17.8.11

Algunos Problemas filósoficos

1) ¿Por qué existe el ser, el Universo y no la nada?
2) ¿Tiene nuestra existencia alguna finalidad?
3) ¿Ha sido creado el mundo o existe eternamente?
4) ¿Suceden las cosas según un propósito, un plan, o sólo acontecen gracias a la acción de las leyes naturales?
5) ¿La evolución se rige por el azar o por una inteligencia latente?
6) Se hizo el mundo para los seres humanos, o somos los seres humanos un producto de la evolución del mundo?
7) ¿Existe una vida después de la muerte o cuando morimos sencillamente desaparecemos?
8) ¿Cambian las cosas o son eternas e inmóviles?
9) ¿Es real el mundo o se trata sólo de un sueño?
10) ¿Percibimos realmente el mundo por nuestros sentidos o está fuera de nuestro alcance?
11) ¿Qué es lo bueno y qué es lo que hace que algo sea bueno?
12) ¿Qué es la mente? ¿Qué es la materia? ¿Qué relación hay entre ambas?
13) ¿Existe Dios? Y, si existe, ¿ha ordenado todo lo que sucede o tenemos el futuro en nuestras manos?
14) ¿Podemos adquirir conocimientos suficientes sobre las leyes de la naturaleza y de la sociedad para que lleguemos a dominarlas y podamos entonces planificar y controlar nuestro futuro, o es nuestro conocimiento necesariamente limitado y nuestro futuro escapa a todo control y previsión racional?
15) ¿Puede alterarse la naturaleza humana o están fijas para siempre las formas
fundamentales del carácter y de la conducta?
16) ¿Hay una igualdad original de todos los hombres o están destinados a dominar unos
sobre otros?
17) ¿Por qué tengo que ser bueno si los demás no lo son?
18) ¿Las ideas de los líderes de la historia han hecho realmente avanzar a la sociedad? ¿Es hoy ésta más perfecta que en la prehistoria?
19) ¿Hay en el mundo algún conocimiento tan cierto que ningún hombre pueda dudar de él?
20) ¿Somos libres o estamos determinados siempre a actuar por unas u otras causas?
21) ¿Es el Universo finito o infinito en extensión espacial?
22) ¿Afirmar el evolucionismo es negar el principio de la Creación?
23) ¿Hay un primer principio que hizo y hace posible cuanto existe?
24) ¿Es la Ciencia, por definición, irrefutable?
25) Si existe Dios, ¿por qué existe el mal?
Material extraído de http://www.iespiobaroja.org/web/images/stories/departamentos/filosofia/Amaranta.pdf

