorsionado.
• liberados de sus cadenas = curados de su ignorancia.
• mover el cuello = cambiar los puntos de vista.
• sentir dolor = sentirse incómodo por tener que abandonar el mundo de los sentidos y
no comprender lo que le pasa.
• más cerca de la realidad = la realidad son los objetos y no las sombras.
• visión más verdadera = estar cerca de la verdad y no como en el fondo de la gruta,
donde sólo percibía sombras y no los objetos que las causan.
• lo que antes contemplaba le parecería más verdadero = le resultaba más fácil
comprenderlo.
CAPITULO II
El prisionero liberado seguirá resistiéndose mientras se le arrastre deprisa hacia la salida.
Pero si se hace con pausa, por grados, la cosa será distinta. Tendría que acostumbrarse
y primero se le enseñarían los reflejos, luego los objetos y posteriormente vería las
estrellas y la luna y finalmente la luz del sol directamente. Pero una vez contemplada la
visión del sol (alcanzado el conocimiento y la verdad; la visión directa de las cosas) se
daría cuenta de sus errores anteriores y de las equivocaciones del fondo de la caverna,
comprendería qué es la causa de las cosas y se reiría y compadecería de la condición y
honores que en la caverna se otorgaban entre sí los prisioneros, sin sentir ninguna
nostalgia de aquél falso conocimiento.
Y si volviera al fondo de la caverna, al volver a ver mal otra vez, sería torpe y se
burlarían de él y los prisioneros pensarían que había vuelto trastornado y que no había
valido la pena la ascensión. Y a quien quisiera liberarlos y hacerles subir le matarían.
PALABRAS Y TÉRMINOS CLAVE PARA INTERPRETAR EL TEXTO
• áspera y escarpada subida = símil de la educación, que no es algo cómodo.
• necesitaría acostumbrarse = tiene que haber un proceso gradual para adaptarse a la
comprensión.
• cosas de arriba = los objetos reales, las ideas.
• sol = fuente de todas las cosas que se ven (el bien causa de todo lo que se comprende).
• ¿envidiaría a los que se dan honores sobre falsedades conociendo él ya la verdad? = una vez
en posesión de la verdad no se puede tener envidia de nada ni de nadie.
• por discernir con mayor penetración sobre las sombras = el conocimiento en el
fondo de la caverna no es verdadero; es opinable.
• competir = en el mundo de los prisioneros hay competencia por la interpretación (pues
no conocen la verdad, que no es opinable).
• ha vuelto con los ojos estropeados = se ha trastornado.
• no vale la pena la ascensión = mucho esfuerzo para haber regresado más torpe de lo
que se fue puesto que no puede ver (comprender) nada de lo que ocurre.
SÍMBOLOS DEL MITO DE LA CAVERNA
• prisioneros: nuestra condición al estar apresados por los sentidos; y además estamos
inmovilizados y atados a ellos.
• la caverna: es el mundo de los sentidos y el de las cosas cambiantes. Lo que en la
linea del conocimiento llamábamos «mundo sensible». Se corresponde, a nivel de epistemología
o grados del conocimiento, con la doxa (opinión y conjeturas, pero no la verdad)
• sombras: los reflejos de las cosas reales, que los prisioneros las consideran como lo real
y verdadero y se atreven incluso a hacer especulaciones acerca de lo que son.
• liberación del prisionero: es liberado (por alguien) y de modo lento y gradual (como
tiene que ser la educación) va ascendiendo, con dolor, sufrimientos y ofreciendo resistencia,
hasta la contemplación directa de las cosas reales (lo que es causa de las sombras).
• fuera de la caverna: es donde existe la realidad que es iluminada por el sol (la
perfección; la idea de bien). Al llegar a ese punto el prisionero se dará cuenta de lo errores
en los que vivía anteriormente (y en el que siguen viviendo los demás prisioneros). Es el
mundo de las cosas inmutables; de las esencias captadas por la razón. Se corresponde, a
nivel de epistemología o grados del conocimiento, con la episteme (ciencia o conocimiento
veraz que está en contacto con las cosas verdaderas). Una vez contemplada la verdad, el
prisionero se sentiría feliz y si se acordara de los que fueron sus compañeros los
compadecería y no sentiría ninguna envidia de los honores que entre ellos se repartieran.
• el sol: que lo ilumina todo, es la idea de bien y además es causa de todo lo existente.
• regreso a la caverna: quien ha contemplado la verdad tiene que regresar para enseñarla
a sus antiguos compañeros. En el proceso de bajada (al igual que le ocurrió al
subir) tendrá que sufrir una paulatina adecuación de la vista (ahora a la oscuridad; al contrario
de lo que había ocurrido al subir). Se muestra torpe y se burlan de él (piensan que no ha
valido la pena tanto esfuerzo para regresar tan incompetente) y además creen que desvaría
porque dice que la verdadera realidad se halla fuera de la caverna (cosa que ellos no
comprenden).
CAPITULO 3
La escena anterior hay que aplicarla al conocimiento: el fondo de la caverna es el mundo de los
sentidos y fuera de la caverna es el mundo de las ideas (de la verdad). Y la ascensión es el
descubrimiento de la verdad. En el mundo inteligible lo último que se descubre es la idea de
Bien, que una vez descubierta se comprende que es la causa de todo. Y no es de extrañar
que los que hayan descubierto las ideas no quieran ya ocuparse de los asuntos humanos.
Los hombres que han visto la verdad se muestran torpes cuando han de volver a tratar con
los asuntos humanos. Y a causa de eso hay que tener cuidado y no reírse de los torpes y
averiguar si están subiendo o bajando.
PALABRAS Y TÉRMINOS CLAVE PARA INTERPRETAR EL TEXTO
• región revelada por la vista = fondo de la caverna = mundo de los sentidos.
• región de la luz = mundo de la verdad o de las ideas.
• ascensión = proceso de liberación del alma de sus ataduras sensibles = educación.
• tribunales = los asuntos humanos, cuestiones relativas a las sombras.
• interpretan esas cosas = los asuntos relativos a las sombras son opinables, frente a la
verdad que no lo es, porque quien ha visto la justicia no discute sobre lo justo.
LOS SIGNIFICADOS DEL MITO DE LA CAVERNA
Aunque es el mismo Platón el que nos pone en las pistas de la interpretación del mito (según
acabamos de ver en la sección III) no pareciendo querer dejar a otros su interpretación, sí
al menos, y siguiendo fielmente, la lectura platónica, al mito de la caverna se pueden
asociar, al menos, las siguientes interpretaciones:
(1) La primera, indudablemente y siguiendo al propio Platón, es la de «con respecto
a la educación o falta de ella, se halla nuestra naturalezas. Por lo tanto, la descripción de
nuestro estado de ignorancia (con respecto a la verdad) en la que nos encontramos al estar
encadenados en el fondo de la caverna frente al estado de conocimiento (haber alcanzado la
verdad) después de haber salido de la caverna.
(2) También siguiendo a Platón, se expresa la relación que existe entre la verdad y la opinión;
entre los mundos racional o inteligible (mundo ideal, representado por el exterior de la caverna) y
sensible (mundo material, representado por el interior de la caverna). Y por la misma razón, la
relación existente entre el conocimiento verdadero y el conocimiento sujeto a la opinión. Hay
grados del ser (sombras, reflejos, cosas y sol) y, correspondientemente, grados del conocer.
(3) El proceso que lleva al prisionero liberado desde el fondo de la gruta a la contemplación
de las cosas verdaderas es el proceso educativo o ascensión que debe seguirse (gradual y
sucesivamente más complejo) para alcanzar la verdad.
(4) La relación que existe entre las enseñanzas de los sofistas (el engaño y la persuasión)
frente al conocimiento del verdadero filósofo (Sócrates; la verdad y las esencias).
(5) Por otro lado es el proceso de liberación del alma desde el fondo de la caverna hasta la
contemplación directa de las cosas y del sol (el bien), que es la causa de todo. Esta
liberación es la purificación del alma desde el engaño a la verdad y, por lo tanto, su
preparación para cuando tenga que abandonar el mundo.
