19.1.09

PENSAMIENTO DE DESCARTES
1 INTRODUCCIÓN.
1.1.CONTEXTO HISTORICO
Hacia la mitad del siglo XVI comienzan en Europa una serie de crisis que se van a extender a todo el siglo XVII. En el plano social se corresponden con el desarrollo de la burguesía y en el plano ideológico con la necesidad que se experimenta de una nueva concepción del mundo basada en el concepto de Razón.
1.1.1 CONTEXTO ECONÓMICO-SOCIAL.
El sistema productivo, todavía esencialmente agrícola, es incapaz en muchos casos de cubrir las necesidades de la población. En Francia, por ejemplo, se suceden seis hambrunas entre 1629 y 1710.
Por un lado, es un período de profunda depresión económica y creciente endeudamiento de las monarquías que, para pagar a los funcionarios y sufragar las guerras, ceden a los comerciantes la explotación de los bienes del Estado como minas, salinas, etc.
Por otro lado, el desarrollo del capitalismo se verá favorecido especialmente por la expansión del comercio marítimo y colonial y la afluencia de metales preciosos de las minas europeas y americanas. Se trata de un capitalismo de tipo comercial.
El siglo XVII es el momento canónico del mercantilismo, expresión teórica del pacto entre la ascendente burguesía y la monarquía absoluta. Esta doctrina reclama una política de autoridad y seguridad. Armadores y negociantes tienen intereses comunes con el Estado lo que los mantiene unidos.
El capitalismo industrial surge en Inglaterra en la primera mitad del siglo XVII como consecuencia de la primera revolución en la industria, precursora de la gran revolución industrial del siglo XVIII. Los inventos en las técnicas marítima, industrial y agrícola son numerosos.
Los hombres de negocios son, a la vez, banqueros y fundadores de nuevas industrias. Aparecen las bolsas y las grandes compañías comerciales en forma de sociedades por acciones. Se perfila el tipo de capitalista emprendedor, enérgico, inteligente y práctico, con pocos escrúpulos, que reclama la libertad individual frente a municipios y señoríos e incluso frente a las concepciones morales y religiosas. Esta burguesía capitalista va aumentando en número e importancia y llega a ser un serio adversario de la nobleza.
Se exalta el valor de la razón frente a la autoridad de los libros o maestros y se fomenta así el desarrollo científico.
1.1.2 CONTEXTO POLÍTICO.
1.1.2.1 El absolutismo.
En el plano político es el absolutismo la ideología del poder [Recordar la Teoría del Poder Absoluto de Thomas Hobbes (1588-1679)], como nueva concepción del Estado frente a la idea renacentista, pero diferenciándose claramente dos fases:
1. Primer momento en que el absolutismo aparece como el coronamiento normal del mercantilismo en función de su confluencia de intereses.
2. Segundo momento, en el que la burguesía se hace más poderosa con el desarrollo del capitalismo comercial y reclama un puesto en el poder minando el absolutismo.
1.1.2.2 Crisis, guerras de religión y revoluciones.
Es un período de gran inestabilidad y de crisis que se manifiesta en una serie de guerras y revoluciones. Es la época del expansionismo colonial que lleva a los estados europeos a luchar en todos los mares.
En el continente europeo se desarrolla la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) por razones políticas y religiosas. Enfrenta a los defensores del orden tradicional y los ideales de la Contrarreforma, representados por las dos ramas de la casa de los austrias (la alemana y la española), y a los partidarios del nuevo orden, los países protestantes del norte apoyados por Francia.
Se van formando los "Estados modernos", independientes y soberanos, que se enfrentan en sus afanes de imperialismo. La mayor tentativa la protagonizan los Habsburgo de España y Austria que origina la guerra entre los Estados Católicos y Protestantes del Imperio Alemán. España interviene por intereses en los Países Bajos. Las guerras de religión se dan también en Francia entre católicos y protestantes en la llamada guerra de los Hugonotes.
En Inglaterra los Estuardo intentan mantener una monarquía absoluta reservándose el poder legislativo y el derecho a la percepción de impuestos sin el consentimiento de los súbditos. Se enfrentan a los comerciantes puritanos y a parte de la nobleza que comparte los mismos intereses. El Parlamento entra en conflicto con el Rey para conseguir una forma de Estado que defienda los intereses de esta burguesía. Hay dos revoluciones y una guerra civil que acaba con la decapitación de Carlos I surgiendo de estas crisis el primer sistema parlamentario y constitucional europeo, en un clima de libertades políticas y de tolerancia religiosa, importado de Holanda, que se afianzará a partir de 1688 año de la denominada "Revolución Gloriosa".

1.2 Representantes y obras fundamentales.
La tabla ordena cronológicamente los representantes más destacados de cada corriente y aquellas de sus obras que más influencia tuvieron en el desarrollo del pensamiento posterior.

RACIONALISMO Fecha de publicación EMPIRISMO
Autores y obras Autores y obras


(1596-1650) René Descartes
Discurso del Método
Meditaciones Metafísicas
1620 Francis Bacon (1551-1626)
Novum Organum

1637
1642

1651 Thomas Hobbes (1588-1679)
Leviatán
(1634-1677) Baruch de Espinosa
Tratado teológico-político
Ética
1670
(póstuma)
(1638-1715) Nicolás de Malebranche
La investigación de la verdad
1674-78
(1638-1716) Gottfried Wilhelm Leibniz
Meditaciones sobre el conocimiento…
Discurso de Metafísica






Teodicea
Monadología
Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano
1684
1686

1687 Isaac Newton (1642-1727)
Principios matemáticos de la filosofía natural

1690 John Locke (1632-1704)
Ensayo sobre el entendimiento humano

1710 George Berkeley (1685-1753)
Tratado sobre el conocimiento humano
1714

(póstuma)

1739-40
1751 David Hume (1711-1776)
Tratado de la Naturaleza humana
Investigación sobre el entendimiento humano


2 EL RACIONALISMO MODERNO.
2.1 Introducción.
En el siglo XVII el racionalismo es la expresión de un supuesto metafísico y a la vez religioso en el cual Dios es la suprema garantía de las verdades racionales y el apoyo último del universo concebido como inteligible.
Existen tres tipos de racionalismo que se han mezclado y admitido juntos por algunos filósofos, lo que no quiere decir que no puedan ser admitidos individualmente sin adoptar los restantes. Éstos son:
1. Racionalismo psicológico. La razón equiparada al pensar es superior a la emoción y a la voluntad.
2. Racionalismo metafísico. La realidad es, en último término, de carácter racional.
3. Racionalismo gnoseológico. La razón es el único órgano adecuado y completo como medio de conocimiento. Esta idea se concreta a partir de dos supuestos fundamentales:
a. Nuestro conocimiento puede ser construido deductivamente a partir de ciertas ideas y principios evidentes.
b. Estas ideas y principios son innatos al entendimiento, éste los posee en sí mismo al margen de toda experiencia sensible.
Siguiendo el modelo de conocimiento cierto de las matemáticas el racionalismo construirá nuevos sistemas filosóficos que acabarán sustituyendo a los de la metafísica escolástica y constituyéndose en la metafísica moderna.