¿Quién soy yo?
Amaranta López
Al presentamos esta pregunta nos viene a la cabeza una respuesta inmediata. Podemos
pensar que nos conocemos a la perfección, pero ¿es eso cierto?
Comenzaremos planteándonos dónde está nuestro yo. ¿Nuestros recuerdos son nuestro
yo? Podemos pensamos de esta manera si relacionamos al cerebro con la identidad del
yo, ya que en el cerebro es donde se encuentran los recuerdos. Si perdiéramos estos
recuerdos, perderíamos nuestro yo, dejaríamos de ser nosotros mismos. Pero esto no
contesta a nuestra pregunta.
Para saber quienes somos deberíamos pensar en qué hacemos que nos hace a nosotros
mismos, en resumen ¿Qué hace que tú seas tú?
Con solo meditar unos segundos nuestra apresurada respuesta nos daríamos cuenta de
que no sabemos quiénes somos, ni cómo hemos llegado a serlo.
Intentando buscar respuestas nos toparíamos con muchas otras cuestiones, ¿somos
autores de nosotros mismos? ¿Somos quiénes queremos ser? Una respuesta común
podría ser: “Sí, yo creo mi vida como quiero y es lo que me hace autor de ella y, por
tanto, de mi mismo. Yo he elegido ser quien soy”. Pero no podemos evitar pensar ¿Es
esto verdad? ¿He elegido quién quiero ser o ha sido la sociedad y mi genética quienes lo han hecho? Pensando con claridad nos damos cuenta de que es la sociedad quién decide quiénes somos. Tenemos libertad de elección, pero la gran influencia de nuestro entorno y los obstáculos genéticos que podemos tener son demasiado grandes. Por tanto no elegimos quiénes queremos ser.
Somos lo que hacemos con nosotros mismos, pero con una gran influencia social y
condicionados por nuestra genética. Al pensar en como podríamos ser más auténticos,
nos toparíamos con una existencia personal auténtica. Pero ¿Es esto posible? ¿Podemos
ser completamente nosotros, sin ninguna influencia?
Esto hace pensar que no hay nada que pueda hacer que seamos nosotros mismos, porque
estamos rodeados de cosas que nos influyen de una u otra forma. Para darnos cuenta de
esto solo tenemos que mirar a nuestro alrededor, en ocasiones somos un reflejo de
nuestros padres, porque los admiramos o simplemente lo hacemos inconscientemente,
ya que han influido en nosotros desde que éramos pequeños. También somos influidos
por personas que están dentro de nuestro círculo social, desde cómo se visten hasta
cómo piensan. En definitiva la sociedad influye en todo lo que decimos, hacemos y
pensamos.
Sólo ignorando todo lo que nos rodea podríamos llegar a tener una existencia personal
auténtica, pero ¿es eso posible? ¿Podemos ignorar todo nuestro mundo? El ser humano
necesita relacionarse y si se aleja de oda la población durante toda su vida podría llegar a ser completamente él mismo. Pero algo así no puede ocurrir, un ser social necesita relacionarse con seres como él.
Aunque no creamos que estamos influenciados por nuestro entorno, nuestros actos son
los que realmente lo demuestran, y estos actos son como los de la mayoría de nuestra
sociedad. Aún así sabemos que hay partes de nuestra vida que podemos elegir y
moldear a nuestro gusto, dentro de los márgenes que nuestra sociedad nos marca.
Nuestras acciones son propias y las llevamos a cabo bajo nuestro punto de vista: esta es la parte de nosotros mismos más original.
A la pregunta ¿Qué hace que tú seas tú? La respuesta sería nuestra capacidad de
elección, nuestras elecciones propias. Porque no tenemos que ignorar todo nuestro
mundo, sino que debemos pensar y tomar decisiones por nosotros mismos.
Pero la gran incógnita ¿Quién soy yo? sigue ahí y, para poder contestar, debemos buscar en el interior de cada uno y retirar las influencias obtenidas a lo largo de toda nuestra existencia. Así llegaríamos a saber quiénes somos nosotros mismos.
Por todo esto deberíamos pensar con claridad si sabemos quiénes somos y cómo hemos
llegado a serlo. Debemos reflexionar si en realidad nos conocemos a la perfección o si es únicamente un engaño hacia nosotros mismos. Aunque para contestar a la gran
incógnita hace falta mucha más que reflexionar, ya que es una cuestión muy compleja
Guión comentario de texto: extraído de www.iespiobaroja.org departamento de filosofía

1. Introducción (máximo 10 líneas)
-Quién, cuándo y dónde escribe el texto que vas a comentar
- En qué obra se encuentra el texto y de qué tema trata
- Qué tema o problema plantea el texto
2. Desarrollo (mínimo una cara de folio)
- Explicar el tema o problema planteado en el texto
- Contextualizarlo en la obra y en la época en qué se escribió
- Relacionarlo con otros planteamientos de esa época o de la historia del
pensamiento
3. Conclusión (máximo 15 líneas)
- Valoración de la importancia del tema o problema planteado en el texto
- Consecuencias en su época o en el pensamiento posterior
- También se puede apuntar el punto de vista personal sobre la cuestión,
siempre de forma argumentada
¿PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA?
Autor: Antonio Orozco-Delclós

