21.2.11

Kant y la Filosofía de la Historia http://www.iessantamarialareal.com/descargas/CZB_163.pdf
Sobre Idea de una historia universal con propósito cosmopolita.
Introducción
La Historia es una de las preocupaciones centrales de la filosofía kantiana. No se
puede olvidar que el filósofo de Konigsberg es considerado uno de los máximos
representantes de la Ilustración alemana, y que devoraba todas las noticias que le
llegaban de la Revolución francesa, que él recibió con un entusiasmo apasionado.
De hecho, Kant es uno de los primeros autores de la Historia de la Filosofía que se
hace plenamente consciente de su presente histórico. Al preguntarse ¿Qué es la
Ilustración ? (o al tratar de responder a la pregunta planteada por un periódico
alemán de la época), Kant se está preguntando ¿Qué es este tiempo que nos ha
tocado vivir, este periodo histórico del que somos una parte inherente? De hecho,
en la obra que vamos a analizar aparecen rasgos típicamente ilustrados, entre los
cuales hay que subrayar al menos dos:
• Autonomía : como el mismo Kant afirma, la ilustración “es la salida del hombre de
su autoculpable minoría de edad”, con lo que la autonomía moral se convierte en
uno de sus fines esenciales. El individuo ilustrado es capaz de pensar por sí mismo,
y de darse a sí mismo las normas morales que deben regir su vida.
• Emancipación : es una de las consecuencias naturales de la autonomía. El individuo
ha de ser capaz de tomar sus propias decisiones, al margen de autoridades religiosas,
políticas, militares o intelectuales, lo que implica “emanciparle” de todas estas
instancias.
En cierto modo, la concepción kantiana de la historia consistirá en pensar cómo se
van integrando estas ideas a lo largo de la historia, cómo estas ideas se van
desplegando en el acontecer de la vida humana. Por eso, la primera pregunta que
se hace Kant en la introducción se refiere precisamente a la finalidad de la historia.
Según una de las conclusiones de su filosofía práctica, la libertad de la voluntad y
la conciencia moral se manifiestan en cada una de las acciones morales. Así, cabe
entender la historia como narración de estas acciones. Kant entiende que la
Historia tiene una finalidad: “ […] al observar el juego de la libertad de la voluntad
en grande, se puede descubrir en ella una marcha regular; igual que se puede
llegar a conocer en el conjunto de la especie […] aquello que se ofrece confuso e
irregular a la mirada de los sujetos particulares” . Así, el individuo común es
incapaz de ver en su presente la dirección de la historia. Lo paradójico del caso es
que ésta parece estar construida a partir de la libertad de los individuos, lo que no Página 17
impide, sin embargo, que haya un “ hilo conductor” , un propósito de la
naturaleza:
“ Apenas si reparan los hombres en particular, ni el mismo pueblo en su conjunto,
en que, al buscar su sentido, según su propio propósito y a menudo en
contraposición a otros, persiguen sin darse cuenta, como hilo conductor, el
propósito de la naturaleza, que desconocen, y colaboran en su misma promoción,
aunque, si les llegara a ser conocida, poco les importaría.”
La historia no se puede planificar, ni es posible organizarla de ningún modo, pues
los hombres ni actúan de un modo plenamente instintivo (como los animales) ni de
un modo puramente racional, que se ajuste a un plan predeterminado. Lo que en
el presente parece una acción catastrófica, y nos empuja al pesimismo, puede, a la
larga, revelarse como una acción que consolida este propósito del que hablar
Kant. La historia se escribe, así, con “ necedad y vanidad infantil, a menudo
incluso con maldad infantil y afán de destrucción” . La “ contradictoria marcha de
las cosas humanas” desvela “ un propósito de la naturaleza” . Una historia de la
humanidad implica que los hombres, procediendo sin un plan propio, se ajusten a
un “ plan determinado de la naturaleza” .
De la primera a la quinta fase
Primera fase
“ Todas las disposiciones naturales de una criatura están determinadas a
desarrollarse alguna vez de manera completa y adecuada” . Kant apela a la
finalidad de la naturaleza uno de los temas centrales de la Crítica del Juicio . La
naturaleza no hace nada en vano, y no es posible un ordenamiento que no logra el
fin para el que fue diseñado. Sólo en una naturaleza gobernada por el azar es
posible que haya órganos que no alcanzan su finalidad inherente. En este caso, la
búsqueda de los objetivos ilustrados (autonomía, emancipación, justicia…) sería
tan sólo una “ aproximación desconsoladora” .