(6) También es un símil con lo que debe ser la vida del gobernante: primero liberarse y
ascender hasta la contemplación de la verdad, pero sin quedarse en ese lugar, sino que
tiene que descender para enseñar la verdad a los que aún siguen encadenados: obligación de
quien ha alcanzado la verdad de ocuparse como misión de los asuntos humanos.
RESUMEN CAP. 4 LIBRO VII “LA REPÚBLICA”
En general, en este capítulo se habla del innatismo en el conocimiento, de la educación
asociada a éste y de quiénes son buenos para gobernar y quiénes no.
• educación no es lo que algunos dicen (los sofistas) afirmando poder otorgar
conocimiento a quién no lo tiene (símil con la visión otorgada a los ojos ciegos).
• Sino que, teniendo ya «algo» el alma (innatismo) sea dirigida (bien dirigida; bien
educada) hacia el conocimiento.
• Pues resulta que las virtudes del conocimiento son diferentes a las del resto del alma
(algunas de las cuales se parecen y desarrollan como las del cuerpo: la memoria).
• Lo que ya se tiene, se tiene, aunque uno esté mal-educado. Y así, el malo se hace
peor y el bueno mejor.
• Y como ya hay algo, hay que educar desde niños para que las buenas naturalezas no
se pierdan.
• No serán buenos para gobernar ni los ineducados (incapaces) ni los privilegiados
que siguen estudiando eternamente.
• Es obligación nuestra (los fundadores de esta ciudad ideal) obligar a los mejores y
no dejarles que permanezcan (inactivos)... ¡Han de bajar con los prisioneros! (que
somos nosotros).
PALABRAS Y TÉRMINOS CLAVE PARA LA INTERPRETACIÓN
• proporcionan ciencia al alma = los sofistas no creían en las ideas innatas y por eso
pensaban que tenían que dotar de todos conocimientos, como quien cree que puede
infundir la vista a los ojos ciegos.
• esa facultad, existente en el alma de cada uno = innatismo.
• volverse... = cambiar de dirección la mirada: desde lo cambiante a lo inmutable
(esencias).
• la parte más brillante del ser = el bien.
• arte de descubrir... = educación dialéctica.
• más divino = el alma, según Platón, tiene un origen extraterreno, divino.
• que jamás pierde su poder = el alma es inmortal.
• excrecencias plúmbeas = los sentidos, asociados a lo cambiante.
• islas de los bienaventurados = paraíso intermedio entre tierra y cielo (Fedón 110A y ss.)
• fundadores = en el diálogo, los interlocutores figuran ser los fundadores de una ciudad
perfecta, pero imaginaria.
REDACCIÓN: La revolución educativa de los sofistas y la reacción platónica
Con relación a la filosofía anterior, en el siglo V a. C. se observa un cambio absoluto en la
temática que va desde lo material a lo espiritual, o de los problemas de la physis a los
del anthropos. Las cuestiones en torno al ser humano adquieren en Grecia un prestigio
hasta entonces desconocido, mientras que las corrientes en las que pervivió la filosofía
natural decaen enormemente, perdidas sus ambiciones globalizadoras y pasando a ser
saberes especializados, anunciando el origen de las ciencias naturales.
La renovación intelectual griega va de la mano de los sofistas, que aportaron aires
nuevos a la sociedad helénica y consiguieron transformar las actitudes de la gente frente a
la filosofía, logrando interesar al público. Mientras que los filósofos del siglo VI a.C. eran
creadores solitarios que especulaban en sus alejadas colonias sobre los arjai o primeros
principios del mundo físico, los sofistas son pensadores urbanos con una problemática
que interesa a la mayoría de la gente porque se ocupa de la naturaleza humana. Se
ponen de moda; interesan sus conocimientos (Aristófanes, el comediógrafo, se quejaba
de que mientras los teatros estaban vacíos, los salones de los sofistas rebosaban de
público), pero sobre todo interesan sus actitudes, estrechamente relacionadas con la
renovación de la cultura y de la sociedad griega. Con ellos, aunque no sin dificultades
y oposiciones, la filosofía gana prestigio social. Aparece el interés por los temas
humanos: sociedad, política, gobierno, ley, comercio, etc. y a través de ellos, de sus
enseñanzas, el demos ve la posibilidad de afianzarse en lo que antes era el privilegio de
los aristócratas, pero que ya había sido revocado por medidas democráticas: el poder.
Si bien la problemática de la educación no era nueva en Grecia, remontándose en sus cánones
clásicos a Homero y a los poemas aristocráticos de Teognis y Píndaro, es la actitud de
los sofistas quien la plantea con formas e intereses diferentes, coincidiendo con el
esplendor democrático de Atenas, aunque desde otra perspectiva también se la pueda
interpretar como una continuación de los pasos iniciados por el pensamiento filosófico
del siglo VI a.C.; continuación de la actitud porque si bien los primeros filósofos habían
arrancado del mito el logos de la racionalidad, los sofistas, no preocupados básicamente
por la problemática natural, hacen lo mismo con respecto al hombre: pretender
eliminar los mitos de la condición humana. Y fue a través de la educación como los
sofistas ejercieron su arte o técnica poniéndola a disposición de un público que no estaba
atado a un pasado aristocrático.
La educación en manos de los sofistas capacitaba para la adquisición de determinadas artes
(habilidades), destrezas y mañas, todas suficientes para alcanzar el triunfo en la vida social y
pública, especialmente en las asambleas políticas (democracia). En este sentido sí que
parece lícito afirmar que los sofistas fueron una revolución en Grecia: pusieron la
educación al alcance de todas las clases sociales (algo que anteriormente estaba reservado
a las aristocracias; uno de lo mitos derribados por los sofistas), aunque ese alcance estaba
circunscrito a quienes lo pagaran (lo cual constituía otra piedra de escándalo para la
tradición que nunca había concedido valor económico a las enseñanzas).
Es, por tanto, la creciente demanda social de educadores la que impone los servicios de
los sofistas; éstos eran maestros ambulantes (otro escándalo ya que en Grecia el vivir de
modo permanente en una misma ciudad era demostrar vinculaciones con una tradición)
que estaban dispuestos tanto a enseñar conocimientos como a capacitar a cualquier
joven para convertirlo en un hombre públicamente brillante. Los sofistas era
educadores, portadores de una técnica (techné), capaces de infundir y desarrollar las
virtudes (areté) y habilidades de sus alumnos.
Pero si por una parte compartían el problema de la educación con el pasado, se
diferenciaban de él, al menos, en dos cosas: (1) sistematización del saber, como no
había ocurrido en la educación anterior; (2) aportación de ideas críticas a los valores
de la tradición, lo que les hizo entrar en sucesivos conflictos.
Sus enseñanzas abarcaron todos aquellos asuntos que podían constituir la
preocupación por el hombre, la vida social y el interés político; especialmente
daban clases de retórica, discutían sobre las costumbres de los pueblos,
argumentaban sobre la justicia, daban enseñanzas sobre legislación y, sobre todo,
enseñaban retórica, lenguaje y argumentación. O, en una palabra, mostraban los
aspectos de la naturaleza humana en sustitución de la problemática natural. El
hombre, pues, y todo lo que le circunda, se convierte en objeto de reflexión filosófica
crítica y de docencia. Es el origen y los comienzos de la filosofía de la cultura. Sus
enseñanzas afectaban, entre otras, las cuestiones sobre las relaciones entre las clases
sociales, las relaciones entre los estados, entre los libres y los esclavos, el origen y
el fundamento de las leyes, la religión, los dioses, etc., temáticas que fueron
expuestas por los sofistas de un modo desgarrador y que conmovieron los cimientos
de la tradicional educación griega, abriendo una brecha en el desarrollo de la filosofía:
desde ellos la filosofía ya siempre fue algo distinto.
De entre sus múltiples enseñanzas lo que más interesó a los griegos fue su constante
referencia al principio de la convención (nomos) que cobró una dimensión especial: la ley
dejó de ser mostrada como algo inmutable, vinculada a determinados sectores
aristocráticos y se la presentó como el resultado de un pacto entre los hombres que
puede ser variado conforme las circunstancias lo prefieran. Por lo tanto, se podía decir,
que la acción humana no era una y definitiva (como lo es la acción de la physis) sino
que estaba sujeta a un evidente relativismo que refleja los intereses y valores sociales.