La FILOSOFÍA (amor a la sabiduría) responde al deseo de saber, que brota naturalmente del ser humano. Aristóteles decía que el alma es deseo (orexis). No es sólo eso, desde luego. Ni todo en la vida consiste en saber. La vida es también praxis, acción. Y, como el ser humano es tanto deseo de saber como deseo de praxis, un saber que no sirva para nada no interesa nada. A algunos filósofos les gusta repetir que la Filosofía "no sirve para nada", pero esto es falso, a no ser que se trate de una falsa filosofía. Todo saber sirve para mucho. Quizá no de una manera inmediata, y desde luego, no para saber cómo se construyen los puentes, levantan edificios o descubren nuevas fuentes de energía.La filosofía no pretende enseñar a hacer zapatos, pero es capaz de descubrir el más profundo por qué es conveniente fabricar buenos zapatos. Sin filosofía no conoceríamos el "sentido" último de la fabricación de zapatos, ni de nada. Porque no es algo que se pueda "ver" u "oír" en modo alguno.¿Para qué sirven la Historia, el Latín, el Griego, la Filosofía, la Lengua, la Literatura? Son disciplinas fascinantes, pero ¿no sirven para nada útil?. «La cuestión es: ¿para qué necesitamos un objeto que no sea útil? Bien. ¿Qué hay, por ejemplo, en nuestra sala de estar? Objetos que sirven para algo: sillas para sentarse, mesa, ceniceros, radiadores, etcétera. Pero también encontramos cuadros, esculturas, fotografías de parientes y amigos. ¿Para qué sirven todas estas cosas? ¿Qué se puede hacer con ellas? Aparentemente nada. ¿Para qué sirven? Para decorar. Aquí nos encontramos con un valor que no es inmediatamente útil, el decoro» (Alejandro Llano).El ser humano es un ser teórico-práctico: no se puede amputar. Para que su acción le satisfaga ha de ser fruto de una buena teoría. No hay nada más práctico que una buena teoría, es decir, una buena ciencia de porqués últimos. Ganar dinero es un porqué inmediato. Pero no es un porqué último. Por eso no podemos evitar la pregunta: ¿Por qué ganar dinero?En definitiva,
¿por qué vivir?,
¿por qué trabajar,
por qué descansar,
por qué? ¿Qué es lo que pretendo?
¿Qué sentido tiene todo esto?
¿De dónde viene mi vida?
¿A dónde va mi vida?
¿A dónde puede ir?
¿A dónde debe ir, para ir bien?
¿Tiene una finalidad?¿Qué hace un ente como yo en un sitio como éste?Si no sé contestar satisfactoriamente a estas preguntas, aunque sepa mucha matemática, biología, medicina, paleontología, economía, etc., no me conozco, es decir, soy un desconocido para mí mismo; y no sé siquiera para qué hago todo lo que hago. Necesito saber, no sólo simplemente para saber, sino saber para qué sirve el saber. ¿Qué hago, qué voy a hacer conmigo mismo, con lo que sé y lo que puedo hacer?Sólo el pensamiento filosófico puede responder a la pregunta por el sentido del vivir.Cuando del hombre sólo se considera la fisonomía, la anatomía, la fisiología, puede parecer que no es más que un simio evolucionado. Sólo se ha visto una faceta del ser humano y no se ha considerado la que más importa: la intelectual y libre, en una palabra, la dimensión espiritual. Es famoso un científico que después de hacer la disección de un cadáver, declaró que el alma no existía, porque él no la había visto. Es una manifestación de uno de los errores más corrientes en el mundo de los científicos: pensar que sólo es real lo que se percibe, experimenta y comprueban en un laboratorio o de un modo similar. Pero el universo está lleno de cosas que los científicos no pueden percibir en sus laboratorios o bibliotecas.Si ahora tomamos un cilindro de un metro de diámetro y un metro de alto y lo proyectamos en dos planos, uno horizontal y otro vertical, ¿qué resulta?Si nos fijamos sólo en la proyección, podemos llegar a la conclusión de que el cilindro en realidad es un círculo, aunque también un cuadrado. ¿Es posible que un círculo sea cuadrado? No parece, pues ni siquiera la cuadratura del círculo ha sido lograda hasta la fecha.Si nos fijamos en secciones particulares del ser humano podemos