Segunda fase
“ En los hombres (como únicas criaturas racionales sobre la tierra), aquellas
disposiciones naturales que aspiran al uso de su razón deben desarrollarse por
completo sólo en la especie, pero no en el individuo.” La argumentación kantiana
es tan clara que podría incluso formalizarse. Si antes hemos comprobado que la
naturaleza crea los órganos para que éstos se desarrollen plenamente, y si Página 18

aceptamos que esta capacidad humana debe lograr tal grado de desarrollo,
cabrían dos posibilidades:
1. Que fuera posible, en el tiempo que dura la vida de un ser humano, desarrollar todas
las capacidades de la razón.
2. Que la razón se desarrolle en la especie y no en el individuo, de modo que “una serie
imprevisible de generaciones que se transmitieran una a otra su ilustración, para
impulsar, por fin, su semilla en nuestra especie hasta el grado de desarrollo que se
corresponde por completo con su propósito”.
Como, evidentemente, una vida humana no dura lo suficiente como para que la
razón alcance todos los objetivos, Kant opta por la segunda opción, de modo que
la razón se desarrolla de un modo completo en la especie y no en los individuos
particulares (idea que será uno de los pilares de la filosofía de Hegel).
Tercera fase
“ La naturaleza ha querido que el hombre extraiga por completo de sí mismo todo
cuanto sobrepasa el ordenamiento mecánico de su existencia animal, y que no
participe de ninguna otra felicidad o plenitud que la que él mismo, libre de instinto,
se procure mediante su propia razón.” La naturaleza, que no despilfarra medios
para lograr sus objetivos, dotó al ser humano de razón para liberarlo del instinto.
Así, la razón debía ayudarle a proveerse de todo aquello que la naturaleza no le
dio (idea que aparece también en el mito de Prometeo). El hombre debe sacar de
sí mismo “ víveres, cobijo, seguridad exterior, defensa y todo el recreo que le
hace agradable la vida” . La naturaleza ha sido mezquina con el hombre, tacaña,
de modo que éste deba esforzarse por alcanzar lo que al resto de especies le es
dado por dotación natural. Así, el fin del hombre sería “ alcanzar una plenitud en
el desarrollo de sus disposiciones” .
Cuarta fase
“ El medio del que se sirve la naturaleza para lograr el desarrollo de todas sus
disposiciones es el antagonismo de las mismas en la sociedad, hasta el extremo
de que éste se convierte en la causa de un orden legal de aquéllas” . Según una
célebre y conocida expresión kantiana, es la insociable sociabilidad” humana la
que hace avanzar a la sociedad: “ la misma inclinación a caminar hacia la
sociedad está vinculada con una resistencia opuesta, que amenaza continuamente
con romper esta sociedad” (caracterización bien distinta al “ animal político” de
Aristóteles). El hombre tiende a vivir en sociedad, pues ahí más a gusto, más
capaz de desarrollar sus disposiciones naturales. A la vez, el hombre es
individualista y mira por su propio interés, desconfiando del resto de seres Página 19
humanos. Esta concepción combina el “ hombre lobo para el hombre” del
contractualismo hobbessiano y la bondad natural del estado de naturaleza
rousseauniano:
“ Mas esta resistencia es la que despierta todas las fuerzas del hombre y le lleva
a superar su inclinación a la pereza y, movido por el ansia de honor, de poder o de
bienes, a procurarse un rango entre sus congéneres, a los que no puede soportar,
pero de los que tampoco puede prescindir.”
La sociedad implica un tránsito de la rudeza a la cultura, se desarrollan los talentos
y capacidades humanos, y, a partir de esta sociedad “ patológicamente
provocada” , surge un “ todo moral” . Sin la vanidad, el ansia, y la competitividad
no se desarrollarían otras capacidades morales y racionales. El hombre individual
quiere concordia, pero para la especie conviene que haya discordia y conflicto. El
orden de estas tensiones muestra, a juicio de Kant, “ el ordenamiento de un
creador sabio” .