De este modo, uno de los problemas que más interesó es, precisamente, el de las
relaciones entre naturaleza y convención. Hubo sofistas que al distinguir entre ley
natural y ley social hacían descansar el fundamento de la leyes sociales en las leyes naturales:
la bondad de la primera dependía de lo que se acercara o se alejara de la
segunda. La ley natural, decían, es inapelable y principio de todo, mientras que la ley
social tiene que estarle sometida. De esta distinción se derivan dos posicionamientos
antagónicos: (1) por naturaleza todos somos iguales, todos tenemos las mismas
necesidades básicas, etc., lo cual, adicionalmente, destruía la supuesta prioridad que los
ciudadanos se dan entre sí, pero también la primacía que los griegos creían tener sobre el
resto de los pueblos (bárbaros). (2) La naturaleza nos ha hecho a unos más fuertes, más
listos, etc. y a otros más débiles, menos inteligentes, por lo tanto la diferenciación
social es reflejo de la naturaleza a la cual es preciso someterse. Estas dos
posturas, una igualitaria y otra elitista, originadas dentro de los propios sofistas, se
enfrentaron entre sí.
A fin de cuentas, la revolución de los sofistas consiste en una crítica a los valores que
hace tambalear muchas creencias tradicionales de Grecia; y esa revolución en el
pensamiento se asocia estrechamente con la revolución social de la democratización del
país. El relativismo, reforzado al comparar países y constituciones de otros pueblos,
como lo opuesto a la fijeza de las costumbres, se convirtió en el más importante caballo
de batalla puesto que desde él se podía arrasar con todas las creencias morales al dejar
de ser lícito que algo pudiera ser universalmente verdadero o que pudiera tener fuerza
para ser impuesto sobre los demás hombres, con lo que dejaba de existir el punto de
referencia para la verdad y los valores.
Ahí es donde Sócrates, ateniense, reacciona. Aunque no hay duda de que los sofistas
eran la renovación en Grecia, especialmente en Atenas, el popular Sócrates se opuso
a esos aires de novedad acudiendo a su mismo terreno. Sencillamente, a Sócrates le
parecía inaudito que no pudiera existir un conocimiento definitivo, claro y verdadero
sobre las virtudes morales de los hombres, lo que le llevó a rechazar los puntos de
vista del relativismo de los sofistas convencido de la necesidad de que determinados
principios y valores no podían ser resultado de la convención entre los hombres, sino
una necesidad de la convivencia y de la naturaleza humana; pensaba, además, que la
realización del mal era consecuencia del error pues nadie lo hace queriendo. Los males
de Atenas eran consecuencia de los errores que le atacaban, por lo que optó por la
tarea de educar a sus conciudadanos, mediante su muy especial método mayéutico
(dialogar con alguien para hacerle sacar lo que ya estaba dentro de él) e irónico (Al
afirmar que él no sabía nada y dejar derrotados a sus contrincantes les hacia ver que
ellos, por mucho que creyeran saber sabían aún menos que él), para que alcanzaran la
felicidad a través del bien.
Platón, siguiendo los pasos de su maestro, también reaccionó contra los sofistas y
contra todas las enseñanzas de renovación que significaron los sofistas en el mundo
helénico. La democracia ateniense, estrechamente asociada a los sofistas, después de
haber mantenido intensas guerras con el resto de los griegos queriendo instalar la
hegemonía de Atenas sobre el resto de los helenos, había degenerado en una
sucesiva lucha entre partidos e intereses personales que la habían sumido en la
decadencia. Reaccionando contra ese estado de cosas, Platón proyectó construir un
modelo ideal de estado en el que los que tuvieran que gobernar fueran los mejores
(aristocracia), pero sometidos a un proceso educativo que les hiciera ver las ideas de
justicia y bien. Lo que Platón opina de los sofistas y de su educación conviene dejarlo
sus mismas palabras en Menón 91.
Para Platón, después de todas sus experiencias políticas y sociales, no cabe duda de qué
es la educación: la sucesiva elección de determinados individuos que van mostrando
crecientes capacidades para elevarse a un grado de abstracción tal que les permita
comprender y ver las realidades conceptuales. Sólo esos tienen que ser educados y no
la totalidad de los individuos, pues para ser zapatero, comerciante o escultor no se
necesita tener conocimientos superiores y basta con los tradicionales de la música y la
gimnástica. ¿Para qué han de querer las clases inferiores tener conocimientos que no van
a poder desarrollar? Por contra, los mejores, aristoi, que son los más capaces, son los
que han de tener los mejores estudios. Si en los sofistas la educación pretendía ser
democrática, aunque pagando, en Platón, siendo gratuita (o así se puede sospechar) sólo
está dirigida a unos pocos elegidos.
Le educación en Platón está completamente al servicio de los fines del estado, que es
quien organiza la vida de los hombres.
Es probable que los métodos adoptados entre los sofistas y Platón difieran (porque
en realidad sabemos muy poco de las enseñanzas de la Academia y de las doctrinas no
escritas de Platón), afirmándose que, de acuerdo con los primeros, el alumno «recibía»
conocimientos. mientras que Platón buscaba que los «descubriera» por sí mismo, pero es
que los fines perseguidos por unos y otro son bien distintos. Los sofistas nunca diseñaron
una ciudad ideal a cuyos fines tenía que someterse todo, sino que enseñaban para que la
gente actuara en la realidad en la que vivía, lo cual no es una diferencia pequeña,
mientras que Platón inventó una forma de gobierno y pretendió diseñar una educación
para unos ciudadanos a los que les presupone una transmigración del alma y que, por lo
tanto, son porteadores de conocimientos innatos. De esa educación se obtiene una
consecuencia: como todos los alumnos han contemplado lo mismo y como eso sólo es
una cosa, las ideas, sólo hay una verdad y un método para conducir el alma y educar.
Aquel que esté capacitado para recordar mejor las ideas será uno de los elegidos para la
educación, el resto no.
Lo que más puede sorprender en la educación platónica, evidentemente reservada para
los mejores (aristocracia, pero no una aristocracia de sangre sino de capacidades
que por virtud de la eugenesia se podrían promocionar), es la unanimidad que tendrían
los alumnos en sus opiniones y conocimientos. Platón nunca prevé la existencia de
disidencias en el conocimiento. La verdad es una y una vez descubierta es inamovible. Es
posible que, como se dice, la forma dialogante de Platón aparezca como abierta a la
discusión, pero eso debe corresponder a determinadas etapas (quizá mientras se
permanezca en la gruta o mientras se camina por las ciencias propedéuticas) cuando aún
es posible rechazar, gracias a las sucesivas selecciones, al alumno que disiente o no
actúa como se espera que lo haga, pero no en la etapa final del conocimiento. Aunque
la justificación racional de ello parece evidente: si la verdad es una, toda discusión en
torno a ella es vana. Sólo consiste en «ver» cual sea esa verdad y seguirla fielmente.
RESUMEN CAP. 5 LIBRO VII –LA REPÚBLICAReflexión
general sobre el bien común y sobre la justicia. Los que han sido elegidos y
educados para el bien y para el buen gobierno deben, en justa reciprocidad con lo que han
recibido, pasar a ocuparse de él, cosa a la que accederán por ser hombres justos.
ESQUEMA CAP. 5
• La ley de la ciudad (polis; politeia; política) busca el bien y la felicidad para todos
y no quiere ciudadanos privilegiados.
• La justicia es un equilibrio (Do ut des; Te doy para que me des).
• Los sabios han de entregarse a la ciudad (polis; politeia; política) en justa reciprocidad.
• ¡Hay que persuadirlos con palabras razonables!
• Y cuando se ocupen de ella, entonces brillará la luz.
• Es imposible que se nieguen a hacerlo porque son justos.
• Ellos son los verdaderos ricos, yendo al gobierno por obligación y no por
gusto.
• Se evitarían las luchas intestinas de quienes creen que en el gobierno es donde
pueden enriquecerse.
PALABRAS Y TÉRMINOS CLAVE PARA LA INTERPRETACIÓN
• ciudad/polis = para los griegos, en la época de Platón, la política está confinada a
las ciudades-estado. No concebían estados grandes al estilo de los orientales.