llegar a conclusiones de lo más pintorescas. Las ciencias particulares son eso: “particulares”, contemplan sola uno o algunos segmentos del ser humano (o del que se trate). Nos podrán decir qué tiene el ser humano desde su punto de vista (orejas, huesos, músculos, células, átomos, etc.) Pero nunca podrán decirnos qué es el ser humano.También se ha dicho que en el conocimiento de las ciencias experimentales (a las que no despreciamos, al contrario, las estimamos en todo lo que valen, ni más ni menos) sucede como en el análisis por partes del elefante. Si se mira sólo un fragmento de pata, de rabo, de oreja, etc., olvidando todo lo demás, se podría llegar a la conclusión de que el elefante es una palmera, un pteridáctilo u otro ente que no tenga nada que ver con el elefante.Para saber lo qué son las cosas y cuál es el sentido de su existencia es preciso enfocarlas desde una perspectiva que pueda alcanzar su propio ser y esencia. Lo cual podrá vislumbrarse si contemplamos las cosas —y en particular al hombre— desde todos los puntos de vista posibles. Entonces, una vez considerados todos los fenómenos (aspectos) a nuestro alcance, podremos aproximarnos al conocimiento de su naturaleza, es decir, de su esencia. Así llegamos a conocer al hombre como un ser que tiene mucho en común con los animales, pero que es infinitamente más que un animal irracional.A esta conclusión sólo puede llegar una inteligencia que no se limita a ver y a experimentar, sino que razona sobre los datos de la experiencia (lo físico) y saca conclusiones que la física no percibe, porque se refieren a realidades meta-físicas; es decir, a realidades que son más íntimas a las cosas que sus propiedades físicas y requieren, para ser desveladas, la aplicación y ejercicio del intelecto. Esto es precisamente lo que compete a la filosofía y más concretamente a la antropología filosófica.En filosofía hacemos mucho caso de los datos que aportan las ciencias empíricas. Pero en todos ellos nos preguntamos: ¿qué es esto?, ¿cuál es su causa primera?, ¿cuál es el sentido de su existencia?Por eso cabe adelantar que la Filosofía es lo más vital que existe. «Vivir no es necesario, navegar sí», rezaba una inscripción en una nave griega. Consideraban que hay algo más importante que vivir: navegar, porque de la navegación dependía su riqueza y su poder. También se dice: «primum vivere, deinde philosophare». Sí, para filosofar es necesario primero vivir y, por lo tanto, comer. Pero para vivir conforme a la categoría y dignidad del ser humano es necesario saber por qué vivir y cómo conviene vivir dentro de las diversas opciones que se me presentan.La verdad del vivir, esto es, en síntesis, lo que ha interesado e interesa al filósofo; y es, en definitiva, lo que interesa a todo hombre que utilice con lógica el entendimiento. La verdad: ¿qué es la verdad?, ¿es posible conocer alguna verdad?, ¿qué verdades es posible conocer? Son cuestiones netamente filosóficas. Se comprende pues que la filosofía sea el quehacer intelectual más importante para el vivir conforme a la categoría y dignidad del ser humano.
FILOSOFIA Y VIDACiertamente hay filósofos que sólo parecen ocuparse de problemas exclusivos de los filósofos y se despreocupan de todo lo que preocupa al hombre corriente. Pero, como dice Putnam, los problemas de los filósofos y los problemas de los hombres y las mujeres están conectados, y es parte de la tarea de una filosofía responsable hallar la conexión.Todos tenemos nuestra teoría de la vida y del mundo, más o menos elaborada y definida, conforme a la cual, las más de las veces, actuamos. Quizá hemos dedicado muy poco tiempo a reflexionar y a construir nuestra propia teoría de la vida, pero contamos siempre con alguna. Casi todos los errores prácticos disponen de una filosofía (falsa, pero filosofía) propia, con sus manuales, sus profesores y hasta su tradición escolar.Evidentemente, la manera que tiene la persona de tratarse a sí misma, a los demás, a las cosas propias y ajenas, así como