2.2 René Descartes (1.596- 1.650)
2.2.1 DATOS BIO-BIBLIOGRÁFICOS.
Nace el 31 de marzo de 1596 en La Haya, una aldea de la Turena en la Bretaña francesa. Es el tercer hijo de una familia acomodada, su padre era consejero del Parlamento de Rennes y su madre hija del teniente general de Poitiers. Al año siguiente muere su madre.
En 1604, con 8 años, ingresa en colegio real Enrique IV de la Flèche regentado por los jesuitas donde estudia Humanidades. A los 14 años inicia los estudios de Filosofía que duran tres años. Estudia lógica, física, metafísica y matemáticas. La enseñanza, de carácter escolástico, se centra en Aristóteles y Tomás de Aquino, a quienes combatirá sin desprenderse enteramente de su influencia. No recibe ninguna de las novedades de la época.
En 1613 ingresa en la Facultad de Poitiers para estudiar Derecho y Medicina, licenciándose en Derecho en 1616. Sin problemas económicos decide emplear el resto de su juventud en "viajar, ver cortes y ejércitos" .
En 1618 se alista en el ejército del príncipe Mauricio de Nassau, gobernador de los Países Bajos que aliados con Francia luchaban contra los españoles. Conoce a Isaac Beeckman sabio holandés que le inicia en física-matemática y geometría, se interesa por las ciencias aplicadas.
En 1619 se alista con el ejército de Maximiliano de Baviera que luchaba contra el rey de Bohemia. En Neuburg, cerca de la ciudad alemana de Ulm, le sorprende el invierno y se pasa los días encerrado junto a la estufa dedicado a la meditación filosófica. Se plantea algunos problemas de geometría, y la solución lograda le lleva a buscar un método general para resolver cualquier problema geométrico. Pronto amplía el plan para encontrar un método para el descubrimiento de la verdad en cualquier ciencia. Se apodera de él una especie de entusiasmo místico como si el descubrimiento lo hubiera salvado de una crisis espiritual, y al mismo tiempo, hubiera cargado sobre él una grave responsabilidad.
De 1619 a 1628 se dedica a viajar. En Italia (1623-25) y París (1626-28) amplia sus estudios de matemática y metodológicos. Escribe las: "Reglas para la dirección del Espíritu" su primer escrito fundamental aunque no lo publicarán hasta 1701 –después de muerto- . Esta obra expone los preceptos prácticos para el correcto uso de la razón, sus reglas del método que aparecerán después en el "Discurso del método".
En 1628 participa en el sitio de La Rochelle y se retira a Holanda donde vive 20 años en busca de tranquilidad. Cambia hasta 24 veces de casa por esta razón.
Entre 1644 y 1648 hace viajes por Inglaterra, Dinamarca y Francia. Escribe “El Mundo” o “Tratado sobre la luz” una cosmología que no publica asustado y temeroso de la reacción de la Iglesia al enterarse que el Santo Oficio ha condenado a Galileo (1633) por defender las tesis heliocéntricas. Esta obra se publicará póstumamente en 1644.
En 1637, deseoso de dar a conocer sus estudios físicos publica de forma anónima tres ensayos titulados “La dióptrica, los meteoros y la geometría” que van precedidos de un prólogo que es lo que se conoce hoy como el "Discurso del método". En él se expone tanto el método cartesiano como sus ideas filosóficas fundamentales. Con su publicación se inician, a un tiempo, una fuerte de corriente de simpatía por las nuevas ideas y una reacción que creció en violencia con el correr del tiempo.
En 1641 publica las "Meditaciones Metafísicas" iniciadas antes del “Discurso del método” y antes de publicarlas requiere la opinión de los filósofos más importantes de la época como Hobbes, Gassendi, Mersenne, etc. Publica sus objeciones y las respuestas que se les da junto con la obra. En esta obra aparece con más claridad la novedad de la filosofía cartesiana. Algunos profesores de las universidades holandesas la introducen en sus cátedras provocando la reacción contraria de la Iglesia. Se le acusa de ateo y hereje entre otras cosas. La polémica no acabará hasta bien entrada la Edad Moderna.
En 1644 publica los "Principios de Filosofía" donde resume su metafísica y expone adelantos en las ciencias físico-naturales.
En 1649 la reina Cristina de Suecia le invita a ir a Estocolmo. Él, deseoso de tranquilidad para dedicarse a sus estudios, acude puesto que cada vez era más enconada la lucha entre los adversarios y los defensores de sus ideas. Se publica el “Tratado de las pasiones del alma”.
En 1650 muere de pulmonía. No puede resistir los rigores del clima nórdico. Lo entierran allí pero más tarde (1666) lo llevan a París.
En 1663 la Iglesia católica condena y prohíbe sus "Meditaciones Metafísicas".
Es considerado el padre de la filosofía moderna porque influyó tanto en el racionalismo como en el empirismo. Es también el creador de la geometría analítica y el descubridor de la óptica geométrica.
2.2.2 LAS COORDENADAS DEL PENSAMIENTO CARTESIANO.
2.2.2.1 Las coordenadas del pensamiento moderno.
En el año 1.637 se publica el Discurso del Método, esta es la fecha que se considera simbólicamente como la que marca el inicio de la filosofía moderna.
Las ideas y creencias que cristalizan en Descartes se venían fraguando a lo largo de los dos siglos anteriores en los que se había desarrollando una actitud crítica frente al modo de hacer filosofía pero no se era capaz de ofrecer una alternativa definida sino simplemente esbozos. Estas ideas no suponen simplemente una nueva doctrina filosófica sino que inauguran una nueva actitud filosófica.

El pensamiento cartesiano gira entorno a tres coordenadas esenciales:
a) El pensamiento de la Escolástica. Para Descartes era un tipo de pensamiento poco fundamentado, ya que el criterio de verdad y el método sobre los que se sustentaba eran caducos, carecían de rigor y validez. Se ha de cambiar el modo de hacer filosofía para poder desarrollar un tipo de pensamiento riguroso y firme. Para ello habrá de establecer un nuevo criterio de verdad y un nuevo método.
b) El impacto de la recuperación del pensamiento escéptico en el Renacimiento. Que inspirará su duda metódica siendo ésta a su vez una manera de superarlo -aunque hay opiniones diversas sobre este último aspecto-.
c) El desarrollo de la nueva ciencia. Que le servirá como modelo de pensamiento riguroso.
2.2.2.2 Crítica cartesiana a la escolástica.
Constituía la enseñanza universitaria oficial de la época. La Escolástica es el primer elemento que configura el horizonte donde se mueve la filosofía cartesiana. Los cursos de filosofía que se impartían en las Universidades en el siglo XVII tenían como base teórica la síntesis aristotélico-tomista parcialmente renovada por los escolásticos renacentistas que intentaban adaptarla a los nuevos tiempos. Pese a su puesta al día Descartes la consideró, como muchos otros de su tiempo, como un pseudo-saber basado en un método verbalista, estéril e ineficaz.
Era incapaz de explicar la nueva sociedad e impotente ante los hallazgos de la nueva ciencia. Ante el derrumbe de la cosmovisión medieval la Escolástica es incapaz de ofrecer nuevas ideas o creencias e intenta mantener las antiguas sólo a base de autoridad. De igual modo no sabe resolver ciertos fenómenos naturales que la nueva ciencia sí que es capaz de explicar. Lo que ocurre es que esta nueva ciencia va haciendo avances parciales pero es incapaz de desarrollar de forma sistemática un nuevo modo de hacer filosofía.
Así nos encontramos un vacío por el derrumbe del sistema anterior (la Escolástica) y la necesidad de establecer unos nuevos fundamentos sobre los que asentar firmemente la filosofía: un nuevo criterio de verdad y un nuevo método.
1. EL CRITERIO DE VERDAD Y EL MÉTODO DE LA ESCOLÁSTICA.
Criterio de verdad y método están siempre interrelacionados y son los fundamentos sobre los que se asienta todo tipo de saber.
a) El criterio de verdad: crítica a la fe o la autoridad como criterios de verdad.
El criterio de verdad nos permite determinar cómo sabemos que una cuestión es verdadera o falsa.
Para la Escolástica el criterio de verdad se basa en la fe en la verdad revelada -es verdadero porque así lo creo ya que está escrito en la Biblia- o en la autoridad basada en lo dicho por Aristóteles o la Iglesia -lo ha dicho Aristóteles o lo ha dicho la Iglesia-.
El problema surge cuando la fe se debilita o ya no se reconoce o se pone en cuestión la autoridad de dichas instancias.
b) El problema del método: crítica al silogismo aristotélico.
El método hace referencia a los pasos que hemos de seguir para poder establecer nuevas verdades.
La Escolástica sigue el método aristotélico del silogismo. El silogismo es un tipo de razonamiento deductivo que tiene la siguiente forma:

Premisa mayor (PM): Enuncia un principio general.
Premisa menor (Pm): Enuncia un caso particular o singular incluido en el ______________________ principio general.
Conclusión (C): Enuncia la nueva verdad que se establece

Veamos un ejemplo:

(PM): Todos los seres humanos están compuestos de cuerpo y alma.
(Pm): Los alumnos de bachillerato son seres humanos.
_____________
(C): Los alumnos de bachillerato están compuestos de cuerpo y alma.