• armonía = equilibrio, justicia
• unos hagan a otros... cada cual pueda ser útil a la comunidad = justicia
conmutativa.
• reintegrar = justicia conmutativa.
• vivirá a la luz = guiada por la verdad y las ideas.
• filósofo = es el mejor gobernante por haber alcanzado el conocimiento de las
ideas y además desprecia los bienes materiales.
REDACCIÓN: POLÍTICA Y JUSTICIA
Si la filosofía platónica ha dado pie a múltiples interpretaciones, no cabe duda en
aceptar que la verdadera pasión de Platón fue la sociedad justa, tal y como él mismo
confirma en la Carta VII, podemos decir que «El problema hacia el que se orienta desde
el primer momento el pensamiento de Platón es el problema del Estado.».
Platón dedicó varios de sus diálogos al tema de la política. De hecho “La República”, para
algunos la más importante y cuidada de sus obras, tiene como objeto el tema de la
justicia y del buen gobierno. En esa obra Platón (libro IV) es muy cuidadoso al describir
la correlación que existe entre la triple división del alma y las clases sociales, pues si la
armonía entre las partes del alma es la justicia para los individuos, la armonía entre los
tres estamentos sociales es la justicia en la sociedad ya que la sociedad es reflejo de los
hombres que la forman.
También describió la forma de vida en común que habrían de llegar los gobernantes
para despejar de sus intereses todo ánimo de lucro o de dirigirse al gobierno para el enriquecimiento
personal (libro IV).
La teoría política -o ese deseo de lograr una sociedad justa- presupone otros elementos
que también están presentes en la filosofía platónica:
1.- un conocimiento de la verdad (identificación entre el filósofo y el gobernante).
2.- una educación adecuada (para descubrir las ideas que inspirarán toda acción política).
Ahora bien, ¿qué es la política? Partiendo del gran presupuesto de toda la
mentalidad helénica de que el hombre es un ser social y de que debe vivir con los
demás a causa de sus limitaciones, la convivencia organizada se convierte en una
necesidad. La convivencia de los hombres se organiza a través de la política (de polis
= ciudad) que, como máxima característica, busca la justicia. Por lo tanto, sólo cuando
podamos saber qué es la justicia (como cuando nos preguntábamos qué es la belleza) es
cuando podremos ser justos; sólo entonces, también, es cuando podrá existir una
sociedad justa. Por lo tanto, se hace preciso que haya unos profesionales (en este caso
los filósofos) de la verdad que puedan alcanzar ese conocimiento (en realidad, que
puedan descubrir ascendentemente la esencia de la justicia) y que luego se encarguen
de dirigir la sociedad (actuando desde ese principio de justicia).
La dialéctica, por cuanto que es el conocimiento de la verdad a través de las esencias,
es la condición de quien persiga una sociedad justa. De este modo, la dialéctica resulta
ser:
1.- el último y más perfecto grado del conocimiento del ser.
2.- el mismo proceso de ascender (educación) de la ignorancia al conocimiento y
luego aplicarlo a los asuntos humanos.
Ello hace que la política platónica -la propuesta de una sociedad justa tal y como se
expone en la República, dependa de que haya unos ciudadanos dispuestos (y disponibles)
a recibir una educación (un proceso educativo, que en el mito de la caverna es la
ascención desde el mundo de las sombras al mundo de la luz) planificada por unos
fundadores y que como fines tiene:
1.- descubrir el mundo de las ideas.
la.- por lo tanto, reconocer la verdad.
lb.- por lo tanto, reconocer los errores del mundo sensible.
2.- aplicarse posteriormente a la acción de gobernar.
3.- preparar a futuros gobernantes en el mismo proceso educativo que, repitiéndose, les
llevará a descubrir las mismas verdades y actuar de la misma manera.
Parece un contrasentido que una sociedad no aspire a la justicia (Aquí, el problema estribaría
en cómo cada grupo humano entiende la justicia, pero eso también justifica el
empeño platónico de la inmutabilidad de las ideas), lo que hace de esta cualidad el
contenido básico de la política. Precisamente para evitar las distintas concepciones sobre
la justicia, Platón, como una idea más, la supone única e inmutable, instalada en el mundo
de las ideas y que una vez descubierta a través de la educación guiará y regulará
irremediablemente la acción entre los hombres. La esencia (idea) de justicia será el
patrón que iluminará todos los actos de los políticos para conseguir el bien de la sociedad y
la armonía entre sus partes. Aquí, por tanto, el aspirante a gobernante se identifica con el
filósofo y ambos, que en realidad son lo mismo, buscan la verdad, la justicia y el bien.
La justicia, según Platón, es:
1.- El equilibrio entre todas las partes sociales. Armonía.
2.- Las partes sociales son los tres estamentos sociales.
3.- Esos estamentos o clases sociales responden a una clasificación de las almas. (en
los hombres hay tres clases de almas: sensitiva, irascible y racional).
4.- Hay, por tanto, tres clases sociales: pueblo, guerreros y gobernantes.
5.- La justicia (armonía) tanto en el hombre como en la sociedad es que cada componente
se ocupe de sus menesteres.
6.- La misión de la clase del alma sensitiva (productores) es trabajar.
7.- La misión de la clase del alma irascible (guardianes) es vigilar, proteger y defender.
8.- La misión de la clase del alma racional (gobernantes) es dirigir la sociedad bajo la
idea de bien y justicia.
En lo expuesto se observa la idea de justicia en Platón (idea sometida a los mismos
condicionantes ideológicos que tienen todas las ideas en todas las sociedades) refleja los
valores de su ideología.
Por lo tanto, Platón, absolutamente interesado por la política y la justicia, se ocupa de
planificar:
1.- La organización y la vida de la clase gobernante.
2.- Las enseñanzas que los futuros gobernantes habrán de seguir (lib. VII de la República).
Al objeto de:
1.- Gobernar bajo las ideas de bien y justicia, descubiertas como esencias y por medio
de la dialéctica.
2.- No codiciar nada y no tener nada en propiedad sino todo en común.
La aspiración de Platón es que el papel del gobernante se identifique con el del
filósofo; filósofo (como su nombre indica: amante del saber) es aquel que ha
descubierto la verdad (el saber verdadero) y sólo ése podrá ser gobernante porque sólo el
filósofo es quien descubre el bien y la justicia en su forma esencial y se somete a ellas
para dirigir su vida y la de la comunidad.
EDUCACIÓN EN PLATÓN
Uno de los legados más duraderos de la filosofía de Platón, es la importancia que concedió a la
educación. En la actualidad, la mayoría de nosotros considera la educación estatal como algo
natural, pero en tiempos de Platón no se consideraba un deber del estado, y no era necesariamente
algo estimable. La polis de Esparta, a la que muchos envidiaban por su estricta disciplina y su
orden, era conocida por su renombrada estupidez. Aunque Esparta poseía un sistema educativo, el
contenido y los métodos de enseñanza eran radicalmente diferentes de los que Platón proponía.
Incluso en Atenas, los aristócratas eran los únicos que recibían una educación decente, y ésta se
dejaba a la iniciativa de individuos y organizaciones privadas.
Platón no era tan radical como para proponer una educación igual para todos, sino que la
educación que él describe se limita a la clase de los guardianes. Su polis ideal mantendría la
esclavitud, mientras que la clase de los productores, probablemente, recibiría una instrucción
limitada a lo necesario para realizar sus tareas adecuadamente. Sin embargo, consideraba de gran
importancia una correcta formación para afrontar la responsabilidad de las tareas de gobierno, y
pensaba que una buena educación favorecía los intereses del estado.
Uno de los aspectos importantes, es cómo pensaba Platón que debía enseñarse. Sus métodos
educativos y su actitud respecto del proceso de aprendizaje, dice mucho sobre sus ideas en torno a
la psicología humana y sobre su filosofía. Sócrates, claro está, pensaba que nada podía
enseñarse, sino tan sólo encaminar a los demás en la buena dirección, y esta idea es la que
Platón propone. No se puede obligar a nadie a aprender, ni podemos abrir las cabezas para
meter los conocimientos en ellas. Sólo se puede mostrar el camino, para que cada cual piense
por sí mismo.