los asuntos públicos, es muy distinta si se piensa, por ejemplo, que el hombre es simplemente un pez evolucionado que si se sabe que es un ser personal creado por Dios a su imagen y semejanza. La idea que cada uno se forja de "hombre" o de "persona" influye decisivamente en su estado de ánimo y comportamiento. El hombre es un ser racional, un animal cuya actividad más específica es razonar, hallar los porqués de las cosas e inferir las consecuencias de unos principios adoptados, etcétera. Por eso sólo lo razonable da paz al espíritu. El hombre siente la necesidad de respaldar con razones sus emociones, deseos, impulsos y acciones; y si no las encuentra y quiere seguir en la misma dirección de sus sentimientos, tiende a construir alguna teoría "vero-simil", que le tranquilice o acaso narcotice. Puede encerrarse en su subjetividad y negarse a reconocer la verdad de las cosas. Puede abandonar la verdad de las cosas para refugiarse en certezas meramente subjetivas, con el riesgo de caer en la soledad de aquel poeta que escribió los siguientes versos:En mi soledad
he visto cosas muy claras
que no son verdad.Con "su verdad" subjetiva, el hombre se exculpa y se aquieta, al considerar que la conclusión es de una "lógica aplastante". En todo caso ha optado por una idea —más o menos clara, más o menos verdadera— de hombre, de mundo y de Dios.En resumidas cuentas, Filosofía significa enterarse del sentido de la vida humana. Y hay que captarlo también filosóficamente, razonadamente.El hombre sin metafísica, sin respuesta a la pregunta de las preguntas, al porqué de todos los porqués, es un ser radicalmente inseguro y agobiado. Puede incrementar sin término su saber operativo (práctico), construir y manejar cosas, aparatos, instrumentos,... pero ¿para qué? Aunque llegase a dominar el universo: "¿para qué?". Acabaríamos preguntando, con el escepticismo de Lenin: "La libertad, ¿para qué?"; o con el de Pilato: "la verdad, ¿qué es la verdad?"; o con el tremendo pesimismo del ateísmo de un Jean Paul Sartre: "el hombre es una pasión inútil, el niño es un ser vomitado al mundo, la libertad es una condena"La seguridad íntima, la paz interior que ya era objeto de preocupación por parte de los antiguos filósofos griegos, no se obtiene más que por el conocimiento metafísico de la realidad, que no es de carácter técnico. La técnica mantiene una elocuente amenaza a la supervivencia de la Humanidad, lo cual es una manifestación clara de su radical insuficiencia para resolver las cuestiones fundamentales de la existencia humana.Queremos saber no sólo cómo son las cosas y cómo se comportan, y cómo puedo aprovecharme de ellas de un modo inmediato, sino qué sentido tienen para mí; qué puedo esperar de ellas en último término.Lamentablemente, la sabiduría —como dice Carlos Cardona— ha sido sustituida por la técnica. La filosofía —en el sentido clásico del término— ha sido declarada inútil. Sin embargo, San Agustín afirmaba que la razón del filosofar está precisamente en la felicidad (nulla est homini causa philosophandi, nisi ut beatus sit). El hombre, nos atrevemos a decir, para ser feliz necesita filosofar. Porque ¿cómo se puede ser feliz sin saber de dónde vengo, a dónde voy, dónde me encuentro, qué sentido tiene mi vida, que va a ser de mí, qué caminos me pueden conducir a alguna parte?Contemplar el mundo intentando captarlo en su totalidad, eso —dice Schumacher— es filosofar. Esto es indispensable para orientarme en el mundo. Pieper dice que la característica principal de toda pregunta filosófica es la de implicar una pregunta por el todo. "Todas las preguntas filosóficas ponen inevitablemente en cuestión el todo de la existencia. Y quien la quiera discutir habrá de declarar y poner sobre el tapete sus convicciones más íntimas y sus tomas de postura últimas".Esto es inevitable también porque las objeciones que agresivamente se oponen hoy a la utilidad de la Filosofía implican una concepción global del mundo, del conjunto de la realidad y de la existencia.