Quinta fase
“ El mayor problema de la especie humana, a cuya solución la naturaleza la
apremia, es la instauración de una sociedad civil que administre el derecho en
general.” Para Kant la sociedad con la máxima libertad es aquella en la que los
límites de la libertad estén determinados, de modo que la libertad de un sujeto sea
compatible con la de los demás. Sólo en este tipo de sociedad puede lograrse el
más alto propósito que la naturaleza puede lograr en la humanidad, esto es, el
desarrollo de todas sus disposiciones. Una constitución civil plenamente justa es la
tarea suprema de la naturaleza para la especie humana. La necesidad obliga al
hombre a entrar en una sociedad de esta clase, pues al tener que competir con
otros seres humanos, se obliga a sí mismo a perfeccionarse. Kant compara así, al
ser humano con los árboles de un bosque:
“ Sólo en un coto tal, como la asociación civil, obran las mismas propensiones el
mejor resultado: como árboles en un bosque, donde uno trata de quitar al otro aire
y sol, forzándose mutuamente a buscar por encima de ellos, hasta alzarse
hermosos y erguidos; mientras que aquellos que brotan en libertad y separados
unos de otros, con sus ramas a placer, crecen raquíticos, corvos y torcidos.”
De la sexta a la novena fase
Sexta fase Página 20
“ Este problema es, a su vez, el más difícil y el que la especie humana resolverá
más tarde.” Kant afirma que el hombre es un animal que “ necesita un señor” ,
pues de lo contrario tiende a abusar de su libertad frente a sus semejantes. Por
ello requiere una ley que ponga límites a su voluntad, y un señor que le fuerce a
obedecer una voluntad válida en general. El problema es que hay que escoger
este señor entre los seres humanos, es decir, entre otro animal que también
necesita un señor (¿quién vigila al vigilante?, ¿quién juzga al juez?...) El jefe
supremo debe ser, por tanto, un ser justo por sí mismo, y, además, un hombre.
Kant lo expresa en otro de los conocidos fragmentos de este texto:
“ Esta tarea, por ello, es la más difícil de todas; su completa solución es imposible;
en una madera tan torcida, como aquélla de la que el hombre está hecho, no se
puede llegar a tallar nada del todo recto. La aproximación a esta idea es lo que la
naturaleza nos ha impuesto.”
Por tanto, el fin que la naturaleza ha dado a la humanidad es llegar a ser
completamente justa, recta. Sin embargo, Kant reconoce que este será uno de los
últimos logros de la humanidad, pues es el más difícil de todos, y requiere una
larga experiencia acumulada a lo largo de la historia, y serán necesarios muchos
intentos en vano antes de conseguirlo. La historia, el acontecer humano, se
convierte así en el “ banco de pruebas” de la humanidad, donde se acumulan
más errores que aciertos, más luces que sombras.
Séptima fase
“ El problema de la instauración de una constitución civil perfecta depende del
problema de una relación exterior legal entre los Estados, y no se puede resolver
sin este último.” En este apartado Kant abandona el plano puramente teórico, en
el que ha estado hablando de filosofía de la historia, y se centra en las condiciones
reales (sociales y políticas) que han de realizarse para que la naturaleza realice el
fin que ha diseñado para la humanidad. Aquí se refiere a un orden internacional
justo. Hasta que tal orden no se dé de un modo real y efectivo, la humanidad no
habrá realizado el fin que le es propio. Los Estados tienden a mirar sólo por su
propio bien, son egoístas, y eso es un obstáculo que se debe superar. La guerra
se convierte, desde esta óptica, en el modo en que la naturaleza realiza sus
ensayos imperfectos que, tras muchas desolaciones, conducirá a una unión de
pueblos. La barbarie y la opresión son pasos intermedios necesarios para realizar
la unión de todos los pueblos. Kant no es, ni mucho menos, un defensor de la
guerra (otra de sus obras lleva por título La paz perpetua , y es una reflexión sobre Página 21
la capacidad de la humanidad de alcanzar un estado de paz duradero), pero sí
entiende la función que ésta desempeña en el desarrollo de las capacidades
humanas. El hombre aprende de sus errores, y estos le empujan precisamente a
una “ gran unión de pueblos” . Pese a la crítica de sus contemporáneos
(Rousseau), Kant piensa que el hombre debe salir de su libertad brutal y salvaje y
buscar la tranquilidad y seguridad en una constitución legal. Las guerras son
intentos, “ según el propósito de la naturaleza” , de “ proporcionar nuevas
relaciones de los Estados” .