Pero ¿cómo sabemos que la premisa mayor es verdadera?: los principios generales en la Escolástica se alcanzaban a través del criterio de verdad (la fe o la autoridad). El problema surge cuando ese criterio está puesto en duda, es decir, si no aceptamos la autoridad o no compartimos esa fe (algo que los filósofos modernos se plantean).
Además tal procedimiento era de tipo dogmático pues nunca los casos particulares podían rebelarse contra las supuestas verdades generales.
Descartes afirma del silogismo en el Discurso de Método:
"Es completamente inútil para los que desean investigar la verdad de las cosas, y sólo se puede aprovechar a veces, para exponer con mayor facilidad a los otros las razones ya conocidas".
Descartes: Discurso del Método, Segunda parte
2. RESPUESTAS DE LA FILOSOFÍA MODERNA ANTE LA CRISIS DE FUNDAMENTOS DE LA ESCOLÁSTICA.
Francis Bacon y Descartes son dos filósofos que proporcionan dos pilares para el pensamiento moderno y que concuerdan en su crítica al silogismo aunque divergen en la alternativa ofrecida. Representan los dos extremos de la filosofía moderna, Bacon recurrirá al uso de la experiencia siendo precursor del empirismo, y Descartes a la razón fundando el racionalismo.
a) Francis Bacon (1561-1626) y el inicio del empirismo.
Nace en Londres en 1.561 y muere en 1.626. En 1620 escribe su obra Novum Organum donde critica abiertamente la lógica aristotélica diciendo que es inútil para la invención científica y consolida y fija los errores más que conducirnos a la verdad. En el silogismo aristotélico la conclusión no es algo nuevo que se extrae de las premisas, sino que está en el fundamento de la premisa mayor, a la que antecede y no sigue como pretende el silogismo.
Bacon opone a la deducción la inducción: no puede haber verdades generales que no se sostengan en casos particulares. Recordemos que la deducción (silogismo) va de lo general a lo particular. En cambio, la inducción (Bacon) va de lo particular a lo general: parte de la observación de casos particulares para remontarse a la enunciación de verdades de generalidad cada vez mayor.
Para Bacon el criterio de verdad es la experiencia. Es un criterio superior al de autoridad pues según él todo se puede reducir, en última instancia, a contar y medir, ver y palpar.
b) René Descartes y el inicio del racionalismo.
Descartes señala los límites de la experiencia sensible y la insuficiencia del método inductivo (nunca podemos estar seguros de que un nuevo hecho venga a desmentirnos el principio general establecido: lo que imposibilita la universalidad y necesidad que habrían de tener si queremos que sean científicos).
Hay un ámbito en el que se pueden afirmar algunas cosas con validez universal y absoluta: es el reino de la razón, sobre el que descansa la matemática y está regido por el principio de no contradicción.
Veamos que ejemplo pone:
a: "Todos los hombres nacen con dos ojos"
b: "Todos los triángulos tienen tres ángulos"
Si comparamos las dos proposiciones encontramos que en el caso de la primera la hemos obtenido por experiencia, pero no es universal ni necesaria porque por experiencia puede volverse falsa en cualquier momento (basta con que nazca un hombre con un sólo ojo)
En cambio esto es imposible en la segunda, no depende de la experiencia sino de la razón y es imposible que sea falsa por el principio de contradicción, por lo tanto es universal y necesaria. El criterio de verdad ha de ser por tanto la razón.
Las matemáticas sirvieron a Descartes de paradigma en la búsqueda de las primeras verdades absolutamente ciertas que pudieran servirle de apoyo en la reconstrucción de la totalidad del edificio de la ciencia y el saber.
2.2.2.3 Superación del escepticismo radical.
Corriente filosófica recuperada por el humanismo renacentista no es una doctrina con una propuesta sistemática como la Escolástica ni tampoco posee un método para la adquisición de la verdad. Es una actitud mental que se limita a la práctica de la duda universal, del rechazo de toda verdad universal y necesaria, de la consideración que la mente no puede conocer la verdad ni hablar, es decir, afirmar o negar nada de una proposición.
Para el escéptico no hay certezas, evidencias o afirmaciones, sino todo lo contrario, suposiciones, dudas, incertidumbres y, en definitiva, apariencias. Son representantes de este escepticismo Michel de Montaigne autor de sus famosos Assaigs, y Pierre Charron autor de De la sagesse.
Descartes se mostrará comprensivo y a la vez crítico con esta actitud:
a) Comprensivo: toma la duda universal como punto de partida para extirpar de su filosofía todos los prejuicios o errores causados por nuestras inclinaciones naturales o la educación acrítica de la época.
b) Crítico: La duda para Descartes no es un objetivo a alcanzar sino un obstáculo a superar, obstáculo que la razón necesita como medio para eliminar de la filosofía toda verdad o certeza que no se encuentre fundada en la misma razón. Utiliza el escepticismo para eliminar los errores pero no con la idea de afirmar la incapacidad humana para alcanzar certezas sino para demostrar que es posible, aun siendo escéptico radical, alcanzar un tipo de verdades evidentes y absolutamente indudables.
2.2.2.4 Actitud frente a la nueva ciencia.
Gracias a los intentos de matematizar la naturaleza mediante el tratamiento numérico de los postulados y las leyes físicas llevado a cabo, sobre todo por Copérnico y Galileo, los cuales prepararon el camino a Newton, la Física inicia un proceso de independización de la filosofía. Se trata de una Física matemática basada en la observación y la experiencia. Fue también Francis Bacon quien había iniciado esta ruta del pensamiento al basar la investigación científica en la experiencia y a partir de ella obtener las leyes universales mediante la inducción.