23/09/2006 23:03 dolphin Enlace permanente. ACTIVIDADES
Interpretación de los criterios de evaluación

Criterio A: Formulación del problema de investigación

Aunque el propósito de la monografía se define mejor en forma de pregunta, es también posible formularlo como afirmación o propuesta para una discusión de naturaleza claramente filosófica o abierta a un análisis y una argumentación filosóficos a lo largo de todo el trabajo.

Criterio B: Introducción

En la introducción se debe relacionar el problema de investigación con los conocimientos existentes
en la materia; la experiencia personal u opinión particular del alumno no suele ser pertinente en esta sección de la monografía. Se debe explicar brevemente la importancia filosófica del tema, exponer por qué merece una investigación filosófica y situar el problema de investigación en un contexto filosófico (por ejemplo, un problema, una discusión, una tradición, o una idea). La introducción debe referirse al problema de investigación concreto o al argumento que se va a desarrollar. No se debe incluir información de contexto extensa que no sea pertinente al problema de investigación.

Criterio C: Investigación

Una vez definido el problema de investigación, el alumno debe abordar el tema, por ejemplo, a través de un plan de investigación. Una planificación adecuada de la monografía debe conllevar una consulta de las fuentes en relación con el problema de investigación. En filosofía, los problemas de investigación se estudian a partir de un examen de los temas o los textos. Acorde a ello puede utilizarse una variedad de fuentes, incluidas obras de filósofos, diccionarios de filosofía, libros de texto y enciclopedias. Para utilizar de forma adecuada y eficaz las fuentes se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

• Los enfoques descriptivos no son adecuados para este tipo de investigación filosófica. La presentación de información sobre el asunto que se discute debe ser concisa, pertinente y directamente relacionada con la idea que se pretende defender en la investigación.
• Cuando el problema de investigación se remita a una fuente que no sea directamente filosófica
como, por ejemplo, la literatura, cuestiones contemporáneas o asuntos culturales o locales, deberá
examinarse desde una perspectiva claramente filosófica.
• Si los alumnos deciden utilizar fuentes de Internet, deben hacerlo con cautela y de forma crítica,
siendo conscientes de su posible falta de fiabilidad.
• Ninguna monografía en Filosofía debe estar basada exclusivamente en libros de texto. Éstos deben consultarse solamente en la medida en que estimulen ideas, ofrezcan orientación y alienten al desarrollo de una investigación personal.


Criterio D: Conocimiento y comprensión del tema

El conocimiento y la comprensión del tema se demuestran si el alumno:

• identifica y expone las cuestiones filosóficas básicas inmediatamente presentes en el problema de investigación
• presenta y discute conceptos, ideas, argumentos, perspectivas y posturas filosóficas directamente
relacionadas con el problema de investigación
• documenta la monografía con fuentes filosóficas y utiliza la información con la clara intención de ampliar el alcance de la investigación o fundamentar el argumento
• demuestra, con perspicacia y profundidad filosóficas, una comprensión de los temas o las perspectivas de los filósofos
• investiga las posibles maneras de comprender las cuestiones o problemas objeto de discusión
• demuestra conocer las implicaciones filosóficas del problema de investigación o de las ideas y argumentos examinados.

Criterio E: Argumento razonado

Los alumnos deben ser conscientes de que el núcleo de la monografía es el desarrollo de un argumento.
Los argumentos deben presentarse claramente definidos, y elaborarse y fundamentarse a lo largo de toda la monografía. Las descripciones o narraciones carentes de análisis no suelen permitir el desarrollo de un argumento y deben evitarse.
La construcción de un argumento constituye el verdadero núcleo de un trabajo de investigación en Filosofía. Para desarrollar un argumento razonado en esta asignatura se deben tener en cuenta, como mínimo, los siguientes aspectos fundamentales.
• La construcción de un argumento desempeña en una investigación filosófica la función de la investigación empírica en las ciencias empíricas, o la prueba lógica en las investigaciones formales.
• Debe distinguirse claramente entre el desarrollo de un argumento filosófico y la simple descripción o narración de una serie de teorías u opiniones.
• Los alumnos que no hayan realizado anteriormente ningún trabajo de esta extensión pueden necesitar orientación sobre la relación entre argumento y estructura.
• Los alumnos deben conocer las características básicas del razonamiento necesarias para construir argumentos filosóficos personales de forma coherente y con un objetivo determinado.

Criterio F: Aplicación de habilidades de análisis y evaluación apropiadas para la asignatura

El análisis siempre ha conformado un aspecto central del método filosófico, pero se ha entendido y practicado de maneras diferentes. En uno de los sentidos básicos aceptados, consiste en el desglose de algo en sus distintos componentes. También puede caracterizarse como el descubrimiento o indagación de lo más fundamental, a través de la articulación de los principales elementos y estructuras, con el fin de identificar conceptos fundamentales que sirvan para explicarlo. A su vez, la evaluación en una monografía en Filosofía debe ser el resultado del desarrollo de una investigación y un argumento propios a partir del problema de investigación. Sin embargo, esto debe distinguirse claramente de la mera expresión de opiniones o creencias que no sean resultado de la investigación específica. Las habilidades analíticas se demuestran a través de un tratamiento amplio y profundo, y una discusión de temas, conceptos básicos y argumentos. Por otro lado, las habilidades de evaluación se demuestran cuando las ideas, argumentos y puntos de vista se evalúan desde una perspectiva coherente y bien respaldada con pruebas claras y justificaciones sólidas. El estudio del problema de investigación implica el desarrollo de habilidades de análisis y evaluación, que normalmente se lleva a cabo a través de un examen de temas y textos. Los siguientes puntos sugieren un enfoque que puede ayudar a los alumnos a investigar los temas o textos de forma coherente. No se trata de las únicas instrucciones que se pueden seguir pero ofrecen un punto de partida para que los alumnos puedan llegar a ser investigadores independientes en el campo de la filosofía. Los alumnos deben adoptar un enfoque similar al examinar una cuestión filosófica o al investigar un argumento filosófico presentado en un texto. Si se trata de una cuestión filosófica, se sugiere:
• identificar el problema de investigación
• preguntarse sobre la pregunta o hipótesis planteada, teniendo en cuenta su propia perspectiva y la de otros
• exponer razones que respalden su postura
• presentar posibles objeciones o argumentos en contra de su postura
• sugerir estrategias para rebatir dichas objeciones o argumentos en contra
• ilustrar su postura y las contrarias con ejemplos y casos pertinentes que las justifiquen
• ofrecer una respuesta posible y coherente a la cuestión planteada o un examen pertinente de las hipótesis, evaluando sus puntos fuertes y débiles.