LOS CUATRO ESTADOS DEL ENTENDIMIENTO
Las ideas de Platón sobre el proceso educativo van en la línea de sus convicciones metafísicas: la
creencia en la existencia de una Verdad, una realidad, un mundo de las formas. La mejor educación
posible es, por tanto, el acceso al conocimiento de las formas y, especialmente, a la forma del bien.
El mito de la caverna es también una metáfora sobre el proceso educativo. Conforme el prisionero
liberado realiza su particular viaje hacia la salida de la cueva y contempla por primera vez , con dolor,
la luz del día, está llevando a cabo un proceso de aprendizaje. Otra forma de imaginárselo, es
compararlo con el ascenso por una escalera, peldaño a peldaño, hasta llegar a lo más alto. Estos
peldaños son los del entendimiento, y se dan cuatro pasos fundamentales:
Eikasia
La primera fase se encuentra al principio de la escalera, y es el punto en el que, a juicio de Platón, se
encontraba la mayoría de los atenienses. En la caverna, está representado por los prisioneros atados
al fondo de la cueva y, de igual forma, en el personaje de Polimarco, que rápidamente acepta la
tradición y es incapaz de un pensamiento crítico. En un sentido metafísico, es la aceptación del
mundo de lo aparente, que Platón llamaba eikasia, el mundo de las imágenes. Así, uno puede
tenerse por persona moral, sólo porque los dioses lo ordenan.
Pistis
La segunda fase requiere un gran esfuerzo. Se necesita romper con la seguridad y comodidad de la
creencia de que `Dios está en los cielos y todo está bien en la Tierra'. Es entonces cuando se empieza
a desarrollar un pensamiento crítico, y se cuestionan por primera vez las convenciones. En La
república, el personaje de Glaucón podría entrar en esta categoría. Platón llama a esto pistis o
`confianza'. Se está ya en la fase de conocimiento, pero se siguen considerando válidas las creencias,
aunque ahora es imposible justificarlas. Por ejemplo, se sigue pensando que, digamos, matar es
un acto inmoral, pero no es posible sostener ni defender esta afirmación sustancialmente.
Dianoia
La tercera fase se encuentra mucho más arriba en la escalera del conocimiento. Platón la
denominaba díanoia o `pensamiento'. En este punto se puede participar en un pensamiento
razonado. No sólo se cree en las cosas, sino que se pueden defender mediante un discurso
lógico y razonado. Aunque no se posee conocimiento perfecto, se ha llegado a la noción
abstracta de realidad. A través del estudio de la ciencia, las matemáticas y la geometría, se
traba conocimiento de los conceptos abstractos y universales. Como ejemplo un tanto burdo,
consideremos un perro y un gato, y concentrémonos, no tanto en sus diferentes naturalezas
(uno es un perro y el otro es un gato), sino en la unidad y la universalidad de la operación
matemática, uno más uno son dos, para llegar a que un perro y un gato suman dos animales.
Sí, evidentemente, ¡todos somos capaces de operaciones matemáticas más complejas que ésta!
Episteme y noesis
El cuarto y último escalón fue denominado por Platón episteme y noesis conocimiento e
inteligencia, respectivamente. Éste es el estado verdaderamente filosófico, apartado por completo
de lo aparente, y partícipe del mundo de las formas. Más que mediante el razonamiento a
partir de unas premisas, se llega a las conclusiones mediante la aprehensión y la percepción de la
estructura del conocimiento en su totalidad. Es el estado de iluminación, cuando el prisionero de la
caverna es capaz de contemplar el Sol mismo. En un sentido algo más práctico, se puede llegar,
mediante el método dialéctico de la conversación, hasta el verdadero significado de conceptos tales
como la justicia.
EL CURRICULUM
Para ascender en la escala del conocimiento, los hijos de los guardianes, en la polis ideal de Platón,
recibirían un estricto currículum educativo que consta de tres elementos:
• Mousike (artes liberales)
• Gymnastike (educación física)
• Matemáticas
Para ser buenos guardianes, es necesario mantener un buen equilibrio entre estos tres elementos.
Mousike (artes liberales)
Aunque mousike podría traducirse por `música', tenía un sentido más amplio en la época de
Platón que en la actualidad, ya que cubría todas las artes liberales. Platón reconoce la gran
influencia que la literatura, el teatro y la música tienen en la formación del carácter y es sabedor de
su importancia como herramienta educativa. En nuestra sociedad, es bien conocido cómo los más
pequeños aprenden nuevas ideas en las guarderías gracias a los juegos, los cuentos, la música y las
canciones.
De igual forma, Platón pensaba que las artes podían tener una poderosa influencia negativa en el
carácter. Los niños atenienses crecían a base de una abundante dieta de dramaturgos como Homero
y Hesiodo. Platón los consideraba más perjudiciales que beneficiosos; el único resultado es un
carácter como el de Polimarco, demasiado apegado a las creencias presentadas en sus obras.
Como consecuencia de todo esto, Platón propone una revisión radical de la enseñanza de las
artes:
• Prácticamente la totalidad de las obras de Homero y Hesiodo serían retiradas, ya que
representan a los héroes y dioses tradicionales como consumados mentirosos, ladrones, impostores,
adúlteros, etc.
• Sólo se promoverían aquellas historias que presenten a los dioses perfectos, honestos y
veraces. Deben tener fuerte contenido moral, que aliente la conducta virtuosa, antes que predicar la
inmoralidad.
• En los tiempos de Platón, los niños aprendían los mitos mediante la representación, lo que se
denominaba mimesis ('imitación'). Platón pensaba que tales representaciones eran perjudiciales, ya
que la interpretación de personajes inmorales podía dejar una marca indeleble en sus jóvenes
espíritus. Por tanto, la representación se limitaría sólo a los personajes moralmente honestos. Los
guardianes deben tener una unidad mental y no un carácter fragmentado.
También la música y las canciones deben ser limitadas. No puede permitirse ningún tipo de
música que induzca a la ociosidad, la ligereza, la autoindulgencia o a una relajación del
autocontrol. La música debería utilizarse sólo para expresar orden, armonía y belleza.
Gymnastike (educación física)
Un carácter equilibrado requiere también educación física o `gymnastike'.
• El entrenamiento físico ayuda a mejorar la salud y es una preparación para la guerra.
• La dieta será simple, con la exclusión de los manjares, como medida preventiva. p
• Los jóvenes guardianes visitarán los campos de batalla para presenciar las operaciones militares,
como preparación para la edad adulta.
Matemáticas
Cuando Platón se refiere a que su polis ideal debe ser gobernada por reyes filósofos, a menudo se
tiene en mente, erróneamente, al típico sabio `con la cabeza en las nubes'. Sin embargo, Platón imagina
a su filósofo, no sólo con espíritu práctico, sino también experto en ciencias. Las matemáticas
estimulan el razonamiento y debe favorecerse desde edades tempranas.
• Los niños más pequeños no deben ser forzados al estudio de las matemáticas, pero deben
aprender sus técnicas mediante el juego.
• A una edad más madura, los jóvenes guardianes deben estudiar aritmética, geometría,
astronomía y armonía.
El interés que Platón muestra por la moralidad de los héroes tiene un paralelismo con nuestra
actual preocupación por la influencia de la cultura popular. Sin embargo, su afán censor es
excesivo, y es discutible que la ignorancia de toda inmoralidad sea realmente beneficiosa.
Platón fue el primer pensador que consideró la educación como algo importante en la
formación del carácter, más que como mera instrucción o adquisición de conocimientos. No hizo
ninguna mención a graduaciones, ni a exámenes, ni sobre la conveniencia de formar expertos
en temas concretos.
El sistema educativo americano sigue las directrices platónicas, poniendo mayor énfasis en
adquirir valores sociales y morales, y establecer vínculos con los demás, mientras que los objetivos
académicos se reservan para la educación secundaria. También Platón hace un tratamiento especial
de los más pequeños, cuya capacidad de razonamiento está aún limitada. Sin embargo, puede
criticarse la imposición de la enseñanza de los valores sociales a una edad demasiado temprana, sin
permitir al individuo que desarrolle la capacidad de discernir el bien del mal. Pese a esta
concordancia, esta rigidez en la escolarización y censura excesiva, Platón consideraba que más
adelante serían capaces de suficiente autonomía intelectual para investigar por sí mismos.