Pero la experiencia no es la única característica de la nueva ciencia, ya que es necesario además partir de hipótesis o conjeturas producto del científico para contrastar con la realidad. Este es el gran avance que descuida Bacon -no Galileo-.
La ciencia del Renacimiento no sólo elabora hipótesis y las contrasta con la experiencia, está además convencida de que la naturaleza es un gran libro escrito en lenguaje matemático -recordar Galileo-. Las demostraciones matemáticas y las argumentaciones lógico deductivas constituyeron el método idóneo para la ciencia renacentista.
Descartes comparte esa veneración por las matemáticas aunque la consideración de su superioridad frente al método empírico lo enfrenta a los científicos renacentistas. De todas formas, pese a las diferencias, es admirador de los progresos de la nueva ciencia e incorpora algunos de sus conceptos e ideas.
2.2.2.5 Conclusiones.
La filosofía cartesiana hace un uso constante de los conceptos y los términos de la Escolástica cuando quiere explicitar o hacer comprensible su pensamiento.
Hace uso del escepticismo cuando pretende rechazar como falsas todas aquellas doctrinas opuestas a la razón y la verdad.
Utiliza las matemáticas cuando quiera dotar a la ciencia moderna de un método firme y seguro.
Se deja influenciar por el espíritu innovador de la nueva ciencia cuando nos habla del carácter práctico y progresista de la tarea del científico.
 A partir de ahora nos centramos en ver como Descartes intenta solucionar los problemas abiertos por la Escolástica, y lo haremos por este orden:
a) La búsqueda de un nuevo criterio de verdad.
b) La búsqueda de un nuevo método.
2.2.3 LA BÚSQUEDA DEL CRITERIO DE VERDAD.
2.2.3.1 La duda metódica.
El objetivo de Descartes es la búsqueda de unos primeros principios evidentes e indudables sobre los que construir el edificio de la filosofía y de la ciencia.
El medio para poder hallarlos es la duda metódica.
1. ¿EN QUÉ CONSISTE?
En eliminar todas las opiniones y falsas creencias para poder empezar de nuevo desde los fundamentos y así poder establecer algo firme y constante en las ciencias.
¿Qué hay de seguro en todo lo que yo sé?, ¿Son ciertos los conocimientos que tengo? Lo que he aprendido y todo cuanto creo se pone en cuestión.
2. ¿CÓMO SE APLICA?
No es necesario probar que todas son falsas basta encontrar el más pequeño motivo de duda para poder rechazarlas (sólo así me aseguraré que aquello que quede sea cierto de forma segura: la única manera de superar el escepticismo radical es ser uno mismo radicalmente escéptico) Se dirige contra los fundamentos en los que se apoyan.
Por ejemplo: No puedo suponer que las teorías de Aristóteles puedan ser verdaderas sólo por ser suyas, en vez de repasar todas ellas e intentar refutarlas en sus contenidos me basta, para ponerlas en duda, atacar el fundamento sobre el que se apoyan aquellos que las defienden: el argumento de autoridad. Aristóteles era humano y se podía equivocar por lo tanto sus teorías pueden ser erróneas, no son un tipo de saber absolutamente seguro.
3. ¿CÓMO SE LLEVA A CABO?
Se expone un criterio de duda que hace que dudemos de un determinado tipo de verdades que poseemos.
Pero encontramos algo que se le resiste, un nuevo tipo de verdades que ese criterio no puede poner en duda. Entonces se expone un nuevo criterio más potente que nos permita también dudar de ellas.
Así sucesivamente hasta encontrar una verdad que sea absolutamente indudable.
4. PASOS SUCESIVOS EN SU EJECUCIÓN .
I. La primera y más obvia razón para dudar de nuestros conocimientos se halla en el hecho de que los sentidos a veces me engañan -no puedo fiarme de ellos- ¿qué garantía tengo yo de que no nos inducen siempre a error? Es probable que no sea siempre así pero basta la duda establecida para convertir el conocimiento obtenido de ellos en un conocimiento que no es absolutamente indudable.
Por lo tanto, cabe dudar que las cosas sean como las percibimos por los sentidos.
Pero ello no nos permite dudar que existan las cosas que percibimos (hemos de buscar un nuevo criterio más fuerte)
II. La segunda razón para dudar que nos plantea Descartes es la dificultad de distinguir entre la vigilia y el sueño. A veces los sueños nos muestran mundos de objetos con extremada viveza, y al despertar descubrimos que tales universos no tienen existencia real. ¿Cómo distinguir el estado de sueño del de vigilia y cómo alcanzar la certeza absoluta de que el mundo que percibimos es real? Como ocurre con los sentidos, la mayoría de los seres humanos cuentan con criterios para distinguir ambos estados pero la sospecha planteada imposibilita de nuevo el contar con una certeza absoluta.
Por lo tanto, podemos dudar de la existencia de las cosas y del mundo material (incluido nuestro cuerpo)
Pero ello no nos permite dudar de un cierto tipo de verdades, como las matemáticas. Dormidos o despiertos los ángulos de un triángulo suman 180 º en la geometría de Euclides (hemos de buscar un nuevo criterio más fuerte)
III. La tercera razón para dudar es la más radical de todas: la hipótesis del genio maligno. Si Dios permite que me engañe a veces, ¿no es posible que, al razonar, me engañe siempre hasta incluso cuando estoy más absolutamente seguro como en el caso de las verdades matemáticas?
La hipótesis del genio maligno se formula sí: no es imposible que en vez de Dios exista un ser infinitamente poderoso e inteligente cuyo único empeño no sea otro que el de hacer que me confunda y me engañe incluso cuando más seguro estoy de mis razonamientos. Es posible que no exista pero ¿y si existiera? Ninguna seguridad tengo de que no exista por eso puedo dudar absolutamente de todo aquello de lo que estaba completamente seguro.
Por lo tanto, puedo dudar de las verdades matemáticas, de la existencia de Dios y de su veracidad.