Cuando se trata de textos, los alumnos deben adoptar el mismo enfoque. Deben procurar en todo momento no referirse al texto o a su autor como si fueran una autoridad. Además, se espera que los
alumnos:
• identifiquen el problema filosófico planteado en el texto
• identifiquen el punto de vista del autor en el texto
• expresen su opinión sobre el punto de vista del autor
• desarrollen y exploren su propia postura sobre el punto de vista del autor a través de:
- un reconocimiento de formas alternativas de abordar el texto
- la consideración de cómo diferentes formas de abordar el texto pueden servirles para progresar
en el desarrollo de su propio punto de vista sobre la cuestión planteada.

Criterio G: Uso de un lenguaje apropiado para la asignatura

Un uso apropiado del lenguaje en una monografía en Filosofía implica al menos dos de los siguientes:
• un conocimiento a fondo de la terminología relativa a conceptos filosóficos básicos y de los conceptos fundamentales específicos pertinentes a los temas, autores o textos estudiados
• una comunicación eficaz de la investigación llevada a cabo o una formulación precisa del argumento presentado.

Asimismo, sería útil tomar en consideración lo siguiente:

• El análisis y uso del lenguaje filosófico debe estar directamente relacionado y servir al propósito
específico de la investigación específica.

• Muchas expresiones pertenecientes a la terminología filosófica (definición, concepto, pensamiento,
experiencia, percepción, mundo, etc.) también forman parte del lenguaje cotidiano. Debe facilitarse,
cuando sea necesario para la investigación, una aclaración de su uso, por ejemplo, la definición de
un contexto filosófico.
• Muchos procesos de pensamiento implicados en la investigación filosófica están directamente
relacionados con el uso del lenguaje. En el “Glosario de términos de examen” de la guía de Filosofía
vigente pueden encontrarse definiciones de actividades como “formular”, “examinar” y “definir”.

Criterio H: Conclusión

En relación con este criterio, la palabra clave es “coherencia”; la conclusión debe desprenderse del argumento y no introducir cuestiones nuevas o carentes de relación con éste. No debe limitarse a repetir el material de la introducción sino presentar una nueva síntesis derivada de la discusión llevada a cabo. Los alumnos deben reflexionar sobre el argumento que han presentado y extraer conclusiones a partir del mismo.



Criterio I: Presentación formal

Con este criterio se evalúa la medida en que la monografía se ajusta a las normas académicas de
presentación de trabajos de investigación. Aquellas monografías en las que se omita la bibliografía o que no presenten referencias de las citas empleadas se considerarán inaceptables (nivel de logro 0). Las monografías en las que se omita uno de los elementos obligatorios (página del título, índice, numeración de páginas) se considerarán, como máximo, satisfactorias (nivel 2), y aquellas que omitan dos de dichos elementos se considerarán insatisfactorias (nivel 1) según este criterio.

Criterio J: Resumen

El resumen se evalúa en relación con la claridad con que presenta una sinopsis de la investigación y la monografía en general, no en relación con la calidad del problema de investigación, el argumento o la conclusión en sí mismos. El resultado de una investigación filosófica es el argumento presentado y desarrollado. Por tanto, el resumen debe centrarse en el argumento, su estructura y contenido.