La destrucción y el desmembramiento deben conducir a nuevos cuerpos que
conduzcan, en último término, a una república civil con una constitución civil
interior y una legislación exterior. Como se aprecia, Kant aplica en toda su obra
una concepción organicista de la sociedad: el individuo forma parte de la misma, y
contribuye aún sin pretenderlo y sin ser consciente de ello, a sus fines. Kant
rechaza que la realización de esta república civil pueda producirse por azar. Es
necesario que la naturaleza siga una marcha regular. La unión de Estados, que
Kant asume como fin de la humanidad, será difícil de realizar, pues en el paso
previo la humanidad estará “ bajo la engañosa apariencia del bienestar exterior. Al
arte, la ciencia y la civilización debe unirse, argumenta Kant, un progreso moral.
Mientras los Estados miren sólo por su propio interés nada cabe esperar. El
trabajo de cada República en la formación de ciudadanos conducirá, a muy largo
plazo, a una moralización de los mismos, que sacará al orden internacional del
caos que lo caracteriza.
Octava fase
“ Se puede considerar la historia de la especie humana en grande como la
ejecución de una plan escondido de la naturaleza para llegar al estado de una
constitución perfecta del Estado en el interior y, respecto a este fin, también en el
exterior, como única situación en que la naturaleza puede desarrollar por completo
sus planes respecto a la humanidad.” Según Kant la experiencia histórica es un
pequeño esbozo, un apunte del fin de la humanidad. A este respecto, piénsese en
la significación que tuvo para Kant la Revolución francesa, que, en principio, sería
una prueba que vendría a confirmar su teoría. A este “ hilo conductor” de la
historia le llamará Hegel “ la astucia de la razón” capaz de desplegar, incluso allí
donde aparentemente no aparece, la libertad y la racionalidad humanas. Con todo,
el tiempo transcurrido es aún breve. Pero Kant piensa que su presente es una
oportunidad relevante para impulsar este proceso, para colaborar con la naturaleza Página 22
en la realización de los fines que ésta ha dispuesto. Kant piensa que las relaciones
entre los Estados de su tiempo, y la estructura cada vez más compleja de los
mismos, es un motor que les impulsa a mantener la libertad y la cultura, que es
también una garantía del desarrollo económico, social, político y cultural. Así, la
Ilustración es, en palabras kantianas, “ un gran bien que el género humano debe
extender” . Los pueblos obligan a sus gobiernos a extender servicios como la
educación y la guerra terminará convirtiéndose en un peligro, en algo que debe
pensarse muy bien antes de su realización.
El “ tosco esbozo” empieza a dibujarse en el horizonte histórico del tiempo en el
que vive Kant. Llegará a realizarse “ una situación general cosmopolita como
seno en que se desarrollarán todas las disposiciones originarias de la especie
humana.”
Novena fase
“ Un ensayo filosófico para elaborar la historia universal del mundo según un plan
de la naturaleza, que aspira a la plena asociación civil en la especie humana, debe
considerarse posible e incluso propulsor de este propósito de la naturaleza.” La
finalidad de la historia puede parecer una idea absurda, más propia de una novela
que de un ensayo filosófico. Sin embargo, si aceptamos que la naturaleza obra
según fines, esta idea debería servirnos como hilo conductor capaz de convertir en
sistema lo que, en apariencia, es tan sólo un agregado de acciones humanas sin
plan. Estudiar la historia de la humanidad es ir descubriendo “ una marcha regular
de mejoramiento de la constitución del Estado en nuestro continente (que,
verosímilmente, dará un día leyes a todos los demás)” . Este hilo conductor nos
ayudará para comprender el pasado y poder anticipar el futuro, pero también para
abrir una “ perspectiva consoladora” respecto al futuro, de modo que “ todas las
semillas que la naturaleza ha plantado puedan desarrollarse por completo y llegar
a cumplir su determinación aquí en la tierra.”
Kant no pretende una descripción empírica y “ objetiva” de la historia. Él
pretende ofrecer unos criterios normativos que regulan el desarrollo histórico, y,
además, cree que la difusión de cultura, o la misma discusión de esta idea,
contribuye a este desarrollo, aportando un pequeño impulso más a este gran
proceso transformador y emancipador. Para Kant, la historia elaborada por la
posteridad será precisamente la historia de la liberación de la humanidad, la
historia de la justicia, la autonomía, de la unión cosmopolita de Estados.