En resumen el esquema de los pasos es el siguiente :

Se duda de (Criterio) Nos permite dudar de... Pero no de...
Los sentidos nos engañan Las cosas sean tal y como las percibimos Las cosas existen
Dificultad para distinguir entre la vigilia y el sueño - Las cosas sean la causa de nuestras ideas, es decir, que existan. Por lo tanto:
- Que exista en mundo material o nuestro propio cuerpo. Las verdades matemáticas
Tesis del Genio Maligno - Existencia de Dios y de su veracidad.
- Verdades matemáticas. “Pienso luego existo”

5. ¿QUÉ HACER AL DESCUBRIR QUE NO HAY NINGUNA VERDAD SEGURA?: LA MORAL PROVISIONAL CARTESIANA.
Llegados a este punto no hay nada seguro en el conocimiento humano (nada de lo que no podamos dudar): nos hallamos ante un escepticismo radical.
Descartes nos dice que, si queremos hallar algo seguro y constante en las ciencias hemos de suspender el juicio acerca de dichos pensamientos y no concederles crédito.
Ahora, la duda metódica se circunscribe sólo al ámbito del pensamiento, del conocer del meditar, nunca al terreno del obrar.
En el terreno del obrar no cabe vacilación; en la "vida práctica", rigen las tres reglas o máximas de la moral provisional que expone en la tercera parte de su "Discurso del Método". En ellas se combina la influencia de la moral estoica y el intelectualismo moral socrático. Resumimos aquí su contenido:
"Y, en fin, como para empezar a reconstruir la casa en que se vive no basta haberla derribado y hacer acopio de materiales y arquitectos, o haberse ejercitado uno mismo en la arquitectura y haber trazado cuidadosamente el plano, sino que también hay que proveerse de alguna otra habitación en donde pasar cómodamente el tiempo que dura el trabajo, de igual modo, con el fin de no permanecer irresoluto en todas mis acciones mientras la razón me obligase a serlo en mis juicios, y no dejar de vivir desde luego lo más felizmente que pudiese, me formé una moral provisional que consistía solamente en tres o cuatro máximas que voy a exponer.
Consistía la primera en obedecer las leyes y costumbres de mi país, conservando constantemente la religión en que Dios me ha concedido la gracia de que me instruyera desde niño, rigiéndome en las restantes cosas según las opiniones más moderadas y más apartadas de todo exceso, que fuesen comúnmente aceptadas en la práctica por las personas más sensatas con quienes tuviera que convivir. Porque habiendo comenzado ya a no contar para nada con las mías propias, puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examen, seguro estaba de no poder hacer cosa mejor que seguir las de los más sensatos. Y aun cuando entre los persas y los chinos hay quizá hombres tan sensatos como entre nosotros, parecíame que lo más útil era acomodarme a aquellos con quienes tenía que convivir."
Descartes: Discurso del Método, Tercera parte
Esta primera máxima significa el “conformismo social” como necesidad práctica de conducta. Este conformismo conservador se basa en seguir:
a) Las leyes y costumbres de su país,
b) La religión de su infancia,
c) Las opiniones más moderadas y comúnmente aceptadas de las personas más sensatas.
Descartes quiere curarse en salud para que su duda metódica no se interprete como un modo de justificar actitudes libertinas o licenciosas.
“Mi segunda máxima era de ser lo más firme y resuelto en mis acciones que pudiera, y no seguir menos constantemente las opiniones más dudosas, una vez me hubiera determinado a ello, que si hubiesen sido muy seguras; imitando en esto a los viajeros que, encontrándose extraviados en mi bosque, no deben errar girando de un lado a otro, ni menos pararse en un sitio, sino marchar siempre lo más rectamente que puedan en una misma dirección y no cambiarla por débiles razones, aunque sólo el azar acaso les haya determinado a escogerla en un principio, pues por este medio, si no llegan justamente a donde desean, al final llegarán, al menos, a alguna parte, en donde verosímilmente estarán mejor que en medio de un bosque.”
Descartes: Discurso del Método, Tercera parte
En esta segunda máxima Descartes propone firmeza y decisión en nuestros actos aunque las opiniones por las que nos guiemos sean dudosas.
“Mi tercera máxima era la de intentar siempre vencerme a mí más bien que a la fortuna y cambiar antes mis deseos que el orden del mundo, y, generalmente, acostumbrarme a creer que no tenemos enteramente nada en nuestro poder excepto nuestros propios pensamientos, de modo que cuando hemos hecho todo lo que podemos respecto a las cosas exteriores, todo lo que falle para tener éxito es, respecto de nosotros, absolutamente imposible.”
Descartes: Discurso del Método, Tercera parte
Esta regla, que expresa, aparentemente una concepción conformista, es de origen estoico .
“En fin, como conclusión de esta moral, me propuse hacer una revisión de las diversas satisfacciones que tienen los hombres en la vida, para tratar de escoger la mejor; y sin que diga nada contra otras, pensaba que lo mejor que podía hacer era continuar en la que me encontraba, es decir, emplear toda mi vida en cultivar mi razón y avanzar cuanto pudiera en el conocimiento de la verdad, siguiendo el método que me había prescrito.
[…] basta juzgar bien para obrar bien, y juzgar lo mejor que se pueda para obrar del modo mejor, es decir, para adquirir todas las virtudes y conjuntamente todos los otros bienes que se puedan adquirir; y cuando uno está cierto de que esto es así, no se puede dejar de estar contento.”
Descartes: Discurso del Método, Tercera parte
Esta última máxima, formulada a modo de conclusión, completa las otras tres anteriores. Aprender a juzgar correctamente, “cultivar la razón” no es solamente el medio para ponerlas en práctica, sino también su condición e incluso su razón de ser. La podríamos resumir así: conducir y regular las acciones como conviene a la razón para conseguir la tranquilidad del espíritu, la felicidad.
En el último fragmento citado vemos la influencia del intelectualismo moral socrático.
Descartes finaliza la exposición de su moral provisional aclarando que su duda no es escéptica sino metódica y provisional. Mientras que los escépticos hacen de la duda una finalidad, Descartes la utiliza como un medio para encontrar la verdad.
6. ¿QUÉ UTILIDAD TIENE UNA DUDA TAN RADICAL?
"En la primera (Meditación), propongo las razones por las cuales podemos dudar en general de todas las cosas, y en particular de las cosas materiales, al menos mientras no tengamos otros fundamentos de las ciencias que los que hemos tenido hasta el presente. Y, aunque la utilidad de una duda tan general no sea patente al principio, es, sin embargo, muy grande, por cuanto nos libera de toda suerte de prejuicios, y nos prepara un camino muy fácil para acostumbrar a nuestro espíritu a separarse de los sentidos, y, en definitiva, por cuanto hace que ya no podamos tener duda alguna respecto de aquello que más adelante descubramos como verdadero"
Descartes: Meditaciones metafísicas
Esto, aunque nos pueda desconcertar, tiene una innegable utilidad: el liberarnos de toda suerte de prejuicios y acostumbrar a nuestro espíritu a alejarse de los sentidos (principal fuente de error según Descartes)
Además, hace que no podamos tener duda alguna respecto a aquello que más adelante descubramos como verdadero (nadie podrá decir que nos hemos negado a someter a criterios rigurosos de certeza o verdad nuestras creencias)
7. HALLAZGO DE LA PRIMERA VERDAD Y FORMULACIÓN DEL CRITERIO DE VERDAD.
Llevada la duda hasta tan radical extremo Descartes descubre su primera verdad que es absolutamente indudable: Puedo dudar de todo cuanto existe pero sólo dudo en la medida que pienso, y si pienso es porque existo: "Pienso, luego existo": "cogito ergo sum".
Podría ser este razonamiento incorrecto por estar engañándome el genio maligno al hacerlo, pero eso no sería posible si yo no existiera, por lo tanto existo. Esta primera verdad supera el criterio de duda más fuerte que había establecido y por lo tanto es una verdad absoluta e indudable.
Esta primera verdad no es sólo la primera certeza sino que es a la vez el prototipo y criterio de toda verdad y de toda certeza:
a) Prototipo de evidencia racional: así como se nos impone la primera verdad (cogito) se nos ha de imponer todo tipo de verdad: con la misma evidencia y fuerza.
b) Criterio de verdad: "todo aquello que concebimos clara y distintamente (como el cogito) será verdadero".
2.2.3.2 Reconstrucción del saber desde bases firmes.
Establecido el criterio de verdad y partiendo de la primera verdad descubierta intenta reconstruir, siendo fiel a ese criterio, todo el saber:
1. ¿QUÉ SOY?
Ya sé con certeza que soy, pero aún no sé con claridad qué soy.
Se pone a examinar lo que creía ser: un ser compuesto de cuerpo y alma. Repasa los atributos de éstos:
a) Repasando los atributos del cuerpo, descubre que la tesis del genio maligno le permite dudar de todos ellos, además los conozco a través de los sentidos y éstos están puestos en duda.
b) Repasando los atributos del alma, de algunos puede dudar (nutrirse, crecer, andar: se ha de recordar que éstas eran las funciones que atribuía Aristóteles al alma) pero aparece uno del que no puedo dudar: el pensar.
 Afirmación de la segunda verdad: "No soy más que una cosa que piensa (Res cogitans), un Entendimiento o una Razón".