EL MUNDO DE LAS FORMAS Y PLATÓN
El mito de la caverna, no sólo aborda la búsqueda del filósofo, sino que también es una
explicación de la teoría de las formas de Platón ¿Qué son las formas? En su obra El
principito, el escritor y poeta francés Antoine de Saint-Exupéry recuerda cómo, en
su infancia, vivía en una casa que, se suponía, escondía un tesoro. Nunca se encontró
el tesoro, pero la sola posibilidad de su existencia, le prestaba a la casa un encanto y
una belleza especiales. Como decía Saint-Exupéry, `lo esencial es invisible a los
ojos'. Miguel Ángel solía replicar, cuando recibía elogios a su obra, que él se
limitaba a retirar el mármol sobrante del bloque inicial, para dejar al descubierto
algo que, en realidad, ya estaba allí desde el principio. En cierto sentido, las formas
son `lo que ya está ahí', pero habitualmente no somos capaces de ver, mientras nos
ocupamos del `mármol sobrante.
En La república, el personaje de Sócrates afirma que su analogía es una representación
de la condición humana. El hombre está atrapado por el ilusorio mundo de los sentidos;
somos como los prisioneros de la caverna. Platón pensaba que la capacidad para
percibir la verdad oculta tras esta ilusión residía en el espíritu. Las formas son el
mundo más allá de las sombras. Tomamos a éstas por el mundo real, pero son reales sólo
en apariencia. No es casual la semejanza entre el mundo de las formas de
Platón y el concepto de cielo de los cristianos, ya que la filosofía platónica tuvo gran
influencia en el pensamiento cristiano.
Para Platón, éste no es el mundo real. El mundo real es invisible y yace más allá de los
sentidos del tacto, la vista, el gusto, el olfato o el oído. Pero, ¿qué llevó a Platón a
creer en la existencia de un mundo más allá de éste?
La forma de la belleza
Podemos contemplar la belleza de, por ejemplo, una flor, una obra de arte, una mujer
hermosa... Pero ¿qué es la belleza misma? En otras palabras, ¿cómo reconocemos en
objetos tan diferentes un mismo atributo? Bien podríamos contestar que lo aprendemos
con la experiencia. Sin embargo, Platón consideraba que nuestro conocimiento de la
belleza es innato- no nacemos como una `tabla rasa' sin ninguna clase de conocimiento,
sino que nuestra alma ya contiene en sí todo el conocimiento. La dificultad estriba en
dirigirse hacia ese conocimiento.
Otras formas
De hecho, no sólo la belleza, sino todo, posee una forma. Por ejemplo, un objeto tal
como una mesa, posee la forma de una mesa. Aunque las mesas difieran entre sí en su
tamaño, color, textura o cualquier otra propiedad, todas ellas poseen el atributo `mesa'.
Del mismo modo, cuando un buzón, un coche o una manzana son de color rojo, todos
ellos comparten la forma `rojo'.
Intentemos dibujar un círculo ¿Qué tal nos ha salido? Dependiendo del pulso de nuestra
mano, el círculo presentará más o menos imperfecciones; puede que nos salga con
forma de pera. Pero, ¿cómo sabemos qué es un círculo perfecto? ¿Cómo sabremos,
cada vez que tratemos de dibujar un círculo, que no nos ha salido `del todo bien'? Para
Platón, la respuesta es que existe la forma círculo, y esto nos dice algo sobre las
formas: que son perfección. Cuando contemplamos una flor, no es perfectamente bella,
pero participa de esa perfección. De igual modo, una mesa puede ser funcional, pero bien
podríamos concebir otra mejor aún; otra más robusta y duradera.
Si somos capaces de apreciar que un mueble es mejor que otro, Platón se pregunta
cómo podemos saber que es mejor ¿En qué consiste ese `mejor', que advertimos en uno
más que en otro? Veamos cómo afecta esto a muchos aspectos de nuestras vidas. Si
decimos que la sociedad, la calidad de vida, la moralidad, etc., están progresando,
damos por supuesto que existe te algo hacia lo que progresar. Platón, al igual que
Sócrates, creía-6i la existencia de la verdad moral; que la moralidad no es relativa, algo
dependiente de la sociedad o del momento. Si una sociedad afirma ser moralmente
superior a otra, es lo mismo que afirmar la existencia de reglas morales universales.
Si regresamos al mito de la caverna, podemos decir que el viaje de nuestro prisionero
hacia la luz del día es un viaje hacia el conocimiento. Mediante la verdadera instrucción,
esto es, la que le convierte en filósofo, adquirirá conocimiento de las formas y, como
filósofo, es su deber regresar a la caverna e iluminar a sus compañeros. Al mismo
tiempo, las formas no pueden enseñarse, sino que están ya en nosotros mismos, pero nos
negamos a reconocerlas, ya que el proceso necesario para ello es doloroso e incierto;
nos expulsa de la seguridad de nuestras ilusiones. Para Platón, los prisioneros de la
caverna son los ciudadanos atenienses, sumidos en la ignorancia. Incluso los que
ocupan los puestos más altos, los políticos y los educadores de la Atenas de Platón, no
están más cerca del conocimiento que los `más bajos'.
La forma del bien
En el mito de la caverna, la forma del bien está representada por el Sol, fuente de todas
las cosas. Proporciona la vida y la luz que nos permite percibir las cosas. El Sol es
responsable de las estaciones, del clima y de los alimentos.
Platón pensaba que existía una jerarquía entre las formas. Si bien existen formas
particulares para la belleza, la justicia, para una silla o una cama, hay otra forma por
encima de todas ellas: la forma del bien. Toda existencia y toda perfección, fluyen
desde la forma del bien que, al igual que el Sol, da la luz y la vida a las otras formas. Por
tanto, cuando se alcanza el conocimiento de la forma del bien, se logra la verdadera sabi
duría. Cuando los padres fundadores de la Iglesia desarrollaron la teología cristiana se
basaron en las formas platónicas. En el cristianismo, la forma del bien se convierte en
Dios: la fuente de todas las cosas, inmutable, eterno, perfecto e invisible.
A continuación, presentamos un resumen sobre las formas platónicas:
• Las formas representan la verdad o realidad. No pueden ser alcanzadas por los
sentidos, sino por medio de la mente. Esto es, a través del intelecto. La palabra `forma'
es la traducción más habitual, aunque en griego, el término 'eidos' puede traducirse
mejor por `idea". Sin embargo, esto podría sugerir que las formas o ideas, están en
nuestro intelecto, mientras que Platón sostenía que éstas eran independientes de la
mente.
• El mundo sensible (es decir, el mundo que experimentamos con nuestros
sentidos) participa de las formas que contienen las imágenes de, por ejemplo, la belleza,
la bondad, el bien, lo rojo, etc. Cuando reconocemos en un objeto la forma de la
belleza, es debido a que nuestro intelecto recuerda el conocimiento que de esa forma
adquirió antes de nacer. En otras palabras, nuestro conocimiento de las formas es
innato, nacemos con él y, mediante la educación, aprendemos a recordarlo.
Las formas son eternas e inmutables, mientras que el mundo sensible es temporal y
cambiante. No podemos conocer aquello que está en constante cambio, pues no
permanece para ser conocido.
LA JUSTICIA SEGÚN PLATÓN
Al presentar su programa político, Platón se interesa también por la vida de cada
persona individual. Al principio de La república, el personaje de Sócrates se pregunta,
“¿qué es la justicia?”. La palabra justicia es, sin embargo, una pobre traducción de
la palabra griega dikaisuné. Esta palabra abarca, tanto la moral individual, como la
colectiva y se refiere, en consecuencia, al modo más recto de vivir, tanto del individuo,
como de la sociedad en su conjunto. Al preguntarse qué es la justicia, Sócrates trata de
abordar la cuestión más amplia de los derechos y obligaciones, del papel del individuo en
la sociedad. Se trata de preguntas muy profundas e importantes, tan vigentes hoy, como
lo eran en la época de Platón ¿Por qué debo ser bueno? ¿Qué le debo al estado y qué
me debe éste a mí? ¿Qué se entiende por buena conducta?. En La república, lo público
y lo individual están fundidos, puesto que la mente del individuo se forma a través del
sistema político. Simplemente, Platón conoce muy bien la importancia del entorno en
la formación del carácter.
Polemarco y la justicia tradicional
En La república, Platón, a través del personaje de Sócrates, comienza preguntando a
Polemarco qué es la justicia. Polemarco, hombre formado en las tradiciones y
convencionalismos de su época, busca la respuesta en los textos tradicionales y en los
venerados poetas de su tiempo. Cita al poeta Simónides, quien afirmaba que había que
dar a cada hombre lo que se merece. Esto es, en esencia, el tradicional `ojo por ojo': si
alguien nos hace bien, le devolveremos bien; si alguien nos hace mal,
paguémosle con la misma moneda. Ésta es la respuesta de Sócrates:
• Sócrates se pregunta si puede ser bueno hacer daño a alguien. Mucho antes de que
Gandhi afirmara que el ojo por ojo sólo serviría para dejar ciego al mundo, Platón
ya se cuestionaba si se podría levantar alguna clase de moral sobre la base de la
venganza. Desde luego, puede resultar útil, pero no por ello es moralmente
correcto.
• Sócrates habla de que toda persona posee lo que él llamaba areté, que puede
traducirse como 'virtud' o `cualidad'. Señalaba que, si herimos a un caballo le
haremos menos precioso y esto puede aplicarse igualmente a las personas. Maltratar
a alguien no le hará mejor persona, sino que, por el contrario, le hará ser peor.
• Sócrates establece entonces una acertada analogía. Compara al gobernante con
un médico, un símil que Platón utiliza extensamente en La república. El médico
hace un juramento hipocrático: no hacer mal' ¿No debería aplicarse también a los
gobernantes?.
• Para que un estado sea moral, debe ser capaz de extraer las cualidades morales de
cada individuo. Aquí, Platón nos presenta también su programa educativo: no se
puede obligar a nadie a ser bueno, a ser virtuoso (arete); se debe enseñar, para
sacar a la luz las cualidades individuales de cada uno. La enseñanza es un proceso,
no algo que se impone al individuo, y esto se consigue esencialmente mediante el
método socrático.
• En consecuencia, ¿Puede considerarse recto (es decir, justo) rebajar las virtudes
específicas (arete) del individuo? El estado, en su papel de educador, tiene mucho
que perder si intimida a sus ciudadanos para ser virtuosos.
Trasímaco y su cínica idea de justicia
Habiendo quedado Polemarco en silencio, el personaje de Trasímaco expone su
radical y poco corriente idea de la justicia. Trasímaco, sofista y experimentado
maestro, fue un personaje real. No creía en la existencia de verdades eternas, y
consideraba que las creencias y los valores dependían del tiempo y del lugar en que nos
tocara vivir. Como buen relativista, niega las tradiciones. En este sentido, Trasímaco
puede considerarse el opuesto de Polemarco. La premisa de Trasímaco es: el poder es
justicia. No hay un concepto eterno de la justicia, sólo la ley del poder. Son los gobernantes
quienes definen la justicia, pues son ellos quienes detentan el poder. De hecho, Trasímaco
va aún más lejos, al añadir una segunda premisa: el que es injusto, es más feliz. Trasímaco nos
presenta la imagen de un `superhombre': una figura fuerte, que dicta sus normas, establece
sus propios valores y desafía la moral establecida. En consecuencia, el hombre injusto no
sólo es más feliz, sino que también tiene más éxito.
Este cínico concepto de la justicia es, sin embargo, muy atractivo, y era importante para
Platón refutarlo, pues la consecuencia es una sociedad carente de normas morales e
interesada, exclusivamente, en la búsqueda del poder y de la felicidad ¿Cómo responde el
personaje de Sócrates?
• Sócrates vuelve a la analogía con el médico. El primer interés del médico es
hacia su paciente. Admitido esto, el médico ejerce su autoridad sobre el
cuerpo del paciente, la autoridad que le conceden sus conocimientos, pero no lo
hace para su propio y exclusivo beneficio. Recordemos el juramento hipocrático:
procurar el bien del paciente.
• ¿Por qué, se pregunta Sócrates, no ha de ser el político tan profesional como el
médico? La medicina posee conocimientos, es una ciencia, y los médicos la
practican por el interés común ¿Por qué no puede haber una ciencia política?
• Platón sugiere que es posible el mismo profesionalismo en la política que en la
medicina. La política no sería sólo materia de opinión, sino de conocimiento. Es
posible convertir la política en una profesión noble.
• Platón afirma sólo que los políticos podrían ser como los médicos, no que lo
sean. Toda la argumentación de Platón se basa sobre la creencia en la existencia de
modelos universales y eternos (las formas). La práctica política y, por tanto, el
recto proceder, la justicia, puede basarse en el conocimiento, no en la opinión, y si
los gobernantes poseen ese conocimiento, pueden usarlo sabiamente por el bien
común. Platón hace referencia a la ciencia, o sabiduría del médico, mediante la
palabra techné. De la misma forma que un médico posee una techné para sanar,
o el carpintero para fabricar muebles, el político tiene techné para gobernar.
Glaucón y el mito de Giges
El siguiente en entrar en escena es Glaucón, uno de los hermanos de Platón. Glaucón
también es sofista, aunque algo más moderado que Trasímaco. Siente cierta afinidad
por los puntos de vista expuestos por Sócrates, pero no le parecen completamente
satisfactorios. En vez de presentar un ataque frontal y dogmático contra Sócrates, tal
como lo había hecho Trasímaco, prefiere adoptar el papel de abogado del diablo,
con la intención de pulir los argumentos expuestos hasta ahora y hacer una serie de
proposiciones. Glaucón afirma que, lo primero que debemos hacer es comprender los
orígenes de la justicia, antes de intentar determinar su naturaleza.
Glaucón rechaza las afirmaciones de Polemarco; nuestra idea de la justicia no viene de
los dioses o de un reino eterno. Por el contrario, nos presenta la idea de un contrato
social: en sus orígenes, el hombre formó las primeras sociedades, y se llegó a un acuerdo
para establecer normas morales como protección. Se buscaba la justicia, no porque
fuera una verdad eterna, sino porque resultaba conveniente para el bien común;
proporcionaba seguridad y protección. El individuo obedece las normas por miedo, pues
sabe que, si no lo hace, puede ser perseguido y castigado. La justicia es, entonces, un
compromiso entre lo que deseamos (incumplir la ley y eludir el castigo) y lo que no
deseamos ( sufrir la injusticia, sin remedio posible).
Glaucón expone una opinión sobre la condición humana no muy diferente de la
expresada por Trasímaco: está en la condición humana ser egoísta, y la buena conducta
no es más que un acto egoísta, ya que somos conscientes de la conveniencia de mantener
el orden social. Aunque esto nos pueda parecer un acto de altruismo, el individuo
¡obrará injustamente si puede salir impune!.
Ser bueno, según Glaucón, va contra la esencia de la naturaleza humana. Para
demostrarlo, Glaucón apela al mito de Giges: un día, mientras Giges, pastor al servicio
del rey de Lidia, cuidaba del rebaño, un terremoto abrió una profunda brecha en la
tierra. El pastor descendió hasta lo profundo de la grieta, donde halló, entre otras
muchas cosas, un cadáver, del que tomó un anillo que éste llevaba en un dedo. Al
encontrarse con unos pastores, compañeros suyos, estaba jugueteando con el anillo en el
dedo cuando, de pronto, se dio cuenta de que sus compañeros estaban hablando de él
como si no estuviera allí presente. Finalmente, comprendió que, girando el anillo de
determinado modo, se volvía invisible. Al darse cuenta del poder que esto le otorgaba,
Giges lo utilizó para seducir a la reina, asesinar al rey y ocupar el trono.
Glaucón pide a Sócrates que imagine la existencia de dos anillos con tales propiedades;
uno para un hombre que se comporta ilícitamente, y otro para un hombre que siempre
obra con justicia. En este experimento, se pregunta Glaucón, ¿sería capaz el segundo de
resistir la tentación de aprovecharse de las ventajas que le daría el anillo? ¿Si
pudiera robar en el mercado, asesinar sin ser descubierto y actuar como un dios, no
se comportaría igual que el hombre injusto y, por tanto, dejarían de distinguirse? El
hombre justo descubrirá pronto que la injusticia es la opción más ventajosa.