"Consideraré ahora con mayor circunspección si no podré hallar en mí otros conocimientos de los que aún no me haya apercibido. Sé con certeza que soy una cosa que piensa; pero, ¿no sé también lo que se requiere para estar cierto de algo?. En ese mi primer conocimiento, no hay nada más que una percepción clara y distinta de lo que conozco, la cual no bastaría a asegurarme de su verdad si fuese posible que una cosa concebida tan clara y distintamente resultase falsa. Y por ello me parece poder establecer desde ahora, como regla general, que son verdaderas todas las cosas que concebimos muy clara y distintamente..."
Descartes: Meditaciones metafísicas
2. ¿SOY ALGO MÁS?
Deduce las acciones propias de la res cogitans: es el sujeto de las siguientes actividades: dudar, concebir (o entender), afirmar, negar, querer y no querer, imaginar y sentir.
Todas estas son actividades que se dan en el pensamiento y tienen la misma certeza que el cogito. Superan la tesis del genio maligno y la distinción entre vigilia y sueño: justifica las facultades de imaginar y sentir porque aunque todo sean ilusiones engañosas, las facultades existen.
3. ¿CÓMO PODREMOS TENER NUEVAS CERTEZAS?
a) Recordemos de qué habíamos dudado.
1. De que las cosas sean como las percibimos por los sentidos -semejantes a las cosas-.
2. De la existencia del mundo material -también de nuestro cuerpo- y de que éste sea causa de nuestras ideas.
3. De las verdades matemáticas, que de no ser por la tesis del genio maligno se podrían aceptar como verdaderas ya que tendrían el mismo grado de certeza que el cogito.
4. De la existencia de Dios y de la veracidad divina.
b) Qué camino hemos de recorrer para intentar restablecer estas verdades.
Así probaremos cuáles son ciertas y cuáles no. Si seguimos el orden lo primero que habremos de superar es la tesis del genio maligno, pero para ello primero hemos de demostrar:
1º: que Dios existe. 2º: que Dios es veraz.
4. DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS.
a) Tipos de ideas.
Partimos de una evidencia: pensamos ideas, pero ¿todas las ideas son del mismo tipo y poseen la misma realidad y veracidad? Observamos las ideas que hay en nuestro pensamiento para ver su origen y su fiabilidad.
Se establece la siguiente distinción aunque es hipotética hasta que no se reestablezca la existencia del mundo extramental:
a) Ideas adventicias: Aquellas que parecen provenir de nuestra experiencia externa. Por ejemplo: árbol, hombre, caballo,...
b) Ideas facticias: Aquellas que construye la mente a partir de otras ideas. Por ejemplo: sirena, Pegaso,...
Tanto unas como otras son de origen problemático pues el mundo extramental está puesto en duda y tampoco son fiables para poder realizar demostraciones (al menos de momento) Pero hay otro tipo de ideas:
c) Ideas innatas: No son adventicias ni facticias, las posee en sí mismo el pensamiento. Por ejemplo: existencia, pensamiento,... ni son construidas por mí ni proceden de experiencia externa alguna (se derivan del cogito) Las conocemos de manera inmediata y evidente como el cogito.
 Las ideas a partir de las que se ha de construir nuestro conocimiento son ideas innatas: esta es una afirmación fundamental del pensamiento racionalista.
b) Demostración de la existencia de Dios.
En el “Discurso del Método” Descartes realiza hasta tres demostraciones de la existencia de Dios, de las cuáles la tercera es la más importante. En ellas parte siempre de la evidencia de que poseemos una idea innata de un ser sumamente perfecto o infinito, que es lo que denominamos Dios. Otro supuesto argumentativo es la afirmación, en relación a las demostraciones causales, de que debe haber tanta realidad en la causa como en el efecto.
1. Argumento gnoseológico: a partir de la idea innata de un ser perfecto e infinito.
Descartes argumenta así: tengo la idea innata de un ser perfecto e infinito. Mas no puedo yo ser la causa de tal idea, puesto que soy un ser imperfecto y finito, y debe haber tanta realidad en la causa como en el efecto. Por consiguiente, Dios mismo tiene que ser la causa de la idea del ser perfecto que yo tengo .
2. Argumento de la causalidad: a partir de la imperfección y dependencia de mi ser.
No se trata, en verdad, de una nueva prueba, sino de una nueva forma de presentar la prueba anterior. Partimos del hecho de que nosotros, que poseemos la idea de lo perfecto, existimos. El razonamiento es el siguiente. No hay duda de que existo. Pero si no debo mi existencia a Dios, tengo que deberla:
a) A mí mismo. Si yo fuese la causa de mi propio ser no carecería de perfección alguna, pues me habría dado a mí mismo todas las perfecciones de que tengo idea, y me parecería a Dios. Así pues, no soy causa de mí mismo.
b) A haber existido siempre. Que no he existido siempre queda descartado a partir de la exigencia que implicaría de una creación continua que fuera causa de mi ser y mi conservación en cada momento.
c) A causas menos perfectas que Dios. Podría pensar que mi existencia se deba a mis padres o alguna otra causa menos perfecta que Dios. Pero esto no puede ser en modo alguno, según Descartes, pues tiene que haber, por lo menos, tanta realidad en la causa como en su efecto, y como soy una cosa que piensa y tiene la idea de Dios, la causa de mi ser tendrá que ser una cosa que piensa y que tiene en sí la idea de todas las perfecciones que atribuyo a Dios. Mis padres pueden haber sido tan sólo la causa de mi generación física, pero no de mi espíritu, que es, hasta este momento, lo que constituye la totalidad de mi yo. Cualquiera que sea la causa, ella tendrá que haber recibido su existencia de sí misma o de alguna otra cosa. Si lo es de sí es evidente que es Dios y si la recibe de otra causa el problema se vuelve a formular de la misma manera. De esta forma llegamos a una causa última que lo ha de ser de sí y por consiguiente ha de ser Dios .
3. Argumento ontológico: la idea misma de perfección implica la existencia.
Está inspirada en el llamado argumento ontológico de Anselmo de Canterbury (1033-1109).
a. Usando el criterio de verdad si yo encuentro una idea en mi Entendimiento (innata), todo cuanto conciba como clara y distintamente en ella efectivamente le pertenecerá.
b. Idea innata: La idea de un ser sumamente perfecto (Dios) No puede ser una idea adventicia pues yo jamás he podido percibir nada absolutamente perfecto; ni facticia porque ¿cómo algo imperfecto, mi mente, podría producir la idea de la perfección misma?
c. Desarrollo: No es concebible que a la idea de ser sumamente perfecto le falte una de las perfecciones (existir) , por lo tanto, pertenece a la esencia del ser sumamente perfecto la cualidad de la existencia . Así se demuestra que Dios existe.
5. RECHAZO DE LA TESIS DEL GENIO MALIGNO.
Puesto que hemos demostrado que Dios existe y el engañar es una imperfección, puesto que Dios es sumamente perfecto, Dios es veraz.
Con la eliminación de la tesis del genio Maligno queda reestablecida la verdad en el terreno de las matemáticas.
Este restablecimiento tiene limitaciones: cuando la razón actúa rectamente, es decir, siguiendo el criterio de verdad y el método que más adelante se explicará, sus resultados son verdaderos.
Esto lo resalta Descartes porque también hay que justificar y explicar por qué es posible el error: cuando la razón no actúa rectamente. Queda así explicada la naturaleza del error y de la verdad.
6. DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DEL MUNDO EXTRAMENTAL.
Se realiza también a partir de la existencia y veracidad divinas . Su argumentación es la siguiente: Hay en mí la facultad pasiva de recibir o sentir las ideas de las cosas sensibles. Esa facultad me resultaría inútil si no hubiera en mí, o en alguna otra cosa, una facultad activa capaz de producir esas ideas. Pero esa facultad activa no puede estar en mí, puesto que tales ideas se han presentado muchas veces sin que yo contribuyera a ello, y a veces en contra de mi deseo. Es necesario que tal facultad se halle, por consiguiente, en alguna sustancia diferente de mí. Y tal sustancia será un cuerpo o Dios mismo. Mas como Dios me ha dado una poderosa inclinación a creer que las ideas que tengo parten de las cosas corporales y Dios no es capaz de engañarme, es patente que no me envía tales ideas inmediatamente por sí mismo. Serán, pues, las cosas corporales las que provocan tales ideas. Por lo que hay que concluir que las cosas corporales existen.
O resumiendo: Dios existe y es sumamente perfecto por lo que es bueno y veraz, y no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe. Por lo tanto, el mundo existe (res extensa)
 Pero acaso las cosas no sean tal y como las percibimos por medio de los sentidos.
Dios aparece como la garantía de que a mis ideas corresponde un mundo, una realidad extramental, pero sólo eso.
Descartes distingue entre:
a) Las ideas que se corresponden con las cualidades primarias (cuantificables o matematizables): magnitud, figura, número, situación, duración y movimiento.
b) Las ideas que se corresponden con las cualidades secundarias (cualitativas, no cuantificables): color, sonido, olor, gusto, etc.
Las primeras son objetivas: Al ser matematizables y conocidas por la razón se nos muestran clara y distintamente y por lo tanto Dios garantiza que pertenecen a las cosas.
Las segundas son subjetivas: Al ser conocidas a través de los sentidos no poseemos de ellas certeza alguna y por lo tanto no podemos asegurar que les pertenezcan, sino que las pone el sujeto.
 Abandona el realismo ingenuo aristotélico pero mantiene un realismo de las cualidades primarias.
2.2.4 LA METAFÍSICA CARTESIANA.
2.2.4.1 La estructura de la realidad es tripartita: Dios, alma y mundo.
Nos preguntamos: ¿Qué es la realidad? Y ante esa pregunta la respuesta cartesiana es la realidad es sustancia.
a) Cada una de estas tres realidades constituye un ámbito de la sustancia.
Sustancia es una realidad que existe de tal manera que no precisa de ninguna otra realidad para existir.
Esta definición, propiamente, sólo es aplicable a Dios: las sustancias finitas para haber sido creadas y conservadas necesitan de Dios.
Lo que busca es subrayar la independencia del cuerpo y el alma. Le interesa acentuar la independencia y separación de las dos sustancias finitas para salvar el pensamiento del determinismo mecanicista. Esto provoca el problema de explicar cómo se relacionan entre sí.
b) Cada sustancia se define por los atributos que expresan sus rasgos esenciales.
c) Además, las sustancias finitas tienen una serie de propiedades no esenciales: Los modos (no son esenciales porque yo puedo pensar la sustancia sin ellos pero no puedo pensar en ellos sin hacerlo situándolos en una sustancia)
2.2.4.2 La ontología cartesiana: Las tres sustancias.
Concretamos ahora más: ¿Qué elementos constituyen la realidad?, ¿Qué características tienen? Veamos el siguiente cuadro resumen de su ontología:


METAFÍSICA
ONTOLOGÍA
Objeto metafísico DIOS ALMA MUNDO
Sustancia
"Una realidad que existe de tal manera que no precisa de ninguna otra realidad para existir" Sustancia infinita
Hablando propiamente es la única sustancia.
No es creada, es independiente y sumamente perfecta. Res Cogitans
Sólo es sustancia por analogía.
Es creada, dependiente de Dios e independiente de la res extensa. Es finita e imperfecta. Res Extensa
Sólo es sustancia por analogía.
Es creada, dependiente de Dios e independiente de la res cogitans. Es finita e imperfecta.
Atributos
Rasgos esenciales
Infinitud, eternidad, inmutabilidad, independencia absoluta, omniscencia y omnipotencia. Pensamiento
"Es una cosa que piensa"

Libertad Extensión
"Es una cosa extensa" (en longitud, anchura y profundidad)
Necesidad: mecanicismo
Modos
Rasgos no esenciales
Sólo se dan en las sustancias finitas. No tiene El Entendimiento


La voluntad
Cualidades primarias (magnitud, figura, número, situación, duración y movimiento)

ANÁLISIS DE LOS MODOS DE LA RES COGITANS (YO O ALMA)

MODOS ACCIÓN / FACULTAD GÉNEROS DEL PENSAMIENTO
EL ENTENDIMIENTO Concebir / La Razón
IDEAS Innatas
Imaginar / La Imaginación Facticias
Sentir / Los Sentidos Adventicias
LA VOLUNTAD Dudar, afirmar, negar JUICIOS
Querer o no querer VOLICIONES


2.2.5 EL MÉTODO.
2.2.5.1 Presupuestos gnoseológicos del racionalismo moderno.
a) Menosprecio de la experiencia.
Como en Platón, para acceder al verdadero conocimiento hay que alejarse de la información de los sentidos. La experiencia sensible sólo ofrece algo confuso. No es necesario recurrir a ella puesto que el pensamiento por sí mismo es capaz de descubrir la estructura de la realidad.
b) Innatismo.
El pensamiento posee en sí mismo y por sí mismo, es decir, al margen de toda experiencia sensible, las ideas y principios primitivos a partir de los cuales puede construirse el edificio entero de nuestro conocimiento. En el modo como desarrolla su sistema filosófico Descartes en el “Discurso del Método” o las "Meditaciones Metafísicas" encontramos el ejemplo.
Las ideas innatas no son reminiscentes como en Platón. Están puestas por Dios en nosotros y pertenecen a la estructura misma de la razón. Están potencialmente tal que todos podemos hallarlas si pensamos correctamente. Esto también lo diferencia de Platón donde el acceso a este tipo de ideas se realiza a partir de la dialéctica.
c) Las matemáticas como modelo de saber.
EL MODELO DE EUCLIDES
a) Definiciones.
b) Axiomas: que no se demuestran ya que se consideran evidentes.
c) Proposiciones: Derivadas de las definiciones.
d) Teoremas: Derivados de los axiomas.
Una característica fundamental del racionalismo moderno es su ideal de ciencia deductiva siguiendo el modelo matemático o more geométrico. El modelo que siguen sus defensores es el de los "Elementos" de Euclides.
Parten de la idea de que es posible deducir el sistema de nuestro conocimiento acerca del Universo a partir de ciertas ideas y principios evidentes e innatos.
2.2.5.2 El método cartesiano.
1. ¿POR QUÉ LA NECESIDAD DE UN MÉTODO?
"No basta con tener un buen entendimiento: lo principal es aplicarlo bien". Todos poseemos la facultad lo que nos distingue a unos de otros el uso que hacemos de ella. Muy pocos hacen un buen uso.
"El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada cual piensa que posee tan buena provisión de él, que aun los más descontentadizos respecto a cualquier otra cosa, no suelen apetecer más del que ya tienen. En lo cual no es verosímil que todos se engañen, sino que más bien esto demuestra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que llamamos buen sentido o razón, es naturalmente igual para todos los hombres; y por tanto, que la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino tan sólo de que dirigimos nuestros pensamientos por derroteros diferentes y no consideramos las mismas cosas. No basta, en efecto, tener el ingenio bueno; lo principal es aplicarlo bien... Y los que andan muy despacio pueden llegar mucho más lejos, si van siempre por el camino recto, que los que corren y se apartan de él."
Descartes: Discurso del método
2. ASEGURA EL BUEN USO DE LA RAZÓN Y LA SISTEMATICIDAD EN EL AVANCE.
"Lo que entiendo ahora por método son reglas ciertas y fáciles, por cuya observación exacta se estará seguro de no tomar un error por una verdad, sin gastar inútilmente las fuerzas del espíritu, sino acrecentando su saber mediante un progreso continuo, de llegar al conocimiento verdadero de todo cuanto sea capaz"
Descartes: Reglas para la dirección del espíritu
Nos asegura un buen uso de la razón y por consiguiente el poder avanzar en el conocimiento con seguridad.
3. ¿CUÁNDO USAMOS RECTAMENTE LA RAZÓN? : MODOS DE CONOCIMIENTO.
Dos son los únicos modos de conocimiento cierto de la razón: la intuición y la deducción.
a) Intuición: por ella captamos inmediatamente conceptos simples emanados de la Razón misma sin que quede posibilidad de duda o error. El ejemplo paradigmático sería el cogito o la captación de cualquier idea innata.
La intuición no puede confundirse con la percepción sensible, el juicio o la deducción. Es una captación simple e inmediata del espíritu, tan fácil que no deja dudas, nos da certeza absoluta.
b) Deducción: es una intuición sucesiva de conceptos simples y de las conexiones entre ellos.