EL ALMA DEL ESTADO
Platón debe demostrar ahora que es preferible la justicia; no porque nos pueda
reportar beneficios, éxito y bienes materiales, sino porque es buena en sí misma. En
otras palabras, la naturaleza del hombre, su verdadera alma, es ser justo. Llegados a
este punto, Platón plantea su propuesta de un estado ideal, su `república'. Porque,
afirma, para entender el alma individual debemos entender el alma del estado, que es su
extensión jurídica. Como la justicia es una característica, tanto del individuo como de
la sociedad, nos será de ayuda, sostiene Sócrates, mirar primero hacia el estado -lo
que sería como mirar la justicia a través de una lente de aumento- y, después, buscar
algo semejante a escala individual.
Sócrates coincide con Glaucón en que existe `algo de Giges' en todos nosotros, pero
también una gran capacidad para la razón y la bondad. Si algunos individuos se
comportan como Giges no es por su propia naturaleza, sino porque la sociedad les ha
hecho ser así.
Lo que Platón trata de mostrar es que, para que el hombre sea fiel a sí mismo, para
ser capaz de ejercer su verdadera areté, debe ser alentado por el estado, su educador.
Lo que falla es la sociedad ateniense, por producir individuos que sólo persiguen su
propio beneficio, mientras que el `estado natural' sería aquel que permitiera al hombre
comportarse conforme a su naturaleza: autodisciplina por el dominio de la razón.
Atenas es una ciudad corrupta y debe purificarse mediante tres olas de cambios que
barran el viejo sistema.
CAP. XV
PALABRAS Y TÉRMINOS CLAVE PARA LA INTERPRETACIÓN
mentira involuntaria = la ignorancia. Al ignorar sobre una cuestión se miente acerca de
ella.
la filosofia... al verla tan indignamente afrentada = los sofistas y sus discípulos.
ESQUEMA
Pero también esos gobernantes que vayan a ser elegidos (escogidos por los fundadores)
deberán tener ciertas condiciones: firmes, valientes, hermosos, generosos,
viriles, capacidad de recibir educación, amor al trabajo y la verdad, vivacidad para el
estudio, que no tengan dificultades en aprender... en una palabra: ¡Ser excelentes, los
mejores!.
- Que es lo contrario de lo que (ahora) ocurre en la filosofía puesto que se ocupan de
ella (se dedican a ella) los que no son dignos.
- Por eso mismo hay que tener mucho cuidado al elegir a los que vayan a ser educados
para gobernantes.
- Si así hiciéramos iríamos hacia lo mejor y conseguiríamos un gobierno justo en la
ciudad (polis).
- No sería conveniente elegir a ancianos para tales menesteres porque no tendrían
capacidades.
RESUMEN:
¿Quiénes habrán de ser los educados en la dialéctica? Los más firmes, valientes, hermosos...
Pero hay que ser cuidadoso y elegir a quienes amen el trabajo y el esfuerzo intelectual
(cosa que ciertamente no ocurre, dedicándose a la filosofía quienes no debieran).
¡Los mejores! (aristocracia). Criterio de selección: personas sanas de cuerpo y alma, no
sea que se eduque a quién no se deba.
Excluir a los ancianos porque no tendrán capacidades de aprendizaje.
CAP. XVI
PALABRAS Y TÉRMINOS CLAVE PARA LA INTERPRETACIÓN
• dialéctico es el que tiene visión de conjunto = la dialéctica, por derribar las hipótesis de
los otros conocimientos, ofrece necesariamente una visión de conjunto que engloba y
supera a todos los demás saberes.
• poder dialéctico = encaminarse hacia el ser en compañía de la verdad y sin ayuda
de los sentidos.
ESQUEMA
Los elegidos deben ser niños, a los que se les enseñará todo lo que ha sido señalado
anteriormente y mediante una educación que se les imponga sin fuerza... ¡jugando!
Y los que demuestren las habilidades que deseamos, incluso después de haber asistido a
la guerra, se les separará e incluirá en un grupo selecto.
Se iniciarán en el estudio después del período gimnástico y de haber presenciado
batallas (aproximadamente hacia los 20 años).
Estudiarán de manera sinóptica las disciplinas aprendidas dispersamente en la infancia,
las relaciones que mantienen entre sí y la naturaleza del ser.
Esto permitirá saber quién es proclive a la dialéctica al ver si tiene una visión de
conjunto (que es una de las características de la dialéctica).
A los mejores de estos se les volverá a separar cuando tengan 30 años, aunque habrá
que seguir tomando grandes precauciones.
Esbozo de un mal que afecta a la dialéctica.
RESUMEN:
Hay que elegir a niños, pero no obligándoles a aprender por la fuerza, sino jugando.
Se iniciarán después del período gimnástico y después de haber asistido a las guerras
como espectadores, aproximadamente a la edad de veinte años, después de una selección,
iniciándose en los estudios por medio de una síntesis de todos los conocimientos adquiridos
anteriormente (lo cual será una prueba de sus capacidades didácticas) y a los mejores
entre ellos se les volverá a separar a la edad de treinta años.
No obstante, hay un mal que aqueja a la dialéctica.
CAP. XVII
PALABRAS Y TÉRMINOS CLAVE PARA LA INTERPRETACIÓN
otros principios prometedores de placer = frente al alma, el cuerpo que, como
el caballo malo, pretende desequilibrar el camino de la verdad.
que aquello no es más honroso que deshonroso = lo que era cierto se convierte
en opinable y pierde la seguridad en lo aprendido.
ESQUEMA
Aun a pesar de la buena educación que puedan haber recibido, hay principios del placer
(los instintos, los sentidos) que pretenden llevarnos por otros derroteros.
Y así puede ocurrir que si se enseña la dialéctica a los jovencitos que luego se vean
contradichos en sus principios y se pongan a dudar de todo lo aprendido... y de esa
manera, al quedarse sin argumentos, se iniciarán por la senda del placer .
Lo que les hará rebelarse con las leyes que antes se les enseñaban.
Por lo tanto, hay que tener mucha precaución al enseñar la dialéctica.
No habrán de estudiar la dialéctica siendo excesivamente jóvenes ya que la juventud
juega con todo y acabarían aburriéndose e inclinados al escepticismo.
RESUMEN:
El mal de la dialéctica es que si se enseña antes de los treinta, los alumnos, debido a su
juventud e inexperiencia, pueden ser refutados, quedarse sin argumentos y dudar de lo
que ya han aprendido, por lo que la aborrecerían, se convertirían en rebeldes y se
sentirían inclinados hacia el escepticismo (lo cual es un gran perjuicio para la filosofía).
CAP. XVIII
PALABRAS Y TÉRMINOS CLAVE PARA LA INTERPRETACIÓN
cuando se intente arrastrarles en todas direcciones = serán aptos para resistir las
tentaciones que se les presenten.
ESQUEMA
5 años más estudiando dialéctica...
Y luego habrán de bajar al mundo (el fondo de la caverna) para ocuparse de los asuntos
mundanos...
Allí pasarán 15 años, siendo sometidos a pruebas... concluyendo esta fase cuando
tengan unos 50 años...
Que es cuando empezarán a mirar de frente al bien; que es cuando estarán en disposición
de legislar y de ocuparse de la educación de futuros gobernantes.
Y esto será indiferente para hombres como para mujeres elegidas.
Y aunque estos propósitos sean difíciles de realizar son posibles.
Los legisladores (primeros) el primer paso que deberán tomar es mandar fuera de la
ciudad a los mayores de 10 años para que sean educados por ellos mismos del modo que
se acaba de proponer.
RESUMEN:
Estudiarán dialéctica durante cinco años más, después de los cuales bajarán a la
caverna (el mundo nuestro) y ocuparán puestos bajos e intermedios a fin de ser
probados durante 15 años.
Luego, con cincuenta años, los mejores se ocuparán de los cargos políticos, pero no
como un honra sino como una obligación. Al acabar su tarea, que incluirá la preparación
de futuros gobernantes, se irán a vivir a la Isla de los Bienaventurados.
Tanto los hombres como las mujeres.
Y esto no es una utopía. Propuesta de iniciación del programa político.