Ejemplo de deducción:
Idea de un ser sumamente perfecto (intuición) / existir es una perfección (intuición)
El ser sumamente perfecto existe (deducción: resultado de conectar entre sí ambas intuiciones)
La deducción implica una sucesión de intuiciones que va de evidencia en evidencia captadas anteriormente por intuición.
La deducción no necesita como la intuición de la evidencia presente sino que se la pide prestada a la memoria. No es tan segura como aquella pero lo es siempre que parta de principios ciertos.
Este doble dinamismo de la razón quedará expresado en las reglas II y III del método articulado a través de los conceptos de análisis y síntesis.
TIPOS DE CONOCIMIENTO
Intuición y deducción son las dos acciones del intelecto que, según el ideal matemático, garantizan un conocimiento cierto.
Pero para que en lo sucesivo no caigamos en el mismo error, se enumeran aquí todas las acciones de nuestro entendimiento, por las que podemos llegar al conocimiento de las cosas sin temor alguno de error: y tan sólo se admiten dos, a saber, la intuición y la deducción.
Entiendo por intuición no el testimonio fluctuante de los sen¬tidos, o el juicio falaz de una imaginación que compone mal, sino la concepción de una mente pura y atenta tan fácil y distinta, que en absoluto quede duda alguna sobre aquello que enten¬demos; o, lo que es lo mismo, la concepción no dudosa de una mente pura y atenta, que nace de la sola luz de la razón y que por ser más simple, es más cierta que la misma deducción (…) Así cada uno puede intuir con el espíritu que existe, que piensa, que el triángulo está definido sólo por tres líneas, la esfera por una sola superficie, y cosas semejantes que son más numerosas de lo que creen la mayoría, precisamente porque desdeñan parar mientes en cosas tan fáciles. (...)
A partir de este momento puede ser ya dudoso por qué ade¬más de la intuición hemos añadido aquí otro modo de conocer; el que tiene lugar por deducción: por la cual entendemos, todo aquello que se sigue necesariamente de otras cosas conocidas con certeza. Pero hubo de hacerse así porque muchas cosas se conocen con certeza, aunque ellas mismas no sean evidentes, tan sólo con que sean deducidas a partir de principios verda¬deros conocidos mediante un movimiento continuo e ininte¬rrumpido del pensamiento que intuye con transparencia cada cosa en particular: no de otro modo sabemos que el último eslabón de una larga cadena está enlazado con el pri¬mero, aunque no contemplemos con uno sólo y el mismo golpe de vista todos los intermedios, de los que depende aquella con¬catenación, con tal de que los hayamos recorrido con los ojos sucesivamente y recordemos que están unidos desde el primero hasta el último cada uno a su inmediato. Así pues, distinguimos aquí la intuición de la mente de la deducción en que ésta es concebida como un movimiento o sucesión, pero no ocurre de igual modo con aquélla; y además, porque para ésta no es ne¬cesaria una evidencia actual, como para la intuición, sino que más bien recibe en cierto modo de la memoria su certeza. De lo cual resulta poder afirmarse que aquellas proposiciones que se siguen inmediatamente de los primeros principios, bajo diversa consideración, son conocidas tanto por intuición como por de¬ducción; pero los primeros principios mismos sólo por intuición, mientras que las conclusiones remotas no lo son sino por deducción.
Descartes: Reglas para la dirección del espíritu, regla III
4. ¿CÓMO ASEGURAR EL AVANCE? : LAS REGLAS DEL MÉTODO.
Regla I: Criterio de evidencia racional.
Es una regla introductoria en la que se afirma:
a. La evidencia racional como criterio de verdad. Es decir, no aceptar como verdadero nada que no se presente a mi razón como claro y distinto.
b. La precaución para evitar caer en el error. Es decir, evitar:
i. La precipitación: Juzgar antes que el juicio se nos aparezca como evidente o ir más allá de lo que nos aparece como claro y distinto. Es decir, tomar por verdad algo que no podemos saber con evidencia si lo es.
ii. La prevención: No aceptar como verdad aquello que nos aparece como evidente.
Regla II: Análisis.
Es el momento del análisis: reducción por grados de las proposiciones complejas y confusas a las proposiciones más simples.
La división tiene un límite: las naturalezas simples que son los elementos indivisibles del conocimiento, y que constituyen el último término más allá del cual no podemos ir.
 Estas naturalezas simples son captadas por intuición.

Regla III: Síntesis.
Es el momento de la síntesis: divididas las dificultades y alcanzadas las naturalezas simples llevamos a cabo un ascenso deductivo. Este ascenso permitirá llevar la seguridad de las naturalezas simples a las cuestiones complejas.
Regla IV: Enumeración.
Consiste en examinar con todo cuidado la cadena deductiva para estar seguro de que:
1. No se ha omitido nada
2. Ni se ha cometido ningún error.
Se comprueba la corrección en la unión de cada eslabón en un "movimiento continuo y no interrumpido del pensamiento" para poder evitar que la debilidad de la memoria nos haga pasar desapercibido algún error.
REGLAS DEL MÉTODO
Los cuatro preceptos fundamentales que configuran el nuevo método.
Y como la multitud de leyes sirve a menudo de disculpa a los vicios, siendo un Estado mucho mejor regido cuando hay pocas pero muy estrictamente observadas, así también, en lugar del gran número de preceptos que encierra la lógica, creí que me bastarían los cuatro siguientes, siempre que tomara la firme y constante resolución de no dejar de observarlos ni una sola vez.
Consistía el primero en no admitir jamás como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención y no compren¬der, en mis juicios, nada más que lo que se presentase a mi espíritu tan clara y distintamente que no tuviese motivo alguno para ponerlo en duda.
El segundo, en dividir cada una de las dificultades que exa¬minare en tantas partes como fuese posible y en cuantas re¬quiriese su mejor solución.
El tercero, es conducir ordenadamente mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de co¬nocer, para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más compuestos; y suponiendo un orden aun entre aquellos que no se preceden naturalmente unos a otros.
Y el último, en hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que estuviera seguro de no omitir nada.
Esas largas cadenas de trabadas razones muy simples y fá¬ciles, que los geómetras acostumbran a emplear para llegar a sus más difíciles demostraciones, me habían dado ocasión para imaginar que todas las cosas que entran en la esfera del cono-cimiento humano se encadenan de la misma manera; de suerte que, con sólo abstenerse de admitir como verdadera ninguna que no lo fuera y de guardar siempre el orden necesario para deducir las unas de las otras, no puede haber ninguna, por lejos que se halle situada o por oculta que esté, que no se llegue a alcanzar y descubrir.
Descartes: Discurso del Método, Segunda Parte
2.2.6 CONSECUENCIAS DE LA FILOSOFÍA CARTESIANA EN LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO: EL MUNDO COMO REPRESENTACIÓN.
2.2.6.1 Hasta Descartes: el realismo ingenuo.

En la filosofía anterior el pensamiento recae directamente sobre las cosas, no sobre las ideas. Las ideas son una especie de lente transparente a través de la cual se ven las cosas sin que ella sea percibida.
2.2.6.2 El idealismo cartesiano.

El pensamiento no recae directamente sobre las cosas, cuya existencia no nos consta en principio, sino sobre las ideas.
Las ideas no son una lente transparente, son una representación que contemplamos. Se adquiere conciencia del sujeto y su labor de mediación en el conocimiento. Se abren toda una serie de interrogantes que el mismo Descartes planteaba ya en su duda metódica: ¿en qué medida la representación se corresponde con la realidad?, ¿Está causada por una realidad extramental?
2.2.7 LÍMITES DEL CONOCIMIENTO EN DESCARTES.
Restablecido el saber sobre nuevas bases que Descartes supone firmes persiste la desconfianza de la información que nos proporcionan los sentidos: ¿Son las cosas tal y como las percibimos? La respuesta le lleva defender un realismo gnoseológico moderado: abandona el realismo ingenuo aristotélico pero mantiene un realismo de las cualidades primarias.
1. Las cualidades primarias: magnitud, figura, número, situación, duración y movimiento. Aquellas conocidas a través de la razón y que son matematizables sí pertenecen efectivamente a las cosas: son objetivas.
2. Las cualidades secundarias: colores, olores... Aquellas que percibo a través de los sentidos no garantiza que pertenezcan realmente a las cosas, son subjetivas: Afecciones o creaciones de la conciencia, ignoro si son o no reales.
2.2.8 INTERPRETACIONES DE LA FILOSOFÍA CARTESIANA.
Los más conservadores, defensores de la metafísica escolástica, ven en él un escéptico que ha abocado al conocimiento a un callejón sin salida a través de su duda metódica.
Los más progresistas, algunos de los empiristas, le acusan de todo lo contrario de intentar rehabilitar un edificio, el de la metafísica, que estaba en ruinas. Sería como un intento de actualizar la vieja metafísica escolástica.
De hecho, Descartes propone una nueva metafísica, la metafísica racionalista, pero las dudas planteadas en su duda metódica son ya insalvables e inevitables, preguntas abiertas que pugnarán por encontrar solución.